Trastornos de personalidad: Qué son, definición, tipos, causas, diagnóstico, consejos y ejemplos

Los trastornos de personalidad son provocados por un variado conjunto de anormalidades o perturbaciones psicológicas. Las personas que sufren un trastorno de personalidad, presentan alteraciones de comportamiento, sentimiento y percepción de la realidad que difieren a lo que el resto de la población considera como normal. Estas afecciones mentales pueden provocar anomalías, o comportamientos extraños que interfieren en su capacidad para desempeñar adecuadamente relaciones sociales, laborales o en otros contextos. Su forma de relacionarse con los demás, actuar y pensar son muy diferentes a las expectativas de su su cultura, pudiendo llegar a ser molestos, o desagradable para las otras personas. Descubre en este artículo qué son los trastornos de la personalidad, su clasificación, y los diferentes tipos de trastornos de la personalidad que existen y ejemplos de cada uno de ellos.

Trastorno de personalidad

Trastornos de la la personalidad

¿Qué son los Trastornos de Personalidad?

Los trastornos de personalidad están formados por ciertas afecciones mentales donde una persona tiene un patrón de comportamientos, emociones y pensamientos completamente diferentes a las expectativas de su cultura. Estos comportamientos interfieren a la hora de que la persona se relaciones de manera adecuada con sus iguales, en su trabajo, pareja u en otros contextos. Estos trastornos son considerados como graves debido a que no solo afectan a a la persona que los padece, sino que también afectan al entorno.

Los individuos que sufren algún tipo de trastorno de personalidad, suelen tener problemas en distintas áreas de la vida, incluyendo el funcionamiento social y laboral, y suelen tener habilidades de afrontamiento pobres y dificultades para formar relaciones sanas.

Los trastornos de personalidad suelen surgir en la adolescencia y continúan en la edad adulta. Pueden ser leves, moderados o graves, y es posible que estas personas puedan tener períodos de remisión en el que funcionan relativamente bien.

A pesar de que las causas no están del todo claras, los trastornos de la personalidad pueden estar asociados a factores genéticos y ambientales. Respecto a estos últimos, las experiencias de angustia, estrés o miedo durante la infancia, así como el maltrato, el abuso o la negligencia emocional, pueden causar futuro desarrollo de dichos trastornos.

Otro importante problema respecto a los trastornos de personalidad, es que, generalmente, son poco conocidos por los profesionales de la salud. Que, a veces, presentan dificultades para tratar con estos pacientes. Por lo tanto, es de vital importancia conocer qué tipos de trastornos de personalidad existen, en que consiste cada uno, y cómo se clasifican.

Para diagnosticar y tratar adecuadamente los trastornos de la personalidad, se requiere, por parte de un profesional preparado, una exhaustiva evaluación neuropsicológica.

entrenamiento cerebral

Clasificación de los trastornos de personalidad: Hay muchas formas de clasificar los trastornos de personalidad siguiendo diversas teorías y manuales. Pero en este artículo vamos a clasificar los tipos de trastorno de personalidad según el manual DSMV-TR. Que propone su clasificación en 3 grupos o “clusters”.

  1. Cluster A: Excéntricos extraños (paranoide, esquizoide y esquizotípico).
  2. Cluster B: Dramáticos y erráticos (antisocial, Limite, histriónico y narcisista).
  3. Cluster C: Ansiosos inhibidos (evitativo, dependiente y obsesivo).

Trastornos de la personalidad del Grupo A

Trastorno de personalidad paranoide

Estos pacientes presentan una desconfianza persistente de todo lo que les rodea: Incluyendo pareja, familia, amigos… Pueden sentirse vigilados y, muchas veces, creen en las teorías conspiratorias.

Las personas que padecen un trastorno de personalidad paranoide, poseen un habla cerrada y realizan preguntas constantemente. Suelen encontrarse muy retraídos, debido a que padecen una preocupación constante. Son personas extremadamente sensibles y se enfadan fácilmente mostrando rencor. Tienden a atacar si se sienten señalados.

Cabe destacar una diferencia significativa entre el trastorno de personalidad  paranoide y la esquizofrenia (cómo ayudar a una  persona esquizofrénica). El trastorno de personalidad paranoide tiene una base real donde no existen delirios. Si existieran delirios no se clasificaría como trastorno de personalidad paranoide.

El Tratamiento que se suele emplear con los trastornos paranoides, es mediante la reestructuración cognitiva, entrenamiento en habilidades sociales, talleres de terapia ocupacional, aproximaciones sucesivas a las personas o lugares que les generan desconfianza y entrenamiento en el control de estrés.

En terapia es muy importante saber medir las palabra que utilizamos con las personas que sufren personalidad paranoide, y no hacerles ver que dudamos de lo que dicen, o que sospechamos de algo sobre ellos, ya que les creará desconfianza y hará que no quieran acudir a consulta. Suelen tener una tasa alta de abandonos y cambiar regularmente de terapeutas.

Un ejemplo del trastorno de personalidad paranoide lo encontramos en La película protagonizada por Mel Gibson “Conspiración”.

Trastorno de personalidad esquizoide

Las personas que sufren el trastorno de tipo esquizoide, se caracterizan por aislarse y evitar las interacciones personales y actividades sociales.

El trastorno de tipo esquizoide es muy parecido a tener una psicosis o una esquizofrenia. Es raro que estos pacientes soliciten tratamiento terapéutico debido a que no son conscientes de la gravedad de su problema, ya que no les supone dificultades importantes en su vida.

Sin embargo, los rasgos esquizoides muestran un completo aislamiento del entorno social que resulta patológico. Los pacientes con este tipo de trastorno de personalidad no presentan ningún tipo de paranoia, de distorsiones cognitivas y de distorsiones perceptuales.

El tratamiento en el trastorno de personalidad de tipo esquizoide es complicado ya que la psicoterapia no resulta del todo efectiva. Un método bastante utilizado, consiste en poner menos exigencias para la intimidad emocional del paciente. Es importante reforzar relaciones que se enfoquen al trabajo, las actividades intelectuales o las expectativas, ya que no suponen de mucha afección emocional.

Un ejemplo de este tipo de trastorno de personalidad es Charly García, uno de los más reconocidos músicos, compositores y productores latinoamericanos de rock.

Trastorno de personalidad esquizotípico

Las personas que padecen un trastorno de tipo esquizotípico se caracterizan por presentar rarezas tanto en la apariencia, comportamiento, forma de pensar, etc… Son personas muy excéntricas, que poseen un pensamiento mágico e ideas de referencia.

Su habla es muy extraña, y en muchas ocasiones no se consigue entender lo que quieren trasmitir. Solo en algunos casos las alucinaciones llegan a ser de tipo paranoide pero no es lo normal.

No presentan dificultades para relacionarse socialmente. Normalmente, cuando acuden a terapia es debido a que terceras personas les han animado a ello. Las personas con personalidad esquizotípica, no consideran tener problema alguno ni con su forma de vida, ni con sus alucinaciones, viven con ellas de forma tranquila.

El tratamiento adecuado para este de trastorno se basa en diversas técnicas. Por un lado, para tratar las alucinaciones se utiliza la técnica de diátesis-estrés. Por otro lado, el tratamiento en habilidades sociales aporta gran ayuda en estos casos. Es necesaria la administración de antipsicóticos para que el paciente se encuentre más estable a la hora de realizar una psicoterapia y poder llevar a cabo el tratamiento de forma mas eficiente.

Para ejemplificar este trastornos mencionaremos a Carlos Jesús, un personaje mediático que se encargaba de realizar una terapia televisiva sobre los años 90 en un programa denominado “al ataque”.

Trastorno de personalidad narcisista

Las personas que presentan un trastorno de personalidad de tipo narcisista, poseen un sentido grandioso de autoimportancia, no son autocríticos, se sienten únicos en el mundo, tienden a presumir de su atractivo y éxitos. Sus preocupaciones están abocadas al éxito que es su primera meta en la vida.

Presentan una necesidad excesiva de admiración lo que les lleva a tener muchos problemas de relaciones interpersonales. Otra de sus características es la poca ética que presentan al ser capaces de explotar las cualidades de los demás en beneficio propio, esto va anclado a su falta de empatía con el resto de personas.

El tratamiento de este trastorno de personalidad se centra en el tratamiento de su autoimagen grandiosa, exposiciones a situaciones que el ve como grandiosas en si mismo, empatía y asertividad. En ocasiones, es recomendable tratar con la familia para dar pautas de psicoeducacion de la enfermedad y explicarles como pueden ayudar al paciente y de que forma le están o pueden perjudicarlo.

Un ejemplo del trastorno de la personalidad narcisista es el de la famosa novela y película “El retrato de Dorian Gray”.

 

Trastornos de la personalidad del Grupo B

Trastorno de personalidad antisocial

Este trastorno de personalidad tiene muchos componentes ya que de este trastorno se derivan otro tipo de patologías que se señalarán brevemente más adelante.

Las personas con trastorno de personalidad antisocial violan los derechos de los demás, imponiéndose al orden judicial y a las fuerzas de seguridad del estado. No tienen en cuenta las obligaciones ni normas sociales. 

Realizan diversas actividades antisociales como pueden ser la agresión a otros o a elementos públicos. Tienen grandes dificultades para mostrar empatía, son arrogantes, explotadores y agresivos, sobretodo si en su historia de aprendizaje han presentado trastornos de conducta anteriores.

Existen dos subtipos de este trastornos.

  • Trastorno de personalidad antisocial tipo I: Caracterizado por un BIS muy alto. Estos pacientes son fríos y calculadores, presentan una alteración orgánica, ausencia de emociones y puede ser que no presenten comportamientos agresivos. Sus conductas están orientadas al poder sin tener ninguna consideración sobre que hacer para llegar a lo más alto.
  • Trastorno de personalidad antisocial tipo II: A diferencia del anterior, aquí se muestra un BAS alto donde buscan conductas peligrosas para ellos y para los demás. Reaccionan de manera agresiva mediante impulsos, sin pensar en las consecuencias de sus acciones. No poseen una alteración orgánica pero si presentan emociones aunque con alta reactividad. Es muy complicado en consulta tratar con estos pacientes ya que no tienen ningún problema en ser agresivos también con los terapeutas, y no miden el grado de consecuencias de sus actos. No suelen acudir a terapia por voluntad propia suelen venir obligados, lo que dificulta aun más el poder trabajar con ellos.

En este trastorno de personalidad el tratamiento necesario es: explicarle la formación de su problema, los esquemas que están en la base y como se desarrollan y reestructuración cognitiva.

Un ejemplo del trastorno de personalidad antisocial podemos encontrarlo en Alex, personaje de la película “La Naranja Mecánica”.

Trastorno de Personalidad Límite

Se incluyen en este trastorno de personalidad aquellas personas que tratan de buscar sensaciones placenteras que les aporten felicidad sin contabilizar los riesgos que corren.

Son personas con relaciones sociales muy inestables, que presentan una alteración de la identidad, con una alta impulsividad que les lleva a tener intentos autolíticos o ha realizar amenazas. Pueden abusar de las drogas, tener conductas sexuales desconcertantes, agredir a otras personas si piensan que se incumplen sus valores y provocarse daño físico a ellos mismos como forma de reducir el malestar.

Se deben realizar unos esfuerzos frenéticos en la terapia para evitar el abandono de estas personas ya que en cuanto dejan de sentirse mal desaparecen, abandonando la terapia a medias y volviendo cuando sus vidas han vuelto a hundirse. En algunos terapeutas puede producir rechazo o frustración ya que no son nada colaboradores, por ello es de gran importancia empatizar y darse cuenta de la gravedad de la situación y de cómo se encuentra el paciente realmente. Para que estos pacientes mejoren deben estar motivados.

En los trastornos de personalidad Límite, la terapia que más éxito ha tenido es la dialéctica conductual de Lineham. Siempre debe tratarse mediante la aceptación y la valoración.

Un ejemplo del trastorno de personalidad límite es el de la cantante recientemente fallecida Amy Winehouse.

Trastorno de personalidad histriónico

La principal característica que presentan los pacientes con un trastorno de personalidad histriónico, es el querer ser el centro de atención a toda costa.

Son personas seductoras, llamativas a la hora de vestir, teatrales y que intentan agradar por encima de todas las cosas. Consideran las relaciones con cualquier persona como muy íntimas, y se sienten decepcionados y defraudados con facilidad.

Parecen poco sinceros y son directivos en la terapia. Viven las cosas con mucha intensidad y se sienten lastimados por cosas muy simples. Por tanto, es bueno con ellos en sesión seguirles el juego siempre que se desvalúen comportamientos inadecuados.

El tratamiento recomendado con estas personas se basa en técnicas de asertividad, habilidades sociales, realización de registros para cotejarlos en terapia, reestructuración cognitiva y entrenamiento en resolución de problemas.

Un ejemplo de trastorno de personalidad histriónico es el del papel que interpreta la actriz Rachel McAdams en la película “Chicas Malas”.

Trastornos de la personalidad del Grupo C

Trastorno de personalidad por evitación

Las personas que sufren un trastorno de personalidad por evitación no pueden dejar de pensar en sus limitaciones. Son tímidas y muy sensibles al rechazo, por lo que tratan de entablar relaciones interpersonales únicamente con aquellas personas con las que creen que no serán rechazadas. Se sienten profundamente heridas cuando otros las critica o desaprueba La pérdida y el rechazo son tan dolorosos que las personas que sufren un trastorno por evitación, prefieren estar solas antes que arriesgarse a tratar de conectarse con otros.

En ocasiones, el trastorno de personalidad por evitación, tiende a confundirse con una fobia social generalizada, pero se diferencia en que la persona con personalidad evitativa no sólo evita las áreas sociales, evita todo tipo de situaciones en las que se pueda sentir que hace el ridículo. Presenta sentimientos de inferioridad y es esquivo a relacionarse con gente nueva.

Este trastorno, junto con el resto de trastornos que forman el cluster C, son los casos de trastornos de personalidad que más acuden a terapia. En la clínica se debe controlar las tareas que se les ordenan ya que tienden a no hacerlas. En ocasiones, ocultan información sobre su problema por miedo a las críticas y a sentirse juzgados. Es importante manejar bien con este tipo de pacientes las conductas de huida y no ser exigentes ni rápidos con las terapias.

El tratamiento por excelencia que más efecto causa en los pacientes con personalidad evitativa, es el tratamiento de la ansiedad, la exposición, la reestructuración cognitiva y las habilidades sociales.

Un ejemplo de un personaje de trastorno de personalidad por evitación es el de la actriz Kim Basinger.

Trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo

Las personas que presentan un trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo tienen tres necesidades básicas que son: el control, la seguridad y la aprobación.

Para conseguir el control necesitan planificar y revisar todo lo que hacen. Para sentir seguridad realizan comprobaciones de tipo social y presentan dificultades para tomar decisiones. Para sentirse aprobados por el entorno tienen que agradar a los demás.

Otra de sus principales características es la búsqueda del perfeccionismo. Son personas rumiadoras, controladoras, rígidas y exigentes. Continuamente sienten un rechazo de las emociones negativas, debaten todo lo que hay a su alrededor, presentan reaseguraciones y tienden a justificar todo lo que hacen.

En terapia nos encontramos con unos pacientes muy resistentes al cambio que buscan impacientes resultados positivos en un corto periodo de tiempo. Una de las preguntas que suelen hacer es acerca de los conocimientos del terapeuta ya que dudan de su competencia.

Con los pacientes que presentan este trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo el tratamiento debe estar fijado en la estructuración de las tareas y del proceso terapéutico, utilizar la técnica de resolución de problemas, actividades agradables, técnicas de relajación y respiración, control de rumiaciones y pensamientos obsesivos y tareas con gradualidad.

Para ejemplificar el trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo mencionaremos a la actriz Charlize Theron.

Trastorno de personalidad por dependencia

En las personas que sufren trastorno de personalidad dependiente aparece una minusvaloración del sujeto hacia cosas que realiza de forma adecuada, y aparecen sentimientos derrotistas en donde la persona siente incapacitado para realizar sola muchas actividades.

Siempre que realiza un logro se lo adjudica a terceros como si él no hubiera tenido nada que ver, a pesar, de que el logro sea suyo.

Con estos pacientes en muy importante reforzar las cosas que valla logrando. Se deben evitar tomar decisiones por ellos y poner fecha de terapia con sesiones muy distantes en el tiempo para que no genere dependencia al terapeuta. Es importante que exista un contacto telefónico tras el alta ya que si recae no lo sabremos. Los pacientes que presentan este trastorno de personalidad funcionan muy bien en grupos.

El tratamiento por excelencia para pacientes con trastorno de personalidad por dependencia es entrenamiento en técnicas de asertividad, aumentar autoeficacia y autoconfianza, establecer metas claras y específicas, toma de decisiones, habilidades sociales y resolución de problemas.

Un ejemplo de este trastorno de personalidad es el Señor Smee acompañante y fiel súbdito del dibujo animado del capitán garfio.

a Toma de Decisiones, Habilidades Sociales y Resolución de Problemas.

Un ejemplo de este trastorno de personalidad es el Señor Smee acompañante y fiel súbdito del dibujo animado del capitán garfio.

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