El Síndrome del profesor quemado: Qué es y qué consecuencias tiene en los alumnos

El estrés y la desmotivación docente es un problema cada vez más común entre el profesorado: Baja autoestima, sobrecarga de trabajo, agotamiento emocional y dificultades para hacer frente a alumnos conflictivos, desinteresados, rebeldes, etc… Las bajas por ansiedad y estrés han aumentado en los profesores. ¿Qué es el síndrome del profesor quemado o Síndrome “burnout” en los docentes? 

Diferentes estudios apuntan a que 6 de cada 10 profesores están “quemados”.  ¿Cómo repercute a los alumnos la desmotiviación docente? ¿Qué podemos hacer para minimizar sus consecuencias?

El Síndrome del profesor quemado: Qué es y qué consecuencias tiene en los alumnos

Además de a los profesores, El Síndrome de Burnout afecta a muchos otros sectores laborales. Tal vez te interese conocer qué es, cómo detectarlo y prevenirlo. Este trastorno emocional puede llegar a tener graves consecuencias, y se define como un agotamiento físico, mental y emocional. Quien lo padece, va perdiendo paulatinamente el interés por sus responsabilidades laborales o tareas. Este trastorno suele venir acompañado de estrés de tipo crónico que puede llegar a afectar a nuestra salud cerebral. Cualquier ser humano puede verse afectado por síntomas de cansancio, irritabilidad y desmoronamiento ante situaciones que parecen incontrolables. Pero, ¿qué ocurre cuando son los profesores los afectados por el síndrome de “Burnout”?

El síndrome del profesor quemado ¿qué es?

Ejercer como profesor y vivir ciertas condiciones, puede generar un desgaste personal, estrés crónico, cansancio emocional, agotamiento, pudiendo llegar a derivar finalmente en el síndrome denominado del “profesor quemado” o “burnout”.

El rol del docente ha cambiado bastante en los últimos tiempos. Los profesores se encuentran actualmente en una situación delicada: Falta de medios, pérdida de autoridad, alumnos conflictivos, etc… Estos factores pueden propiciar que el profesor se sienta abrumado y desconcertado. Y, aunque el docente comience a ejercer su profesión ilusionado y motivado, en pocos años, puede llegar a sentirse una persona frustrada y desconcertada.

El hecho de que los profesores puedan sufrir el síndrome del profesor quemado puede generar en los niños una visión diferente y distorsionada de la realidad a la que nos gustaría mostrarles.

Síntomas del profesor quemado

  • El profesor quemado presenta sentimientos de  baja realización personal: El profesor quemado, siente que fracasa en su trabajo y en su vida íntima. Sus relaciones laborales son ineficaces, Siente que no controla la situación ni sabe tratar con sus compañeros ni con sus alumnos. Esto ocasiona que piense que no tiene potestad alguna con respecto a sus pupilos y que genere síntomas de derrota o de ansiedad al verse desbordado por la situación.
  • El síndrome de Burnout en profesores implica agotamiento emocional: Un docente que presenta el síndrome de “Burnout” siente agotamiento emocional, tristeza, y sentimientos de “no puedo más”. Puede también ocurrir que estos síntomas se trasladen al terreno fisiológico y su propio cuerpo sufra con insomnio, cefaleas o molestias gastrointestinales.
  • Puede presentar síntomas de despersonalización: Al sentirse inútil y con baja capacidad emocional para llevar a cabo su día a día, el profesor se aleja. Intenta tener la mínima relación con los alumnos y con su trabajo posible. Está distante y no puede hacer nada por evitarlo. Esto puede llevarlo a ausentarse de su puesto de trabajo y a negar que sufre ningún síntoma de los anteriores.

¿Te imaginas en una condición así diariamente? Evidentemente tus interacciones con los demás darían un giro de 180 grados. ¿Imaginas a una persona que tenga que lidiar con 30 niños a la vez?

¿Cómo afecta el síndrome del profesor quemado a los alumnos? 

¿Resultan nuestros hijos perjudicados? Cuando los profesores sufren estrés crónico o depresión su actitud hacia los niños es pobre y muestran síntomas claro de estrés: En seguida, se irritan y evitan lidiar con los problemas cotidianos. Tienen actitudes menos sensibles, más lejanas y menos implicadas hacia los niños.

Un grado alto de burnout en los profesores trae como consecuencia un trato más distante e indiferente a los alumnos y menos atención a sus necesidades educacionales específicas. Esta actitud puede llegar a tener consecuencias negativas en la formación de los niños y adolescentes. Existen estudios que incluso sugieren que el estrés que sufre el profesor se pueda “contagiar” en clase entre estudiantes y profesores.

Científicos de la Universidad de British Columbia (UBC) analizaron la presencia de cortisol (hormona vinculada al estrés) en más de 400 estudiantes de primaria y 17 maestros, y encontraron que las aulas en las que los maestros dijeron estar más agotados física y mentalmente, los alumnos presentaron, también, mayor presencia cortisol. Para Eva Oberle (principal investigadora del estudio) “Esto puede sugerir que el estrés pudiera estar contagiándose en las clases entre estudiantes y sus maestros”. “Se desconoce qué ocurrió primero, si los altos niveles de cortisol o el agotamiento de los maestros. Consideramos la conexión del estrés entre maestros y estudiantes como un problema cíclico en las escuelas”.

El profesor quemado ha perdido el interés por la enseñanza, y las ganas de educar. Es posible que este agotamiento físico y emocional, le conduzca a tolerar ciertas conductas y comportamientos erróneos. Por otro lado, los niños aprenden por imitación. Entonces, puede que “copien” el comportamiento de sus profesores que tienden a estar deprimidos, de mal humor, presentan ineficiencia a la hora de solucionar los problemas…

¿Qué podemos hacer en casa? ¿Cómo ayudar a nuestros hijos?

  • Ayudar a desarrollar la inteligencia emocional de nuestros hijos es un gran aliado. El lenguaje con el que hablamos a nuestros hijos siempre debe ser positivo y afectivo. ¡Conoce el Efecto Pigmalión en los niños! Que sientan que estamos de su lado y que valen mucho. La motivación es muy importante. Si conseguimos que nuestro hijo sepa que aprender sirve de algo y que además, es divertido, habremos logrado un mundo en su carrera educativa.
  • Las interacciones deben ser constantes y cercanas. Interesarnos por su día a día, que vean que siempre estamos disponibles para lo que necesiten, es una buena manera de contribuir a su mejora emocional.

L. Jeon et al.  (The Ohio State University) .”Pathways From Teacher Depression and Child-Care Quality to Child Behavioral Problems”

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