Salud mental: Qué es y cómo estar mentalmente sanos

¿Qué es la salud mental? Todos deseamos estar sanos y gozar de un bienestar general, pero esto es imposible si no estamos mentalmente saludables. ¿Cuáles son las características principales de la salud mental? ¿Cómo son las personas mentalmente sanas? ¿Cuáles son las causas de la mala salud mental? ¿Y sus consecuencias? ¿Cómo se previenen los trastornos mentales? ¿Cómo detectarlos y tratarlos? En este artículo desmontaremos los falsos mitos sobre la salud mental y sus prejuicios. Además, te daremos las claves para mejorar tu bienestar psicológico y el de tus seres queridos.

Salud mental: Qué es y cómo estar mentalmente sanos

¿Qué es la salud mental? Definición

Según la OMS, es un “estado de completo bienestar mental, físico y social, y no meramente la ausencia de enfermedad o dolencia”. Esta es la principal definición que suele mencionarse al hablar de este tema. Es breve, muy explicativa y nos recuerda que para estar sanos tenemos que contemplar un gran número de variables.

Generalmente, cuando nos hablan de salud pensamos en catarros, dolores de cabeza u otros problemas físicos más o menos serios. No obstante, la salud mental es imprescindible para que nos encontremos realmente bien. Sin ella, da lo mismo lo estupendos que sean los resultados de nuestros análisis de sangre.

Es imposible separar nuestro estado psíquico de nuestro cuerpo. Ambos mantienen una relación bidireccional. El estudio de la salud mental es abordado desde múltiples profesiones y modelos diferentes. Actualmente hay una gran conciencia sobre la urgencia de contemplar la salud desde un punto de vista holístico para impulsar nuestro desarrollo personal.

Una de cada cuatro personas desarrollará al menos un trastorno mental a lo largo de su vida. No es necesario que nos alarmemos. Pero si queremos vivir bien, es preciso que aprendamos sobre la salud, tanto física como mental. Así podremos adquirir conocimientos y hábitos básicos para mantenerla. En este artículo te daremos algunas pautas para que puedas estar mentalmente sano y cuidar a tus seres queridos.

Características principales que definen la salud mental

  • La salud mental nos afecta en todos los ámbitos de nuestra vida: Nos posibilita interactuar adecuadamente con las personas que nos rodean, establecer vínculos afectivos sanos, tener un rendimiento laboral adecuado, ser capaces de llevar a cabo las actividades más cotidianas o acciones tan simples como detectar un semáforo, saludar o guiñar un ojo.
  • Nos permite desarrollar nuestro máximo potencial: Estar sanos mentalmente no se limita a vivir sin muchos percances. Nos motiva para proponernos y alcanzar metas, desarrollar nuestras facultades y enfrentarnos con vitalidad a las adversidades.
  • Consiste en poder alcanzar la felicidad: La cumbre del bienestar es la felicidad. Si nos encontramos bien, tendremos más facilidad para ordenar armoniosamente nuestras prioridades, ser parte de un grupo o valorar las cosas buenas de nuestra vida.
  • Es un proceso dinámico: A lo largo de nuestra vida vamos pasando por varias circunstancias diferentes. Nuestra mente va adaptándose a ellas. Puede que en la adolescencia estuviésemos más preocupados de lo normal por nuestro físico, pero ahora estemos satisfechos nosotros mismos. También cambian los valores de la sociedad, el contexto, la idea de “felicidad” o avanzan los instrumentos para mejorar la salud mental.
  • Lo que entendemos por salud mental es en parte cultural: ¿Quién define lo “normal”? En realmente lioso delimitarlo en asuntos como los trastornos sexuales.
  • Hay ciertos parámetros para evaluar la salud mental: A pesar de las discrepancias que puedan surgir, es posible fijar ciertas pautas que nos permitan estimar la salud mental para mejorar nuestra calidad de vida. Por ejemplo, una persona que se autolesione o tenga serios problemas laborales debidos a una sustancia adictiva, necesita incrementar su bienestar mental, físico y social.

Características de las personas mentalmente sanas

La salud mental no es una cuestión de todo o nada. Es un continuo con infinitas posibilidades. Es decir, entre una persona que goce de un absoluto bienestar y otra con un trastorno que amargue todas las áreas de su vida, hay varios estados posibles.

Por ejemplo, podemos estar pasando por una mala racha y esto no implica que tengamos una depresión. Todas las personas mentalmente sanas no siguen el mismo modelo de vida, pero sí comparten ciertas semejanzas:

  • Se ven de forma realista: Se conocen a sí mismas, ni se menosprecian ni se adoran en exceso.
  • Aprecian lo que tienen: Disfrutan el lado bueno de las cosas independientemente de sus circunstancias. Se aceptan y no olvidan quererse ni valorarse.
  • Sus relaciones sociales son satisfactorias: No es necesario que nos llevemos bien con todo el mundo. Pero todos sabemos o podemos imaginar el malestar que conlleva encontrarse aislado o no sentirse aceptado. Las personas mentalmente sanas son capaces de comunicarse sin problemas con la gente. Son emocionalmente inteligentes y mantienen un contacto agradable con sus allegados.
  • Saben desconectar y divertirse: La falta de descanso no solo nos agota físicamente. También afecta nuestro estado mental perjudicando tanto nuestras facultades cognitivas y nuestra percepción de la realidad.
  • No se boicotean a sí mismas: A veces el problema no está en el entorno ni es de origen orgánico. En ocasiones nos ponemos trabas sin darnos cuenta. Las personas mentalmente sanas saben hacerse autocrítica y actuar en consecuencia. Pero nunca impiden su propio progreso.
  • Se portan bien con los demás: Tenemos un fuerte impulso gregario que nos empuja a buscar la compañía de los otros. Deseamos vivir armoniosamente en sociedad. Las personas mentalmente sanas mantienen vínculos sólidos con los demás, los estiman y desean lo mejor para ellos. Portarnos bien es gratificante y adaptativo.

Causas de una mala salud mental

Los factores de riesgo que determinan la mala salud mental en las personas son múltiples y heterogéneos. De hecho, la compleja diversidad de los problemas mentales dificulta encontrar sus raíces. Cada uno tiene sus propias causas y peculiaridades.

Algunos parecen originados principalmente por daños cerebrales o predisposición genética, unos están tremendamente influenciados por el contexto sociocultural o los procesos cognitivos, en otros se encuentran asociaciones desadaptativas entre estímulos que el afectado aprendió en un momento de su vida, etc.

En este campo de estudio no dejan de producirse innovaciones y continuas teorías que nos permiten acercarnos a la verdad y al progreso. De la combinación de diferentes modelos van surgiendo interesantes explicaciones que van orientando la prevención de los trastornos mentales y cómo intervenir en ellos.

A pesar de que exista cierta incertidumbre, podemos nombrar los principales factores de riesgo, que son una mezcla de elementos ambientales, sociales, familiares, económicos e individuales.

  • Problemas familiares: Si los padres de un niño han padecido o padecen una enfermedad mental, él ha sufrido abusos o la familia se desenvuelve en un ambiente hostil, las posibilidades de que el bienestar mental del pequeño se deteriore aumentan exponencialmente.
  • Aislamiento: Una vida social placentera es una potente defensa contra la mala salud mental. Condiciones de discriminación, como el bullying, pueden desencadenar serios impedimentos como problemas de alimentación, depresión o síntomas de ansiedad. ¿Cómo evitar la depresión?
  • Estrés laboral: No dejamos de oír en los medios de comunicación sus devastadores efectos. Aún así, hay bastante gente que no puede plantearse otra alternativa. El desempleo y la precariedad laboral son otros factores con mucho peso en la mala salud mental.
  • Nivel social y económico bajo: Unas condiciones socioeconómicas adversas disminuyen la protección de los individuos y su capacidad de reacción ante un problema mental. Por ejemplo, la desnutrición tiene graves efectos tanto a nivel físico como emocional.
  • Poca adaptación al entorno: La sensación de estar desconectado del ambiente es desagradable para todos.Por ejemplo, para todos los que no han nacido en un entorno digital, el desconocimiento de la tecnología puede suponer un grave obstáculo.
  • Consumo de sustancias adictivas: Todos hemos oído hablar sobre las consecuencias de las drogas y las consecuencias del alcohol para el cerebro. La salud mental es una de las primeras afectadas.
  • Guerra: Esta situación aumenta la discriminación, la tensión, la percepción de injusticia y toda la gama de agentes que pueden destruir el bienestar de la gente.

No todas las personas expuestas a estas circunstancias van a desarrollar un trastorno mental. Tampoco todas las personas adaptadas a su entorno están mentalmente sanas. Aún así, conviene evitar estos factores de riesgo y luchar para que nadie aumente su vulnerabilidad al estar envuelto en estas situaciones.

Consecuencias y efectos de una mala salud mental

Los frutos de la mala salud mental se pueden apreciar en varias dimensiones de la vida de las personas. No todos los problemas mentales tienen el mismo alcance, solo algunos derivan en trastornos graves. Algunas dificultades, como una época de baja autoestima en la vida de un individuo pueden repercutir únicamente en las relaciones de su pareja o en su rendimiento académico y solucionarse en un breve periodo de tiempo.

No obstante, si se intensifica esta carencia de bienestar, puede trascender en problemas físicos, materiales, familiares o laborales. Una mala salud mental tiene efectos psicológicos y económicos adversos para el afectado e incrementa su riesgo de padecer enfermedades físicas.

Asimismo, estos problemas suelen implicar a gran parte del círculo de conocidos del perjudicado. Vivimos en una sociedad interconectada y a veces, los allegados del individuo con escaso bienestar psicológico se llevan la peor parte.

Prevención de los trastornos mentales ¿Cómo promover una buena salud mental?

Hay un gran desconocimiento en la sociedad sobre el significado de la salud mental y los hábitos necesarios para mantenerla y mejorarla. Lo primero que hay que hacer es concienciar a la gente de que cualquiera puede tener algún trastorno mental a lo largo de su vida y de que no es el fin del mundo.

Los medios de comunicación a veces promueven estereotipos perjudiciales para los colectivos en riesgo de exclusión. Se exhibe la imagen del “loco” y la realidad es mucho más extensa que los clichés predominantes sobre los trastornos mentales. No obstante, ellos tienen la clave para sensibilizar a la población y transmitir la urgencia de mantener hábitos mentalmente saludables. De vez en cuando, también promueven iniciativas para sensibilizar a la población al respecto.

Por otra parte, la política es una de las claves para desarrollar medidas que integren a las personas con cualquier tipo de problema mental. Como ciudadanos, permanentemente conectados y con la libertad de expresar nuestra opinión, tenemos el poder de reclamar más atención a un tema tan urgente como este.

También podemos actuar a nivel individual e intentar convencer a nuestros conocidos, amigos y parientes de la importancia de adoptar hábitos y medidas saludables, ya sea verbalmente o a través de las redes sociales. Si deseamos informarnos más, hay organismos públicos como la OMS que facilitan informes de prevención y una abundante bibliografía sobre este tema. Debemos recordar basarnos en fuentes bien fundamentadas.

¿Cómo detectar y tratar un problema de salud mental?

Los problemas de salud mental pueden afectarnos a lo largo de todo el ciclo vital. Falta de sueño, problemas de autocontrol, fobias, trastornos del desarrollo, mobbing, cambios bruscos de humor y otras circunstancias pueden producirnos un intenso malestar.

Si estás preocupado por ti u observas conductas inusuales en tus allegados, notas una sorprendente bajada en su rendimiento, te comentan lo mal que se encuentran, mencionan ideas descabelladas, poco coherentes o extremadamente negativas, es posible que exista un deterioro en la salud mental. En primer lugar, lo más adecuado es que mantengas la calma. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero recuerda que la salud mental es maleable, no todos los problemas son graves.

Hay unos criterios bastante heterogéneos para establecer un diagnóstico en estos casos y suele resultar complicado. No obstante, las personas idóneas para hacerlo son los profesionales. Si buscamos información en sitios poco fiables, como algunas webs no llevadas por expertos, tal vez saquemos conclusiones precipitadas y empeoremos la situación.

En cuanto al tratamiento, depende considerablemente según el problema. Hay diversos servicios comunitarios, centros especializados y profesionales convenientes para cada ocasión. En algunas situaciones, se pueden aprender estrategias muy útiles, cambiar de hábitos, probar alguna terapia, etc. En otras ocasiones, los psicofármacos son una buena alternativa (sólo si lo dice el psiquiatra). Igualmente, se puede optar por una combinación de varias soluciones. Cada caso es único e irrepetible.

Salud mental: Prejuicios y falsos mitos

Un prejuicio es una actitud (generalmente negativa) hacia determinado colectivo, persona u objeto basada en una generalización que se da en un contexto social determinado. La gente que padece problemas mentales tiene que enfrentarse a varias barreras sociales generadas por la desinformación y la carencia de empatía de otras personas.

El estigma se une a otras dificultades inherentes a su malestar y repercute negativamente en su recuperación. Aumenta su sensación de incomprensión y la vergüenza. Igualmente, pueden llegar a la negación o al agravamiento de sus síntomas. Es preciso desmontar varias creencias erróneas.

  • Los problemas mentales se deben a malas decisiones del afectado: Hay personas que utilizan causas morales (pereza, amor por los vicios, ausencia de voluntad…) para explicar el origen de los trastornos mentales y demás formas de malestar psicológico. Es una convicción absolutamente falsa.
  • Los problemas mentales son inmutables: Es cierto que hay enfermedades, como las demencias, que no se curan (de momento). Pero hay otras circunstancias como los trastornos de alimentación, las drogodependencias o los trastornos generalizados del estrés que pueden mejorar considerablemente. Cada vez hay más apoyos y remedios eficaces.
  • La gente con problemas mentales es peligrosa: De hecho, se estima que solo el 3% de personas con un trastorno mental actúa de forma violenta. Su situación produce más miedo, desesperación o desconcierto que agresividad.
  • Su integración laboral es una utopía: El malestar psicológico no tiene que afectar a todas las dimensiones del individuo. Pueden ser tan competentes y eficientes como cualquier persona.

Consejos útiles para mejorar tu salud mental y la de tus seres queridos

1. Recuerda que puedes influir en tu salud mental

Nosotros mismos somos capaces de repercutir en nuestro bienestar psicológico manteniendo un pensamiento positivo, aceptándonos y valorándonos mucho. No olvides quererte y comunicar a tus allegados lo importantes que son para ti. Con acciones tan sencillas como verbalizar tus emociones y comentar la importancia de hacerlo, puedes promover acciones saludables para todos.

2. Cuida tus relaciones sociales

La compañía de nuestros seres queridos es beneficiosa en todos los ámbitos de la vida. Nos permite adaptarnos mejor al entorno, alejarnos del aislamiento, nos proporciona más apoyo y nos hace más felices.

3. Intenta conocerte mejor

Debemos ser realistas y desarrollar nuestra inteligencia intrapersonal. Profundizar en lo que pasa en nuestra mente, saber cuáles son nuestros límites o explorar nuestros sentimientos son buenas formas de advertir cualquier defecto o problema en nosotros y buscar una solución. Así también aprenderemos a comprender mejor a los demás.

4. No te preocupes excesivamente

No es buena la indiferencia total, pero tampoco debemos volvernos hipocondríacos. Si llevas una vida sana; alimentándote bien, sin trabajar exageradamente, haciendo ejercicio físico, descansando lo suficiente, conectando con la naturaleza y realizas actividades que te hagan feliz, lograrás estar más saludable. Deja atrás lo malos hábitos y relájate.

5. Si tienes algún problema, acude a un profesional

Si algo no va bien, no tengas miedo o vergüenza. Busca un profesional con experiencia (psicólogo, psiquiatra, terapeuta…). Fijo que será una gran ayuda.

Muchas gracias por leer este artículo. Por último, cabe destacar que el voluntariado en salud mental resulta muy beneficioso para las personas que sufren algún trastorno y también es realmente gratificante para los voluntarios. Debemos ser conscientes de que cualquiera puede tener problemas de este tipo en un momento determinado de su vida. Su prevención y tratamiento son esenciales. ¿Te animas a promover hábitos saludables?

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