Fobia a las alturas: Qué es y cómo superarla

¿Te dan miedo las alturas? ¿Te sientes incapaz de observar un paisaje desde la cima de una montaña? ¿Te horroriza pensar en unas escaleras? La fobia a las alturas o acrofobia es un trastorno de ansiedad que dificulta bastante a los que lo padecen llevar una vida plenamente normal. Puede incapacitar a las personas incluso para realizar acciones tan cotidianas como asomarse a un balcón. Descubre aquí los síntomas, causas y consecuencias de la acrofobia. Además, te contaremos cómo superarla.

Acrofobia: Fobia a las alturas

Fobia a las alturas

Acrofobia o fobia a las alturas: Definición

La acrofobia puede definirse como un miedo intenso a las alturas. Las personas que padecen este trastorno de ansiedad sienten pánico a encontrarse en lugares elevados o simplemente se encuentran fatal al imaginarse en situaciones como escalar una montaña o utilizar un ascensor. Entre un 2 y un 5% de la población se enfrenta a este problema y la mayoría de los afectados son mujeres.

¿Qué es una fobia? No podemos seguir hablando sobre la acrofobia sin definir con precisión qué es una fobia. Este término se utiliza con asiduidad en el lenguaje cotidiano y a veces lo empleamos mal. Otras palabras como “depresión” o “estrés” sufren las mismas distorsiones por este motivo. Su uso indiscriminado nos confunde y complica hablar sobre estos problemas con propiedad.

Una fobia es una reacción de pavor que se produce cuando una persona se ve amenazada por el objeto de su miedo. Estas respuestas se dan siempre ante unos estímulos determinados (coches, agua, insectos, etc.) y son desproporcionadas.

Es decir, si nos persigue una descomunal serpiente venenosa y sentimos un intenso miedo, no podemos considerar que tengamos una fobia. Esta sería una emoción normal. De hecho, los síntomas de ansiedad que sentimos ante este tipo de estímulos es adaptativa porque nos permite conservar nuestra vida. Sin embargo, si nos desmayamos cada vez que alguien menciona la sangre, sí podríamos utilizar este término.

Las fobias son reacciones injustificadas. Incluso el sujeto que las padece las considera irracionales. Estos temores pueden llegar a ser una verdadera pesadilla para los que se enfrentan a ellos. En este artículo te contaremos todo lo que necesitas saber sobre la acrofobia, o fobia a las alturas y cómo superarla.

Fobia a las alturas: Síntomas

Las personas que padecen acrofobia no sólo sienten un profundo malestar pensado en la azotea de un rascacielos o en practicar deportes de riesgo que impliquen elevarse a una gran distancia del suelo.

Otras acciones que llevamos a cabo a diario como mirar por la ventana de nuestro primer piso o cruzar un puente un poco elevado pueden resultar extremadamente complicadas para ellas si su fobia es intensa.

Hay diferentes estímulos que producen un intenso temor en los acrofóbicos, pero no todos sienten miedo ante las mismas situaciones. Además, hay diferentes grados de intensidad de miedo a las alturas. Estos son los síntomas psicológicos y fisiológicos más comunes:

1. Ansiedad

2. Pánico

3. Pérdida de control

4. Dolor de cabeza

5. Mareos

6. Tensión y agitación muscular

7. Fuertes palpitaciones

Fobia a las alturas: Causas

Cabe destacar que todos tenemos miedo a las alturas desde la infancia. Pero el grado varía de unas personas a otras. Este temor también se presenta en los animales y es adaptativo, nos evita caídas peligrosas. En cuanto a la gente con fobia a las alturas, los motivos que han originado su trastorno pueden ser totalmente diferentes. Aquí te presentamos las principales causas:

1. Eventos traumáticos

Generalmente, estos sucesos suelen tener lugar en la niñez. Desde los hechos más corrientes como las caídas hasta grandes accidentes en los que la víctima sea gravemente afectada pueden repercutir en que se origine una fobia. Esto no implica que todas las personas que sufran algún acontecimiento desagradable relacionado con la altura vayan a padecer acrofobia.

Por otra parte, hay personas que adquirieron este trastorno a través de la observación a pesar de que ellas no resultaran heridas. Este proceso se denomina aprendizaje vicario. Por ejemplo, si vemos a una avispa picar a nuestro hermano mayor y observamos su reacción de pánico, es bastante posible que sintamos miedo cada vez que un insecto similar se nos acerque.

2. Hay personas más predispuestas desde su nacimiento

Se investiga la posible herencia de factores predisponentes a esta fobia. Por otra parte, algunos expertos afirman que existe un número más elevado de lo normal de acrofóbicos en una misma familia porque los niños observan a sus familiares desde pequeños y acaban desarrollando este trastorno.

3. Sesgos cognitivos

Las desviaciones en nuestros procesos de razonamiento también ejercen un papel importante a la hora de causar fobias como ésta. El procesamiento erróneo de datos sobre las alturas puede originar una preocupación desmedida que de lugar a una fobia. Podemos sobrevalorar la ocurrencia de accidentes o la gravedad de los mismos.

Fobia a las alturas: Consecuencias

Hay mucha gente que se siente totalmente incapaz de limpiar desde el exterior las ventanas de los edificios o que considera desagradable la idea de hacer paracaidismo. Esto no implica que tengan un problema. Es frecuente que tengamos reparos ante las situaciones potencialmente peligrosas. Pero las personas que padecen acrofobia experimentan intensas molestias relacionadas con las alturas frecuentemente. Igualmente, son perjudicadas a nivel social y ocupacional por sus miedos.

No todas las fobias son relevantes a nivel clínico. Por ejemplo, tener un miedo desproporcionado a las tarántulas no es una preocupación importante para una persona que pasa la mayor parte del tiempo en una capital. No obstante, las alturas se encuentran en cualquier parte.

Aún así, esta fobia no supone los mismos problemas para los que la sufren en todas las localizaciones. Hay ciudades llenas de cuestas y edificios elevadísimos que resultan un infierno para los acrofóbicos. En cambio, en otros lugares más llanos, los momentos que pueden resultar espeluznantes se reducen.

1. Conductas de evitación

Estas enormes molestias desencadenan varias conductas de evitación por parte de los acrofóbicos. Huir de los estímulos que provocan su respuesta de miedo mantiene el trastorno.

2. Renuncias a actividades habituales

Los acrofóbicos suelen rechazar diversiones como disfrutar de los miradores, subirse a una montaña rusa o dar un paseo en teleférico.

3. Problemas a nivel laboral

Pueden tener dificultades a nivel laboral si su empleo conlleva enfrentarse a las alturas. Aunque para la mayoría de los trabajadores que su oficina se traslade a un décimo piso no suponga ningún problema, esta situación puede ser realmente incapacitante para una persona con un excesivo miedo a las alturas. Pueden llegar al punto de disminuir su rendimiento o incluso que se vean forzados a dejar su trabajo.

4. Descenso general en la calidad de vida

Asimismo, cualquier fobia también puede empeorar notablemente la vida del que la sufre en varios ámbitos. Resultan muy frustrantes a nivel emocional y no pueden ser ignoradas por el que las padece. Además, tienen efectos negativos sobre el autocontrol de las personas.

Estos trastornos son relativamente comunes y obtienen una gran atención por parte de los profesionales de la psicología, que buscan maneras de ayudar a las personas que sufren una excesiva ansiedad.

¿Es lo mismo el vértigo que el miedo a las alturas?

Es frecuente que relacionemos estos dos términos porque ambos tienen que ver con un malestar relacionado con las alturas. Pero no son sinónimos. El vértigo es una sensación que provoca que los elementos que se encuentran a nuestro alrededor parezcan moverse (también podemos percibir que estamos girando nosotros). A menudo produce mareos y la pérdida del equilibrio.

Por otro lado, las personas que padecen fobia a las alturas pueden tener vértigo en un momento determinado. Pero esta impresión ilusoria es sólo uno de los síntomas de este trastorno. En definitiva, estas dificultades están relacionados aunque no son equivalentes.

Cómo superar la fobia a las alturas

Si tu miedo a las alturas no es patológico, hay formas de mantener la calma que pueden distraerte de estos temores. Es posible relajarse en situaciones de ansiedad. Sin embargo, si realmente tienes una fobia que te perjudique notablemente, lo más recomendable es solicitar ayuda profesional. Hay herramientas de evaluación psicológica como los cuestionarios que permiten saber si nos estamos enfrentando a un miedo desmedido o no.

Existen diversas terapias que han demostrado ser una gran ayuda para el miedo a las alturas patológico. Aún así, no se sabe cuál es el mejor método y cada persona es un mundo. No obstante, buscar a un tratamiento adecuado es indispensable para mejorar la calidad de vida de los afectados.

Terapia cognitivo conductual

Esta es la terapia más utilizada para tratar las fobias. Procedimientos como las técnicas de exposición cuentan con una larga y exitosa tradición en investigación y aplicación clínica. Estos métodos acercan a los acrofóbicos progresivamente al objeto de sus temores. Así adquieren progresivamente seguridad y se reducen las reacciones de ansiedad.

Los pacientes pueden ser dirigidos por los profesionales o someterse directamente a técnicas de auto-exposición, en las que toman un contacto más directo con sus miedos. Por otra parte, la exposición puede ser simbólica o en vivo. Se puede hacer incluso en grupo.

Los síntomas no siempre desaparecen por completo, pero los acrofóbicos tienen bastantes motivos para mantener la esperanza. Aún están a tiempo de viajar más y de realizar todo tipo de acciones cotidianas con más tranquilidad. Lo más probable es que la intervención psicológica incremente considerablemente su bienestar.

Además, estas terapias están en continua revisión. De hecho, el auge de las nuevas tecnologías permite un acercamiento a los estímulos que provocan ansiedad a través de la realidad virtual. Si tienes este problema, no dudes en contactar con un experto. Aún puedes vencer desafíos que antes no podías ni imaginar.

Muchas gracias por leer este artículo. Y tú, ¿te sientes a gusto observando paisajes escarpados o viajando en helicóptero? Si te has quedado con alguna pregunta o deseas hacer una aportación, te invitamos a comentar.

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