Efectos de la cafeína: Qué es, alimentos ricos en cafeína y su adicción

La cafeína es la droga más consumida en el mundo. Sus efectos son bien conocidos: aumenta nuestra actividad y mejora nuestro rendimiento. Hay estudios que demuestran que es protector contra las demencias. Los efectos de la cafeína también pueden ser adversos: puede producir ansiedad o insomnio. Asimismo, puede crear dependencia. Te lo explicamos.

Efectos de la cafeína

Efectos de la cafeína

¿Qué es la cafeína?

La cafeína es la sustancia activa más consumida en el mundo. Casi toda la cafeína proviene de fuentes alimentarias (comida y bebida), mayormente del té y el café. En Estados Unidos, más del 90% de los adultos la utiliza regularmente, con un consumo diario de más de 200mg 2 diarios. Como resultado de los efectos psicoactivos de la cafeína, algunas religiones (Mormones, Adventistas, Hindúes) consideran que la cafeína, al igual que el alcohol, la nicotina, y otras drogas; nubla la mente y sobreestimula los sentidos. El consumo agudo y crónico de esta sustancia parece tener sólo consecuencias menores sobre la salud. Por esta razón, las agencias regulatorias no imponen ninguna restricción en el uso de la cafeína. Sin embargo, ya hace años se sugirió que la cafeína puede considerarse una droga de abuso (Gilliand and Bullock, 1984), y más recientemente algunos investigadores consideraron que el abuso, la dependencia y la abstinencia deben incluirse en los manuales diagnósticos.

Fuentes de la cafeína

Aunque el café y otros brebajes que contienen café fueron introducidos en Europa sólo hace unos cientos de años, su consumo ocupa ahora un lugar significativo en diferentes culturas. La cafeína está presente en varias fuentes alimentarias, como el té, el café, el cacao, el chocolate, y los refrescos. 

Propiedades farmacológicas de la cafeína

La máxima concentración de la cafeína en sangre sucede entre 15 y 120 minutos después de la ingestión oral en humanos. Como referencia, la ingestión de una taza de café proporciona una dosis de cafeína de entre 0,4 y 2,5 mgs. Para dosis menores de 10 mgs, la cafeína dura en nuestro organismo entre 5 y 9 horas en humanos

La cafeína produce la mayoría de sus efectos antagonizando (bloqueando) todos los tipos de receptores de adenosina. La adenosina está presente en todo el cerebro. Por lo tanto, la cafeína, como la adenosina, produce efectos en diversas áreas del cerebro.

La cafeína es metabolizada por el hígado en tres componentes: paraxantina, que aumenta los niveles de gasa y ácidos grasos; teobromina, que dilata los vasos sanguíneos e incrementa el volumen de orina; y la teofilina, que relaja los músculos blandos de los bronquios, y se utiliza para tratar el asma. No obstante, los niveles terapéuticos de la teofilina son mucho mayores que las cantidades que recibimos al beber café a niveles no tóxicos. Cada una de estos componentes se vuelve a metabolizar y se expulsa en la orina.

Debido a su seguridad, a sus efectos y su facilidad para cruzar la barrera hematoencefálica, la cafeína tiene efectos potencialmente terapéuticos en alteraciones del sistema nervioso central. Los efectos adversos de la cafeína incluyen ansiedad, hipertensión, interacciones con otras drogas, y síndrome de abstención (Ferré, 2008). La cafeína mejora la cognición, aunque también afecta al sueño.

Tolerancia a la cafeína y síndrome de abstinencia

La tolerancia a la cafeína se desarrolla muy rápidamente tras altas dosis. Por ejemplo, estudios demuestran que la tolerancia al insomnio se adquiere tras 7 días, la tolerancia a los efectos subjetivos de la cafeína tras 18 días; y también el síndrome de abstinencia, que incluye dificultades de concentración, dolores de cabeza, irritabilidad, mareos, insomnio y dolor estomacal y de las extremidades superiores (Fredholm et al., 1999).

El abuso y la dependencia ocurre tras el consumo en grandes cantidades y durante largos períodos de tiempo, incluyendo cafeinismo. El cafeinismo combina dependencia a la cafeína con una variedad de desagradables síntomas físicos y mentales como nerviosismo, irritabilidad, ansiedad, temblor, espasmos musculares, hiperreflexia, insomnio, dolores de cabeza, alcalosis respiratoria y palpitaciones. La cafeína incrementa la producción de ácidos estomacales, por lo que el uso prolongado puede provocar úlceras, esofaguitis y la enfermedad del reflujo gastroesofágico.

Efectos de la Cafeína

1- La cafeína incrementa los niveles de ansiedad

La cafeína provoca ansiedad en modelos humanos y animales, y puede precipitar ataques de pánico. Es interesante que los pacientes que sufren de trastorno de pánico, son particularmente sensibles a dosis pequeñas de cafeína.

El efecto de la cafeína en la ansiedad se ha reforzado por el hecho de que los agonistas (liberadores) de la adenosina tienen efectos ansiolíticos (que evitan la ansiedad) en roedores

2- La cafeína incrementa el nivel de alerta y reduce el sueño

Uno de los efectos de la cafeína más conocidos, es que reduce el sueño. Los estudios sobre los efectos de la cafeína en el sueño demuestran que la cafeína prolonga el estado de alerta a través de la adenosina. En una revisión sobre este tema, Porkka-Heiskanen y cols. (2008) propusieron que la adenosina es un neuroprotector contra el gasto de energía. En un área cerebral crítica que controla el estado de alerta, los niveles de adenosina comienzan a aumentar en respuesta a períodos prolongados de actividad. Este incremento conlleva un descenso del nivel neuronal, y el sueño es inducido antes de que se afecte el equilibrio cerebral.  Por ello, los antangonistas de la adenosina incrementan el nivel de alerta. Está bien documentado que la adenosina ejerce sus efectos a través del sistema basal colinérgico, el sistema encargado de lo niveles de aleta. 

3- La cafeína puede mejorar cognición, aprendizaje y memoria

La adenosina endógena (la que crea nuestro cuerpo) juega un papel importante en los procesos de aprendizaje. Por ello, durante mucho tiempo se ha propuesto a la adenosina como tratamiento para los trastornos de memoria. Los efectos cognitivos de la cafeína se deben mayormente a su capacidad de afectar el hipocampo y la corteza temporal, áreas que controlan la memoria y la cognición. No obstante, los efectos estimulantes que sentimos tras beber una taza de té también pueden deberse a mejoras en la atención y el procesamiento de la información, la mejora del nivel de alerta y en el procesamiento perceptual. 

Existe la posibilidad de que la ingesta crónica de la cafeína proteja del deterioro cognitivo asociado a la edad. Mujeres mayores que bebieron cantidades relativamente altas durante su vida tienen mejores puntuaciones en tests de memoria y de otros procesos cognitivos que las que no bebían café (Johnson-Kozlow, M., et al. 2002). Otro estudio demostró que las personas que bebían más café durante los años anteriores, tenían menos riesgo de padecer Enfermedad de Alzheimer que las personas que bebían menos, teniendo en cuenta otros factores contribuyentes. Estos efectos han sido replicados en estudios a gran escala. En otro estudio, se les añadió cafeína a la bebida de unas ratas a las que se les provocó demencia a través de la inyección de beta – amiloide, la proteína que aparece en los cerebros de personas con Alzheimer. Pues bien, las ratas que bebían cafeína, desarrollaron menos Alzheimer.  

4- Cafeína y parkinson

Hace años, se mostró una asociación significativa entre una mayor ingesta de cafeína y una menor incidencia de la Enfermedad de Parkinson. Asimismo, parece existir un efecto beneficioso para pacientes que ya tienen esta enfermedad.

5- Cafeína y su relación con la epilepsia

Existen varios estudios clínicos que apuntan a que la ingesta de cafeína puede aumentar la posibilidad de ataques epilépticos. Tras las osbervaciones de que la adenosina tiene efectos anti-convulsionantes, se demostró el efecto terapéutico de los compuestos que contienen adenosina, y ahora se acepta que la adenosina es un anti-convulsionante endógeno.

6- Relación entre la cafeína y depresión

Las ratas con manipulación genética o inyecciones que disminuyen la adenosina son menos sensibles a la inducción de la depresión. Este efecto antidepresivo se relaciona posiblemente con la transmisión dopaminérgica en la corteza frontal.  La depresión se asocia con falta de motivación y retardo psicomotor. En este contexto, la inyección de adenosina en el núcleo accumbens de ratas parece regular estos procesos.

Dependencia o adicción a la cafeína

Aunque el consumo de dosis bajas a moderadas es seguro, un número creciente de estudios clínicos muestran que los usuarios llegan a depender de esta droga y que son incapaces de reducir el consumo aún y conociendo los problemas de salud asociados con su uso, incluyendo problemas cardiovasculares y complicaciones perinatales (Meredith, 2013). Como consecuencia, la Organización Mundial de la Salud y un amplio grupo de profesionales de la salud reconocen la dependencia a la cafeína como un trastorno clínico.

Referencias

Ferre S (2008). An update on the mechanisms of the psychostimulant effects of caffeine. J Neurochem 105, 1067-1079

Fredholm et al. (1999). Actions of Caffeine in the Brain with Special Reference
to Factors That Contribute to Its Widespread Use. Pharmacological Reviews 51(1)

Gilliland K and Bullock W (1984). Caffeine: A potential drug of abuse. Adv Alcohol
Subst Abuse 3:53–73

Johnson-Kozlow M, Kritz-Silverstein D, Barrett-Connor E, Morton D (2002). Coffee consumption and cognitive function among older adults. Am J Epidemiol 156, 842-850

Meredith, SE, et al. (2013).  Caffeine use disorder: a comprehensive review and Research Agenda. Journal of caffeine research 3(3)

Porkka-Heiskanen T, Alanko L, Kalinchuk A, Stenberg D. (2002). Adenosine and sleep. Sleep Med Rev 6, 321-332.

Ribeiro, JA and Sebastiao AM (2010). Caffeine and Adenosine. Journal of Alzheimer´s disease 20 S3-5

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