Trastorno de pánico con agorafobia: Conoce la historia de María

¿Qué es la agorafobia? ¿Cómo empieza? ¿Qué supone? ¿Tiene cura? El trastorno de pánico con agorafobia es el más frecuente en consulta y el más incapacitante. Esta enfermedad genera, en las personas que lo sufren, un deterioro importante en su funcionamiento social y laboral, lo que afecta profundamente a su calidad de vida. En este post os quiero contar la historia de María, una presa del trastorno de pánico con agorafobia

Qué es la agorafobia ¿Cómo empieza todo?
Qué es la agorafobia ¿Cómo empieza todo?

María, una presa del pánico y la agorafobia. Descubre las fases de este trastorno

¿Cómo empieza la agorafobia? El primer ataque de pánico

María nos cuenta cómo comenzó todo…

“Sería hace 4 años, cuando iba en coche al trabajo. Estaba perfectamente, pero de repente me empecé a sentir mal, como si me ahogara, taquicardias, nauseas. No sabía que me estaba pasando. Nunca había sentido esa sensación antes. Pensaba que me iba a dar un infarto y que moriría….”

“cuando pude recobrar el aliento  fui  corriendo a urgencias, donde me aseguraron que no me pasaba nada y que mi corazón funcionaba perfectamente. Esa información consiguió tranquilizarme en un primer momento, pero una vez en casa comencé a darle vueltas… y no podía creer que aquello que me había ocurrido no fuese nada, seguía pensando que algo grave tenía en el corazón”

Aquel día María sufrió un ataque de pánico. En muchas ocasiones el suceso que desencadenante estos ataques está relacionado con acontecimientos estresantes en la vida de las personas. En este caso, María tenía problemas en el trabajo ya que no se llevaba bien con los compañeros y había tenido una fuerte discusión con su pareja.

“…A raíz de ese primer ataque, cada vez que notaba una mínima sensación en mi cuerpo: los latidos de mi corazón, mi respiración, etc… pensaba  que volvería a tener un ataque y que moriría. Ese pensamiento me generaba mucha ansiedad y malestar. Cuando ocurría esto, terminaba yendo a urgencias ya que era lo único que conseguía aliviar mi ansiedad…”

“…es horrible sentir que te va a dar un ataque al corazón y que te puedes morir en cualquier momento. Ese pensamiento estaba presente a todas horas en mi cabeza, no podía deshacerme de él, a pesar de que lo intentaba con todas mis fuerzas”..

A partir de ese primer ataque de pánico, cada vez que María percibía un pequeño cambio en su organismo respondía con ansiedad, al anticipar la aparición de un nuevo ataque.

Reacciones que antes eran inofensivas para María, ahora le generaban mucho miedo: cambios que acontecían por variables del organismo como la ovulación, procesos digestivos, o cambios por actividades externas: ejercicios, relajación, etc…

La respuesta de miedo ante esos pequeños cambios en su organismo, le generaba una mayor activación en su cuerpo, lo cual era interpretado por ella con mucho más miedo aún. El próximo ataque de pánico estaba cerca.

La agorafobia empieza cuando tiendes a evitar los lugares en los que crees que puedes sufrir otro ataque de pánico

“A raíz de lo ocurrido, cada vez que tenía que coger el coche me ponía muy ansiosa porque pensaba que volvería a tener otro ataque de pánico. Por tanto, decidí que nunca más volvería a cogerlo, lo cual me genero bastante alivio en un primer momento”

“…después comencé a evitar también el metro, el autobús, el tren…ya que pensaba que ahí también me podía ocurrir. Esto fue lo primero de una lista interminable de sitios a los que no podía acudir…deje de ir al cine, a conciertos, a trabajar, deje también de salir con mis amigos y mi pareja. En resumen deje de tener vida”.

María aprendió a asociar el ataque de pánico con el lugar en el que tuvo lugar dicho ataque, en este caso con el coche, de tal modo que comenzó a evitarlo y es en este momento cuando dan comienzo las conductas agorafóbicas.

Posteriormente, María comenzó a evitar otros lugares. Lugares en los que aunque no había tenido ningún ataque de pánico, ella creía que lo podía tener, lo cual era suficiente para querer evitarlos.

Testimonios de pacientes como María, afirman que el motivo por el que evitan esos lugares tiene que ver con el miedo que les genera la posibilidad de tener  allí un ataque  y que nadie pueda ayudarles o que sea complicado salir corriendo de ellos para  ponerse a salvo.

¿Qué mantiene la agorafobia?

“…cuando mis amigos me proponían ir al cine, me ponía muy ansiosa ya que pensaba que podría tener allí un ataque de pánico y sentía que nadie podría ayudarme… que no podría escapar de aquel sitio… eso me agobiaba mucho”.

“…Para acabar con esas sensaciones tan desagradables de ansiedad  terminaba rechazando la invitación al cine y era entonces cuando me sentía muy aliviada, ya que la ansiedad desaparecía…”

Cada vez que María anticipaba la posibilidad de acudir a “esos lugares” comenzaba a desarrollar síntomas ansiosos y terminaba por evitarlos con el objetivo de acabar con la ansiedad.  María aprendió a asociar la evitación con el alivio que suponía terminar con la ansiedad que le generaba pensar en acudir a esos lugares.

Repercusiones de sociales y laborales de la agorafobia

“…perdí a mis amigos, perdí a mi pareja, perdí mi trabajo….perdí todo cuanto tenía… Me sentía incapaz de todo y mi autoestima estaba por los suelos. La mayor parte del tiempo estaba triste, ya no conseguía desfrutar de las cosas que antes me hacían feliz, me costaba dormir, y llegue a tener pensamientos relacionados con quitarme la vida…”

“El trastorno termino por convertirse en mi vida, y en esta no había cabida para nada más. Lo peor de todo fue ver como las personas que me querían se alejaban de mi lado por sentir que no podía hacer nada para ayudarme. Llegó un momento en el que me quedé sola, sola con mi trastorno, y todo lo demás dejó de importarme”  

¿La agorafobia tiene cura? ¿Se puede tratar?

“hace 4 años os hubiese dicho que no, que esto no tenía solución. Sin darme cuenta me había metido en un agujero que yo misma había escarbado y del que no sabía cómo salir.

“…No puedo dejar de emocionarme al pensar en la ayuda incondicional que mi familia me brindo y a día de hoy, me sigue brindando. Sin su apoyo, salir de este pozo nunca hubiera sido posible. Ellos me animaron a acudir al médico y una vez allí tuve la suerte de ser tratada por grandes profesionales. El camino no fue fácil, pero a día de hoy puedo decir que aunque no estoy talmente recuperada, mi vida es relativamente normal. Todavía hay ciertos sitios a los que sola no puedo acudir, pero algo me dice que esto será algo pasajero y que finalmente terminare venciendo a mis medios…”

María fue tratada en un centro de salud mental en donde psicólogos y psiquiatras colaboraron conjuntamente para ayudarle.

María recibió un tratamiento combinado, compuesto por fármacos antidepresivos y ansiolíticos junto a terapia cognitivo conductual, siguiendo así las recomendaciones con evidencia firme y consistente para el trastorno que padece.

A día de hoy, María sigue acudiendo al centro de salud mental y aunque han sido muchos los logros obtenidos todavía queda un poquito de camino para vencer totalmente al trastorno.

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