Estoy triste ¿Qué puedo hacer para superar la tristeza?

“No puedo más. Estoy harto de esta situación.”  “Estoy triste. No soporto mi vida. No quiero moverme del sofá.” “¿Por qué me ha dejado? ¿Qué hago yo sin él?” “No quería que se fuera. No asimilo que se haya ido.” “No tengo ganas de hacer nada. No tengo hambre. No quiero comer”. Si alguna vez has experimentado o estás experimentando, alguno de estos pensamientos, puede que estés atravesando un periodo de tristeza pasajero. Si quieres superar la tristeza, en este post te contamos cómo hacerlo.  

Estoy Triste

Estoy Triste

¿Qué es la tristeza?

La tristeza pertenece al grupo de las seis emociones básicas que tenemos todos los seres humanos: el miedo, la felicidad, el asco, la sorpresa, la ira y la tristeza. Estar triste se caracteriza por tener la moral baja, sentimientos de soledad, culpabilidad, cansancio… Es una respuesta a acontecimientos no placenteros:  un momento desagradable, una desilusión, muerte de alguien, ruptura sentimental, enfado con alguien a quien aprecias, etc.

Tristeza y depresión ¿En qué se diferencian?

Es muy importante no confundir la tristeza con la depresión ya que la causa y la manifestación de ambas no son iguales. La depresión se puede originar por distintas causas, o proceder simplemente de factores genéticos. A lo largo de nuestra vida vamos acumulando problemas que más adelante, pueden manifestarse en forma de depresión si tenemos predisposición genética. La persona con depresión se siente desamparada, desesperada y no tiene ilusión por vivir durante un largo periodo de tiempo. Mientras tanto, en la tristeza, la persona se siente triste pero es pasajero. Muchas veces no se la llega si quiera a considerar emoción sino más bien una especie de sentimiento momentáneo que no dura mucho tiempo. Si la tristeza comienza a invadir la vida de la persona, puede que se esté transformando en depresión.

Estoy triste ¿Cómo superar la tristeza?

“Me levanto por la mañana. Abro los ojos. Vaya asco de vida. No tengo ganas de vivir. No tengo ganas de salir de la cama. No puedo dejar de pensar en eso que me atormenta. Ya no sé qué hacer. Estoy triste.”

  1. La rutina del sí, puedo. Si este es tu discurso mañanero, estás triste. ¡Necesitas cambiar de actitud! Para superarlo, lo primero que debes hacer es asumirlo. Sí, estás triste. No pasa nada. No te preocupes. Una vez aceptado hay que superarlo. Cada mañana tienes que pensar en lo bonito que es vivir. En las ganas que tienes de hacer las cosas que te gustan y lo poco que te va a ayudar estar en la cama. ¿Vas a dejar que las sábanas te atrapen? ¿o vas a salir ahí fuera a demostrarle al mundo quién eres? Tienes que dejar que día a día, poco a poco, esos pensamientos vayan cambiando. Consejos para dejar de pensar en negativo.
  2. Ponte retos. Aunque estés triste, cada día, al despertar, tienes que fijarte un nuevo reto. Puede ser salir a correr, montar a caballo, caminar, cocinar tu plato favorito, hacer piragüismo, barranquismo o simplemente terminar de leer la novela que empezaste. Pero es importante que cuando se acabe el día te sientas realizado. Sientas que ha valido la pena. Estos son los malos hábitos que empeoran tu salud mental.
  3. Deja ir lo que te hace daño. Es normal que si estás atravesando una época difícil estés triste. Si te han despedido del trabajo, lo has dejado con tu pareja, has discutido con alguien, o algún familiar ya no está, es momento de comenzar una nueva vida. No podemos vivir anclados en las historias del pasado. Necesitamos acción y nuevas perspectivas. Aprender a disfrutar de la soledad es algo muy bonito e importante. Te ayuda a conocerte. Te ayuda a quererte. Te ayuda a superar la tristeza también.
  4. Sonríe aunque estés triste. Fíjate en los momentos positivos cuando se acabe el día. En la cama, piensa todo lo que te has reído, con quién, esas cosas que has hecho que tan feliz te han dejado. Necesitas focalizar tus energías en los ratos alegres y olvidarte de los tristes. Debemos aprender a ser felices.
  5. Realiza yoga o meditación. Cada vez son más los que se apuntan a este tipo de actividades. Son buenas tanto para la postura, como para la armonía. Meditar puede ayudarte a superar la tristeza. ¿No sabes qué es la meditación mindfulness? Puedes ver algún tutorial en Youtube, apuntarte a las clases de tu barrio o simplemente comienza por centrarte en todos tus músculos con los ojos cerrados. Sentirás que poco a poco te vas relajando y va cambiando tu actitud. A medida que avances en estas disciplinas, te sentirás más relajado.
  6. Realiza actividades al aire libre. Aunque estés triste, tienes que salir a pasear o a correr, fotografiar el paisaje, coger la hierba cuando está húmeda por la mañana, tocar la corteza de los árboles mientras anochece, sumergir el pie en agua marítima, realizar castillos de arena como si de un niño se tratase… Son actividades muy placenteras y que no cuestan dinero. Están a nuestro alcance y no las sabemos aprovechar. No dejes que las cuatro paredes de tu casa te atrapen y lánzate ahí afuera.
  7. Adopta o acoge una mascota. Está comprobado científicamente que tener mascota tiene muchos beneficios y puede ayudarte a superar la tristeza. En las protectoras de animales, se pueden adoptar mascotas por tiempo indefinido. Así te asegurarás un compañero de vida durante mucho tiempo. Sin embargo, si no estás seguro de que puedes cuidarlo por más de un periodo corto de tiempo, ¡acógelos! Es una opción que cada vez se practica más. Durante unos meses un animalito que necesita ayuda vive contigo, y tú, que necesitas un empujoncito de felicidad, vives con él. Los dos ganáis.
  8. Habla con las personas de tu alrededor. Muchas veces, contar nuestros problemas es una forma de catarsis muy efectiva. Sentimos que el peso menor. Nos aliviamos. Este truco es muy bueno también para levantar nuestro estado de ánimo. Si tienes la oportunidad de hablar con alguien te comprenda, que te pueda dar consejos, y que sepas que te hará bien, adelante. No tengas miedo de mostrarte débil. Todos estamos triste en algún momento, y si necesitamos desahogarnos ¿qué mejor que un amigo de toda la vida?
  9. Minimiza los síntomas de tristeza con el entrenamiento cerebral personalizado de CogniFit: Las personas que experimentan tristeza o depresión, sufren alteraciones cognitivas en funciones como la memoria de trabajo, inhibición, atención dividida, y en general las funciones ejecutivas. Estudios recientes han demostrado que el entrenamiento cerebral personalizado de CogniFit permite reducir los síntomas de depresión, permitiendo al paciente generar mejores estrategias para hacer frente a la rumia y perseverancia (síntomas típicos de la tristeza y depresión).

Por último, si ves que los sentimientos de tristeza persisten, es recomendable que visites a un especialista. Conoce las diferencias entre psicólogo y psiquiatra. Quizás necesites de ayuda de un profesional que te indique los pasos a seguir de una manera más controlada y eficaz.

La fisiología de la tristeza

Cuando experimentamos tristeza, los niveles hormonales de nuestro organismo se desestabilizan, provocando los siguientes efectos:

  • La tristeza se caracteriza por alteraciones en el sistema nervioso autónomo (SNA): El SNA sufre cierta subida de la frecuencia cardíaca y elevación de la presión arterial.
  • En un estudio de Cacioppo, Klein y Hatfield se demostró cómo la tristeza nos provoca una disminución de interés por otras actividades.
  • Estar triste agota: El cerebro está en constante estrés y demanda grandes cantidades de glucosa. Nosotros nos sentimos cansados y no sabemos muy bien por qué.
  • Cuando estamos tristes, podemos perder el “gusto” por lo dulce: Nuestros receptores disminuyen. Por eso podemos darnos “atracones” de dulces sin saber si quiera cuánto hemos comido.
  • El nivel de la hormona serotonina disminuye: Esta sustancia es la responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo.

En cuanto a la función evolutiva de la tristeza, hay diferentes opiniones. Por un lado, se cree que la tristeza puede servir para focalizar nuestras energías hacia dentro. Dejamos de prestar atención a nuestro alrededor para poder centrarnos en nosotros mismos. Por otro lado, como llamada de socorro. Los demás se fijan en nosotros y así nos ayudan a superar nuestra pérdida emocional. Los golpes nos hacen más fuertes.

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