Estrés Psicológico y cáncer. ¿Influyen las emociones en el cáncer?

A veces oímos afirmaciones que sugieren que nuestro estado emocional, estados depresivos y estrés influyen en el cáncer, e incluso que lo causan. Pero, ¿qué hay de cierto en ello? ¿Cuál es la relación entre estrés psicológico y cáncer? También te contamos cómo influyen el cáncer y la quimioterapia en nuestras capacidades cognitivas, la quimioneblina, y nuestro estado emocional. También te damos 8 consejos para ayudarte a lidiar con esta enfermedad.

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Estrés psicológico y cáncer. ¿Hay relación entre el estrés y emociones y cáncer?

¿El estrés, la ansiedad y la depresión pueden causar cáncer?

El estrés es una reacción normal del organismo ante la percepción de una amenaza. Y esto, no es necesariamente algo negativo, sino que es una respuesta necesaria en muchos casos que nos ha hecho sobrevivir hasta ahora como especie. Sin embargo, demasiado estrés, y sobre todo sostenido en el tiempo puede tener un impacto muy negativo en nuestra salud física y emocional. Esto les ha llevado a pensar a muchos expertos el papel que puede jugar el estrés en el desarrollo de cáncer.

Entonces, la relación entre estrés psicológico y cáncer ¿sería de causalidad? ¿El uno es causa del otro? Lo cierto es que la respuesta todavía no está clara. Los resultados de los estudios son contradictorios.

Una revisión de 12 estudios en 2012 encuentra que el estrés laboral no se asociaba a un aumento de riesgo de cáncer, ni se relacionaba con el desarrollo de cáncer de mama, colorrectal, pulmón y próstata.

Otro estudio de 2017 encuentra que el estrés laboral experimentado por casi 2000 hombres Canadienses sí se asocia a un aumento del riesgo de cáncer de próstata.

Otro gran estudio en 2016, con 106.000 mujeres en Reino Unido, observó si el estrés frecuente o situaciones vitales negativas afectaban en su riesgo de cáncer de mama. Pero tampoco encontraron suficiente evidencia de esa relación.

Por tanto, no hay evidencia suficiente para suponer una relación directa entre el estrés psicológico y cáncer. Incluso en los casos en los que parece haber una asociación, no está claro si el estrés contribuye de forma directa o indirecta.

Causas directas VS. causas indirectas del cáncer

Una causa directa sería la bien conocida causa del cáncer de pulmón en la mayoría de casos. El tabaquismo, el acto de fumar tabaco aumentaría el riesgo de cáncer. Al igual que el consumo excesivo de carnes rojas y procesadas aumentaría el riesgo de cáncer colorrectal, el virus del Papiloma Humano el de cuello de útero, la exposición solar el melanoma… Todo ello serían causas directas.

Pero habría otras casos de causas indirectas, por ejemplo:

  • Alguien con estrés crónico empieza a fumar o a beber alcohol como forma de alivio. ¿Es el estrés lo que aumenta el riesgo, o fumar o beber? ¿O ambos?
  • Una persona experimenta estrés crónico mientras cuida a un familiar con cáncer. Posteriormente experimentan ellos mismos cáncer. ¿Sería el estrés el factor, o la genética?

¿Cómo afecta el estrés psicológico a personas con cáncer?

Aunque no está claro si el estrés psicológico causa cáncer, hay alguna evidencia de que el estrés puede tener un efecto negativo en cáncer existente acelerando el crecimiento tumoral y la metástasis.

Según un estudio en ratones, los animales estresados tenían tumores más grandes y se reducía su tasa de supervivencia, así como un sistema inmunitario debilitado. Otro estudio de 2019 encontró que había receptores de hormonas del estrés en lugares donde se había producido metástasis.

Las hormonas del estrés pueden inhibir un proceso del cuerpo que mata células enfermas y evita su propagación. El estrés crónico también aumenta la producción de ciertos factores de crecimiento que aumentan el suministro de sangre, lo que puede acelerar el desarrollo de tumores cancerosos.

Cambios psicológicos en procesos de cáncer

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El diagnóstico de cáncer trae consigo una gran carga emocional, y a veces se manifiesta como miedo, ansiedad y estrés. Hay muchos factores desconocidos en el proceso de cáncer, muchas preguntas… Estas emociones pueden empezar poco intensas y manejables, pero a medida que pasa el tiempo pueden volverse más intensas y difíciles de manejar, a veces desembocando en una depresión.

Cuando te dicen que tienes cáncer es natural reaccionar de alguna de estas formas:

  • Experimentar una sensación de “shock”
  • No creer el diagnóstico, especialmente si no has tenido síntomas
  • Sentir enfado
  • Sentir que la situación es injusta
  • Ausencia de reacción o reacción leve por un tiempo.

Algunas personas pueden sentir también:

  • Que han perdido el control de su vida
  • Miedo de que su cuerpo o auto-imagen cambie
  • Tristeza, culpabilidad, impotencia
  • Preocupación por su trabajo, su relación de pareja, sus hijos…

Estas reacciones revelan lo que estás sintiendo por dentro. Presta atención a tus reacciones, te mostrarán cómo necesitas cuidar de ti mismo, buscar apoyo y encontrar un nuevo equilibrio.

Cada persona experimenta la enfermedad y el tratamiento de formas diferentes. Algunas personas pueden reaccionar de manera intensa con un alto estrés psicológico. Algunas de estas reacciones pueden ser:

  • Físicas: Pueden no tener que ver con el cáncer o el tratamiento, como dolor de estómago, de cabeza, pérdida de apetito, insomnio, tensión muscular, fatiga, problemas de concentración.
  • Conductuales: Pérdida de interés en actividades que normalmente disfrutarías, evitar a la familia y amigos, irritabilidad y agresividad, desorganización.
  • Creencias falsas: Culparse a uno mismo, creer que lo mereces…
  • Emociones intensas: crisis de llanto, ansiedad o ira extrema.

¿Influyen las emociones en el cáncer?

Algunas opiniones de falsos expertos aseguran que los pensamientos negativos, el pesimismo y el estrés crean condiciones en nuestras células provocando el desarrollo de cáncer. Estas opiniones a menudo vienen acompañadas por propuestas terapéuticas para cambiar nuestra forma de pensar mas positiva que nos protegerá del cáncer, o incluso curarnos de la enfermedad.

Entonces, ¿deberías temer la posibilidad de padecer cáncer si no tiendes hacia el optimismo, o peor, tiendes a la depresión?

Un estudio intentó dar respuesta a esta cuestión, revisando otros muchos estudios acerca de la relación entre depresión y cáncer. Encontró que, aunque algunos estudios de baja calidad encontraron que personas con depresión tenían mayor riesgo de sufrir cáncer, no se puede afirmar pacientes con trastornos depresivos tengan mayor riesgo que la población general.

Esto no significa que no pueda haber alguna relación entre depresión y cáncer. Los estudios tienen limitaciones y sesgos que dificultan la interpretación de los resultados. Por ello hay que ser cautos al enfrentarnos a las declaraciones de curanderos y otras falsedades en internet.

Ademas, el estudio mencionado proporciona más datos en línea con el acuerdo general de la comunidad científica. Muchos estudios (como este, este y este) han sugerido que factores como actitudes, estado de ánimo, emociones positivas VS negativas y estrés no tienen nada que ver con el cáncer. Incluso, algunos de estos estudios demuestran que la relación puede ser inversa a lo que se esperaba, las personas deprimidas y aquellas con más estrés es menos probable que adquieran cáncer que aquellas positivas y sin estrés.

La creencia de que el pensamiento positivo y las emociones pueden prevenir el desarrollo de cáncer o incluso curando es consistente con nuestra necesidad de control. Preferimos vivir con la convicción de que tenemos control sobre algo que el hecho de que algo esté fuera de nuestras manos. De eso y de nuestro miedo hacia enfermedades como el cáncer se aprovecha los falsos terapeutas y algunas llamadas medicinas alternativas.

Desafortunadamente, no tenemos control de la mayoría de factores que inducen el cáncer, y hay otros que simplemente son desconocidos.

Quimioneblina

La quimioneblina, o quimiocerebro consiste en una afectación neurológica por la quimioterapia, y se refiere al deterioro de capacidades cognitivas como la atención, la memoria o el pensamiento durante un tratamiento de cáncer.

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A menudo la gente piensa que el deterioro cognitivo es un síntoma de la quimioterapia, pero puede desarrollarse antes, durante o después del tratamiento. Para algunas personas es breve, y otros lo padecen durante años.

La investigación también ha encontrado que otros tratamientos para el cáncer como la cirugía, la radiación, la terapia hormonal, pueden conducir también a la quimioneblina, debido a la inflamación del cuerpo. Es esa inflamación secundaria la que parece producir los síntomas cognitivos.

Efectos de la quimioterapia en el cerebro

Signos comunes de quimiocerebro incluyen:

  • Confusión mental
  • Dificultad para la multitarea
  • Olvidos y poca capacidad de atención
  • Problema para recordar palabras comunes o detalles como nombres o fechas
  • Dificultad para tomar decisiones de forma rápida
  • Disminución de habilidades motoras

Tratamiento de la quimioneblina

Los médicos no tienen todavía un tratamiento estandarizado para la quimioneblina. Pero programas de rehabilitación cognitiva como Cognifit pueden ser de ayuda. Algunos medicamentos han sido probados pero los resultados son variados.

En la mayoría de casos la quimioneblina es temporal y desaparece sola. En otros casos puede durar más tiempo.

¿Qué puedes hacer en casa para lidiar con la quimioneblina?

Registrar problemas de memoria en un diario pueden ayudarte a identificar causas potenciales o detonantes. También puede ayudarte a apuntar tareas importantes y evitar los problemas más frecuentes.

Otras formas de lidiar con la quimioneblina pueden ser:

  • Evitar la multitarea
  • Crea rutinas que sean fáciles de seguir
  • Alimentación sana incluyendo frutas y verduras, alimentos frescos y nada de ultraprocesados.
  • Descansar y dormir lo suficiente
  • Realizar actividad física
  • Tener un planificador diario, con notas y recordatorios.
  • Estimula tu cerebro con puzles, aprender algo nuevo o con ejercicios de estimulación cognitiva.
  • Busca apoyo psicológico o grupos de apoyo.

10 Consejos para sobrellevar un proceso de cáncer

La forma de lidiar y sobrellevar el cáncer es algo muy personal. Cada uno lo lleva de forma diferente, ya que cada circunstancia es única. El tipo de cáncer, el tipo de impacto que cada tipo tiene en la vida, la gravedad, las circunstancias familiares y personales…

Pero los profesionales cada vez se preocupan más de la manera de lidiar con la enfermedad que tienen las personas, ya que, como hemos visto, el estrés puede empeorar el pronóstico.

Lidiar con el cáncer se basa en afrontar y superar metas y desafíos. Esas metas pueden ser físicas, medicas, emocionales, interpersonales y espirituales. De una forma u otra todo se basa en mantener la calidad de vida, que ha sido amenazada y alterada por el cáncer.

En el siguiente vídeo, el Instituto Valenciano de Oncología nos explica la importancia del apoyo psicológico en procesos de cáncer y algunos consejos para sobrellevarlo:

Aquí te damos 10 estrategias que la investigación sugiere que son útiles para una gran cantidad de personas y que pueden serte de utilidad. Aumenta los niveles de bienestar, te ayudan a sentirte con más energía y resiliencia. Esto puede tener un impacto positivo en el sistema inmunitario, ayudándote a superar la enfermedad. Con esto no queremos decir que te vayan a curar, sino que es un granito de arena que sobre todo, te va a ayudar a vivir el cáncer con más paz y menos estrés.

Aunque como hemos dicho, estas estrategias pueden no servirte a ti en concreto. Además, las estrategias pueden ir cambiando con el tiempo, adaptándose a las circunstancias cambiantes de la enfermedad.

1. Afronta la realidad de tu enfermedad

Se ha visto que informarse acerca de la gravedad de la condición, hacer preguntas acerca de los pros y los contras de los tratamientos, mostrar una fuerte motivación para saber a lo que se enfrentan promueve un buen ajuste psicológico.

La negación es otra forma de lidiar con el diagnóstico cuando se siente que es demasiado y nos protege de sentirnos abrumados, nos aleja de la aceptación de la situación actual y se relaciona con un peor ajuste psicológico. Aunque, a veces, también nos permite ir asimilando la información poco a poco, y esa negación va desvaneciéndose con el tiempo.

Desarrollar una actitud proactiva nos ayuda a sentirnos con algo de control en esta situación. Mientras que adoptar una actitud pasiva, fatalista y de resignación nos hace sentir indefensos y a merced de la enfermedad.

En este punto, pregúntate lo que realmente sabes acerca de tu cáncer y tu caso particular. ¿Hay algunas preguntas importantes que no has preguntado?¿Has evitado informarte acerca de tu enfermedad? Quizá te ayude comenzar a ser más proactivo buscando información.

Investiga otros tratamientos y propónselos a tu médico, adopta buenos hábitos… En definitiva, hacer todo lo que está en nuestra mano nos ayuda a recuperar cierta sensación de control.

2. Mantén la esperanza y el optimismo

Aunque es normal sentir miedo e incertidumbre, en la mayoría de casos hay una base realista para la esperanza y el optimismo. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero intenta no perder el optimismo de vista cuando te acechen los miedos.

A veces, es difícil ser optimista en momentos en los que te sientes desafortunado, ya que has tenido la mala suerte de desarrollar cáncer, y quizá sientas que no es posible tener algo de buena suerte. Después de todo mucha gente no supera el cáncer. Es posible que pienses también que ser optimista significa no ser realista, y que en estos momentos hay que estar preocupado, que no le estás dando la importancia que deberías.

También puedes pensar que, si tu pronóstico es favorable, no es justo que tu puedas disfrutar mientras otros sufren. Sin embargo, si tuviéramos que sufrir porque otros están sufriendo, nuestro dolor no acabaría nunca, y además, no somos responsables del dolor ajeno.

Pero lo cierto es que, muchas personas se recuperan, lo realista es preocuparse en cierta medida y también confiar en que todo saldrá bien. El equilibrio entre preocupación y esperanza es esencial para adoptar una visión realista y de afrontamiento que te puede ayudar a superarlo.

4. Busca apoyo

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Es esencial contar con apoyo. Generalmente es mejor para nuestro ajuste psicológico contar con el apoyo de algunos seres queridos cercanos. Buscar apoyo significa expresar tus emociones y preocupaciones con otros, también pedir el tipo de apoyo que más necesitas. Esto significa que primero tienes que preguntarte a ti mismo qué es eso que necesitas.

Algunos familiares asumen que deben animar y enfatizar los positivo a la persona enferma. Aunque estos aprecian el esfuerzo, puede frenarles de compartir sus miedos y penas. A menudo, los pacientes prefieren oír que otros entienden cómo se sienten, que sus emociones son válidas y que estarán ahí pase lo que pase.

De forma más concreta puedes querer ayuda en tareas del día a día, como acompañarte a citas médicas, con los hijos, con la casa…

Si no tienes el apoyo que se encuentra disponible, intenta reflexionar por qué. Quizá estás minimizando tus propias necesidades por orgullo o por sentirte independiente y auto-suficiente. Pero lo cierto es que, todos necesitamos ayuda de vez en cuando.

A veces, obtener apoyo significa unirse a grupos de apoyo. Mediante el apoyo mutuo, la discusión de problemas comunes y compartir información médica, estos grupos de apoyo pueden ser de mucha ayuda. Investiga qué grupos de apoyo hay en tu zona.

5. Encuentra significado

Aunque el diagnóstico y el tratamiento de cáncer es una experiencia dolorosa y estresante en muchos aspectos, también puede ser una oportunidad para generar un cambio positivo. En respuesta a su enfermedad, muchos pacientes dan un paso atrás y observan quienes son y cómo han estado viviendo. Reflexionan acerca de sus valores y prioridades y a menudo identifican cambios necesarios en sus estilos de vida y relaciones personales. Esto a veces lo llaman como un “despertar”, una “llamada de atención”.

Los pacientes que aceptan este aspecto de su experiencia son capaces de lidiar mejor con las dificultades y baches causados por su enfermedad.¿Hasta que punto tu estilo de vida demuestra tus metas y valores? Piensa en lo que más te importa, y vuélcate en ello, pasa tiempo haciendo lo que mas disfrutas, aprecia lo que tienes… Para muchos, la enfermedad puede ser un impulso para el cambio positivo.

Pero a veces, la idea de que hay un mensaje o una lección que aprender con el cáncer o cualquier otra enfermedad, resulta en el sentimiento de culpa de quien lo padece y depresión. No tenemos cáncer porque tengamos que aprender algo, sino que, ya que tenemos cáncer, vamos a intentar sacar algo bueno de esta experiencia.

6. Espiritualidad

Muchas personas en nuestra sociedad tienen creencias espirituales, y esas creencias pueden ser de ayuda para lidiar con el cáncer. Los pacientes que lo hacen se benefician de una mayor sensación de paz, de fortaleza interna, y muestran mejor calidad de vida.

A través del rezo los paciente son capaces de conectar con el núcleo d su fe y con sus comunidades religiosas, encontrando la fortaleza necesaria para lidiar con la enfermedad.

7. Mantener la autoestima

Hay muchas maneras en las que el cáncer puede dañar la autoestima de una persona. Una de ellas es el estigma de tener cáncer, la creencia de que esto implica que hay algo malo en la persona que lo tiene. Además, muchas de las fuentes de la autoestima pueden verse amenazadas por el cáncer y los efectos de los tratamientos, como la apariencia, las capacidades físicas, el nivel de actividad, atributos personales como la salud y la independencia, el rol y la identidad dentro de tu familia o tu trabajo. Esto aumenta el riesgo de padecer depresión y el debilitamiento de las ganas de vivir.

Sin embargo, esto te da la oportunidad de encontrar nuevas fuentes de autoestima dentro de ti. Por ejemplo, puedes enorgullecerte de la forma en la que lidias con tu enfermedad. Puedes apreciar lo mucho que te quieren, no por lo que haces o tu aspecto, sino por quien eres. Puedes enorgullecerte por tu capacidad de expresar tus necesidades y pedir ayuda.

También puedes proteger tu autoestima manteniendo tus actividades normales y tus roles tanto como puedas. Tu enfermedad no te define, como si fuera tu nueva identidad.

8. Asume tu mortalidad

Parece que el mayor desafío al lidiar con el cáncer es luchar contra la posibilidad de la muerte. Constantemente los médicos y profesionales enfatizan la necesidad de mantener la esperanza, tener una actitud positiva y no rendirse. Parece que todo se centra en mejorar. Y sin embargo muchos pacientes mueren de cáncer.

No se presta mucha atención a ayudar a los pacientes a asumir la posibilidad de la muerte y encontrar algo de paz en ello, y no sentir que es un fracaso o una crueldad morir. Esto no significa que debamos resignarnos, ni dejar de hacer todo lo posible para evitarla.

Enfrentarse a la muerte es muy difícil, nuestro instinto de supervivencia va en contra de ello. La pérdida de la vida y todo lo que eso implica parece insoportable, y para muchos es demasiado horrible pensar en ello.

Para muchos pacientes esto es posible, y disfrutan de una sensación de paz que la aceptación les trae. Esa aceptación significa no obsesionarse con la muerte, sino tener presente que esa posibilidad está ahí, y seguir con tu vida. Es bueno revisar asuntos personales y financieros, de manera que puedas vivir tu vida, día a día.

Asumir la muerte puede venir de tus creencias religiosas, espirituales y filosóficas acerca de lo que es importante en la vida y por qué. Estas creencias puede darle significado y propósito a tu vida, y por tanto, consuelo a la hora de enfrentarte a la muerte.

Muchas personas son capaces de sentir y de saber que su vida ha sido importante y valiosa.

Estas estrategias ayudan a los pacientes a sentirse mejor, ya que están sobrellevando su enfermedad trabajando a través de su impacto emocional y manteniendo la perspectiva de que el cáncer no les define ni se apodera de su vida.

Se sienten mejor porque tienen apoyo de otras personas y de ellos mismos. También son conscientes de que la supervivencia no es el único objetivo importante, sino que la calidad de vida, las relaciones, los valores por los que viven y su espiritualidad también merecen atención y esfuerzo. Encuentran la paz al saber que la muerte por cáncer, si llega, no le resta significado, valor y alegría que la vida les ha traído a ellos y a sus seres queridos.

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