Trastorno del Espectro Autista: Guía completa para su comprensión.

El Trastorno del Espectro Autista es un trastorno neurobiológico del desarrollo. Se estima que en España lo sufren alrededor de 450.000 personas. En la actualidad, existen distintas teorías cuyo objetivo es responder a la cuestión causal de la misma. Sin embargo, parece que no existe un único factor. Así, la relación entre el factor genético y el efecto de elementos ambientales parece ser la clave de su aparición. No obstante, no está claro en qué medida afectan uno y otro o los elementos específicos de cada uno de ellos que entran en juego. Teniendo en cuenta esto, en este artículo, hemos querido recopilar la información sobre los síntomas, el diagnostico y tratamiento del mismo.

¿De qué hablamos cuando hablamos sobre autismo?

Cuando hablamos de autismo hablamos del denominado Trastorno del Espectro Autista (TEA). Este diagnóstico suele manifestarse en los primeros tres años de vida. En general, su aparición es más frecuente en varones y sus síntomas perduran durante toda la vida. Sin embargo, eso no significa que las personas que lo sufren no cuenten con recursos para desarrollar una vida plena y feliz.

En la actualidad, el diagnóstico de TEA, engloba cuatro subgrupos que mencionaremos a continuación:

  • Síndrome de Rett
  • Trastorno desintegrado infantil o Síndrome de Heller
  • Síndrome de Asperger
  • Trastorno generalizado del desarrollo no especificado

Cada uno de estos diagnósticos tiene aspectos diferenciales. Su especificación tiene el objetivo de limitar las dificultades y fortalezas que presentan los/as afectados/as en cada caso.

Síndrome de Rett

Este diagnóstico, presente casi de forma exclusiva en niñas y mujeres, es un trastorno neurológico que se caracteriza por un desarrollo normal que precede a una incapacidad para ejercer control de movimiento en manos, dificultad para caminar, un crecimiento tardío del cerebro y la cabeza y el sufrimiento de convulsiones

Trastorno desintegrado infantil o Síndrome de Heller

La sintomatología asociada a este diagnóstico, al igual que en el anterior, es de aparición tardía (antes de los 2 años) y suele ir precedida por dificultades en el desarrollo del lenguaje, habilidades sociales y motrices.

Síndrome de Asperger

Las personas afectadas con este síndrome muestran inflexibilidad del pensamiento, intereses limitados, pero apasionados y dificultad para aceptar y adaptarse a los cambios, para la comunicación e interacción social.

Este diagnóstico es en ocasiones más común que el resto de los síndromes que se han mencionado, no obstante, su sintomatología es en ocasiones percibida como aspectos característicos del individuo. Por este motivo, se tiende a pensar que muchas personas con Asperger no son diagnosticadas.

Trastorno generalizado del desarrollo no especificado

El diagnóstico de Trastorno generalizado del desarrollo no especificado, como ocurre con otros síndromes o trastornos psicológicos, se utiliza para aquellos casos en los que la persona cumple con algunos de los criterios del DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) para los Trastornos Generalizados del Desarrollo, pero sin cumplir los patrones conductuales necesarios para determinarlo.

Trastorno del Espectro Autista
Factores de riesgo del Trastorno del Espectro Autista. Fuente Unspalsh

Factores de riesgo

En la actualidad, no existe una firme teoría que explique cuales son las razones que propician la aparición de este diagnóstico. Sin embargo, existen factores de riesgo asociados al TEA que, según los expertos pueden ser genéticos o ambientales. Las últimas investigaciones en el campo buscan identificar aquellas sucesos que puedan estar relacionados con este trastorno.

  • Factores genéticos: en los últimos años se han identificado más de 100 genes relacionados con el TEA, no obstante, su diagnóstico parece darse por combinaciones complejas de mutaciones genéticas. Igualmente, la estadística indica que el mayor riesgo radica en tener uno o más familiares diagnosticados (20-60% de probabilidades)
  • Factores ambientales: que la edad de los/as progenitores/as en el momento de la concepción sea avanzada, que la persona gestante presente reacciones inmunológicas, prematuridad extrema asociada a un bajo peso al nacer, dificultades en el parto relacionadas sobre todo con la falta de oxígeno y exposición a ambientes contaminados.

Es importante señalar que el diagnóstico de TEA se da por la interacción de distintos factores y que, en ningún caso, está relacionado con una crianza específica. Asimismo, es importante señalar que, a diferencia de lo que en muchas ocasiones se afirma, las vacunas no producen este diagnóstico ni son un verdadero factor de riesgo.

Sintomas del Trastorno del Espectro Autista

El Trastorno del Espectro Autista, recogido en el DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) cuenta con varios síntomas fundamentales:

  • Movimientos estereotipados
  • Anomalías en la comunicación verbal y no verbal
  • Intereses y comportamiento limitado
  • Dificultad para alegarse de la rutina
  • Carencia de reciprocidad social y emocional

Estos síntomas pueden ser visibles en distintos ambientes o circunstancias. Por ello, es un trastorno que puede detectarse en el seno de la familia o en los centros escolares. Algunos signos son:

  • Falta de interés por los iguales (compañeros/as)
  • Carencia de juego simbólico
  • Falta de contacto visual, sonrisa social y expresiones faciales
  • Lenguaje literal (falta de comprensión de bromas/metáforas…)
  • Evitación de contacto físico
  • Aparición de intereses inusuales, recurrentes y no compartidos

¿Cuándo debemos acudir a un grupo especialista?

Al igual que es importante reconocer los síntomas y signos del TEA, es recomendable estar atentos a distintas señales de alarma que pueden suponer su manifestación.

Hasta 1 año

Falta de:

  • Balbuceo
  • Gestos
  • Interés por los juegos simples

12-18 meses

Falta de:

  • Señas
  • Imitación
  • Comunicación
  • Contacto visual
  • Interés por los juegos interactivos

Dificultad para:

  • Decir palabras sencillas
  • Responder a su nombre
  • Seguir indicaciones visuales

Manifiesta:

  • Respuesta inhabitual a estímulos auditivos

De 2 a 3 años

Falta de:

  • Contacto visual
  • Comunicación espontanea
  • Disfrute relacional o social
  • Implicación en juegos compartidos

Conocer la sintomatología del TEA nos permite realizar un diagnóstico precoz. Sin embargo, no es posible prevenir este trastorno. Esto se debe a la incapacidad para identificar las causas del mismo. No obstante, reconocer el trastorno a tiempo y desarrollar un programa de intervención adecuado para la persona es esencial para el buen desarrollo de su vida. Además, es recomendable involucrar a la escuela y la familia.

Es importante recalcar, de todas formas, que los puntos anteriormente expuestos son orientativos y que el diagnóstico de este y todos los trastornos han de realizarse por profesionales cualificados. Esta guía únicamente sirve para reconocer y familiarizarse con la problemática.

Comorbilidad. Cuando el TEA no aparece solo

Es muy común que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) aparezca como doble diagnóstico, es decir, que la persona que lo sufra tenga a su vez otro diagnóstico distinto. A esto lo llamamos comorbilidad y, en este caso, las personas con TEA son estadísticamente más susceptibles a presentar comorbilidad con esta serie de dificultades médicas:

  • Irregularidades metabólicas
  • Comoborbilidades gastrointestinales
  • Trastornos inmunológicos
  • Sensibilidad no celiaca al gluten
  • Flora bacteriana irregular
  • Trastonos Convulsivos

¿Existe un tratamiento eficaz para el TEA?

El trastorno del Espectro Autista (TEA) no cuenta con un tratamiento que elimine su sintomatología y, por tanto, haga desaparecer el diagnóstico establecido. Es decir, este es un trastorno que acompaña durante toda su vida a las personas que lo sufren.

Sin embargo, esto no implica que no se hayan desarrollado tratamientos para minimizar algunos de los síntomas y aumentar la calidad de vida de los/as afectados/as. Estos variarán según el tipo de TEA, su nivel de afectación y la edad del sujeto.

Niño con el Trastorno de Espectro Autista
Los niños con el Trastorno de Espectro Autista también son felices. Fuente Unspalsh

Con el objetivo de ayudar a las personas que sufren este trastorno, se pueden poner en marcha tratamientos conductuales, sin embargo, el más eficaz es el psicoeducativo. Este cuenta con la labor de psicólogos/as, logopedas, pedagogos/as, educadores/as sociales, etc. Su implantación es recomendada a nivel nacional e internacional cuando su objetivo es estimular las capacidades de las personas afectadas y permitir su desarrollo personal y social. Sea como sea, las asociaciones de familias afectadas por el TEA demandan atención especializada y basada en evidencias científicas. En este sentido, es importante recalcar la importancia de la atención temprana para el tratamiento precoz de este trastorno.

Adultos con TEA

Cuando las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) entran en tratamiento, lo hacen con el objetivo de transitar a la vida adulta de forma satisfactoria.

En general, las personas adultas con este diagnóstico son capaces de vivir de forma autónoma en la comunidad, con independencia del grado de afectación. Su inserción en la sociedad y en el mundo labora es, además, posible y eficaz. En este sentido, lo único que necesitan, es recibir la ayuda médica y psicológica pertinente.

Es cierto que existen casos en los cuales requieren de un mayor número de cuidados. Por poder darles un espacio seguro, se establecen centros de día para adultos con TEA, viviendas tuteladas, etc. El objetivo de los distintos proyectos que se llevan a cabo con personas adultas diagnosticadas con TEA es ayudarles a crear un proyecto de vida autónomo.

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