La vagancia y pereza dañan tu autoestima y pueden llevarte a la depresión

Vagancia, pereza, desgana… ¿Quién no ha sentido alguna vez que la apatía y desidia conquistaba su vida? Tumbarse en el sofá y ver las horas pasar. Rendirnos, y dejarnos dominar por la procastinación y holgazanería. Total, ya empezaré mañana aquella tarea que tengo pendiente… Empezar a hacer ejercicio, dejar de fumar, aprender idiomas, estudiar para un examen, hacer la compra, esa llamada telefónica, limpiar la casa. Da igual la tarea que sea. La pereza y hogazanería siempre está ahí, al acecho. Empujándonos a abandonar aquello que “no nos apetece hacer” para conducirnos hacia el placer inmediato.

Descubre en este artículo los efectos que producen en tu cerebro la pereza y holgazanería. La vagancia provoca en nosotros, sin que nos demos cuenta, un sentimiento de ineficiencia e inutilidad, que mina nuestra autoestima y puede llegar a conducirnos a la depresión. Si quieres conocer los peligros de la pereza, continúa leyendo. Te daremos también unos consejos que te permitirán salir ella. 

vagancia

¿Cómo vencemos la vagancia?

A veces todos necesitamos momentos, o algunos días, de inactividad. Es bueno parar, romper la rutina frenética en la que estamos inmersos. Nos ayuda a reponer fuerzas para volver a la acción con más energía. Sin embargo, hay ocasiones en las que la vagancia se instaura en nosotros como forma de estar en el mundo.

La vagancia, en sí, no es desagradable. Es cómoda. No estamos gastando energía ni invirtiendo mucho esfuerzo. Por ello, a corto plazo es muy recompensante. Además, nos ayuda a eludir las cosas difíciles o desagradables, por tanto nos proporciona un doble refuerzo.

Lo cierto es que cuando definimos a alguien como vago o perezoso, no es que esa persona esté haciendo nada. Normalmente sí que hace cosas, pero son acciones improductivas, ociosas: Ver la televisión, jugar a los videojuegos… La vagancia se refiere a actividades que no requieren esfuerzo y son placenteras en sí mismas.

Sin embargo, estamos inmersos en ambientes que nos impulsan o requieren que seamos productivos. Por ello, a medio plazo la vagancia nos produce culpabilidad, sentimientos de improductividad, y falta de autoestima.

La inactividad, la inseguridad y la falta de autoestima son algunos de los componentes fundamentales de la depresión.

Para diagnosticar y tratar adecuadamente la depresión, se requiere, por parte de un profesional preparado, una exhaustiva evaluación neuropsicológica de la depresión. También existen programas clínicos de estimulación cognitiva para paliar y rehabilitar los déficits cognitivos asociados a la depresión.

Causas de la vagancia y pereza

  • Es difícil esforzarse por metas a largo plazo, que no nos proporcionan gratificación inmediata. Y es que nuestros antepasados solo se preocupaban del presente, sin embargo, nuestro ambiente actual es muy diferente.

Para que una persona se embarque en un proyecto tiene que valorar lo que va a obtener más que el esfuerzo, gastos o dificultades que va a encontrar.

Si somos personas inseguras, nos va a resultar más difícil llevar a cabo proyectos, que no sabemos si vamos a poder lograr, y además, las ganancias son a muy largo plazo, por tanto será más fácil que tengamos vagancia y pereza.

  • El miedo y la desesperanza puede llevarnos a la vagancia. A las personas que temen el éxito o que no tienen suficiente autoestima, la vagancia les sirve de “excusa” para no actuar. Estas personas se ven incapaces de realizar ciertas cosas, por tanto, es más fácil no hacerlas.
  • El temor al fracaso nos lleva también a no actuar, a la vagancia y a la perece. A algunas personas prefieren optar por no intentarlo, que intentarlo y fracasar.
  • Otras personas pueden ser perezosas porque piensan que su situación no tiene remedio, y no pueden pensar en una solución. La negatividad de pensamiento es muy dañina y nos bloquea, alejándonos de nuestras metas y de lo que realmente queremos hacer. Descubre estos trucos de psicología positiva.
  • Nuestra cultura es básicamente hedonista. Queremos las cosas ya, y con poco esfuerzo. Esto favorece la vagancia y la pereza. Hace que cada vez queramos esforzarnos menos para conseguir las cosas.  Y cuando algo requiere algo más de esfuerzo de lo normal, nos rendimos.
  • La pereza o vagancia es una forma de evitación experiencial, parecida a la que ocurre con las fobias y que propicia el mantenimiento del problema. Si pensar en hacer algo nos genera ansiedad o miedo, lo evitamos. De esta manera reducimos nuestra ansiedad y el acto de evitar se ve reforzado. Por tanto, entraremos en un bucle de evitación y de “no hacer”. Descubre estos trastornos de la personalidad.
  • Falta de apoyo emocional. Hay ocasiones en las que no tenemos una red de apoyo, de seres queridos, que nos animen a hacer cosas o emprender proyectos. Es cuando no vamos a tener la suficiente motivación para realizarlos. Y es que muchos de nosotros todavía dependemos de la aprobación de los demás y de la motivación externa para actuar. Y esto es un error.

¿Cómo vencer la vagancia?

La recompensa instantánea es el modo “por defecto” de nuestro cerebro, pero nos apreciamos más a nosotros mismos cuando podemos hacer frente a tareas poco placenteras.

1. Visualiza tu meta u objetivo

Piensa qué es lo que quieres conseguir en tu vida. Proponte un logro, independientemente de que te veas capaz de conseguirlo o no. Pregúntate cómo te gustaría verte en un futuro. ¿Cómo quieres ser recordado o recordada cuando ya no estés? ¿Quieres ser directivo de una gran empresa? ¿Quieres dedicarte a los niños? ¿O basar tu vida en ayudar a las personas? Cualquier cosa está bien, mientras sea lo que tú realmente quieres y no lo que tus padres o la sociedad esperan de ti.

2. Haz un plan

Una buena estrategia para vencer a la pereza y vagancia, es pensar en todos los pasos que necesitas dar para llegar a tu objetivo. Fragmenta la acción en cosas pequeñas. Por ejemplo, si quieres encontrar trabajo, no pongas “encontrar trabajo”. Parte la acción en trozos: escribir mi curriculum, hacer búsquedas de empleo por internet, hacer contactos, buscar entrevistas… Pensar fuera de la caja es más fácil si sabes cómo.

3. Empieza poco a poco

La única manera de librarse de la vagancia es empezando a hacer cosas. Podemos comenzar haciendo pequeñas cosas sencillas durante poco tiempo. Te darás cuenta de que no es tan difícil hacerlo durante solo 10 o 15 minutos.

4. Desafíate

Desecha la idea de que no puedes hacerlo. Muy a menudo aprendemos por ensayo y error, y si tomas perspectiva te darás cuenta de que puedes hacer cosas difíciles.

5. Crea un diario de logros

Escribir tus logros cada día te ayudará a vencer la vagancia. Es más fácil que nos ajustemos a nuestros planes si registramos nuestros progresos dirigidos a nuestras metas.

6. Crea compromiso con otros

Haz público tu compromiso para completar tu tarea o llegar a una meta. Así se crea una motivación generada por los demás que te harán más proclive a realizarla y te ayudarán a salir de la pereza.

7. Acepta el aumento de dificultad

No necesitas comodidad y recompensa inmediata. Esto solo nos lleva a realizar las cosas fáciles. Nos acomodarnos y no perseguimos nuestros objetivos y nos convertiremos unas personas vagas y perezosas. Deshazte de estas ideas de manera que te puedas centrar en tu meta a largo plazo.

8. Recompénsate

La relajación se diferencia de la vagancia en que es una recompensa por una tarea completada. Permítete relajarte después de un periodo de esfuerzo mantenido.

9. Cultiva tu autoestima

Muchas veces la vagancia proviene de una falta de autoestima. No nos vemos capaces de emprender ningún proyecto o de hacer cualquier cosa. Descubre aquí cómo mejorar la autoestima.

10. Desecha el pensamiento negativo

Pensar en negativo no nos hace ningún bien. A veces nos creemos que estamos siendo realistas, pero lo cierto es que en la mayoría de casos no es así. Pensar que todo va a ir mal, que no somos capaces, nos bloquea y favorece que nos saboteemos a nosotros mismos (de forma inconsciente), para confirmar nuestras creencias negativas. Descubre cómo dejar de pensar en negativo en este artículo.

 

 

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