¿Tu hijo está triste? Descubre cómo prevenir la depresión infantil

Solemos pensar que los niños no tienen motivos para estar deprimidos, pero la depresión infantil existe igual que la depresión en adolescentes y adultos. Aprender a prevenir la depresión puede ser muy útil para que tus hijos no lleguen a pasar por esta enfermedad, además de ayudarles a tener mayor equilibrio emocional en el futuro. Te contamos cómo prevenir la depresión infantil, nunca se puede tener la certeza de evitarla, pero estos métodos te ayudarán a estar alerta y a actuar a tiempo.

Cómo prevenir la depresión infantil
Cómo prevenir la depresión infantil

Consejos para prevenir la depresión infantil

1. Conversa con tus hijos y préstales atención: a veces puedes hablar con tus hijos de forma automática sin hacer demasiado caso a lo que te están contando. Los niños siempre dicen lo que piensan de forma sincera, así que tienes que escucharles para poder descubrir lo que sienten. También tienes que pensar en las cosas que tus hijos no te dicen, las que les preocupan y no se atreven a afrontar. Debes estar listo para hablar sobre temas difíciles para que tus hijos se sientan seguros cuando te cuentas cosas.

2. Los niños necesitan sentirse seguros, por lo que pueden llegar a sentirse deprimidos cuando vienen grandes cambios. Si estás pasando por algo así, tienes que intentar mantener las rutinas anteriores que seguían los niños, como irse a dormir a la misma hora, por ejemplo.

3. El agotamiento puede tener mucho que ver con la depresión, si notas que tus hijos tienen insomnio, toma medidas para solucionarlo y asegurarte de que están descansados.

4. Refuerza positivamente a tus hijos: reconoce el esfuerzo que ponen los niños para hacer algunas cosas y felicítales por sus logros. Es mejor hacer esto en lugar de decirles que no pueden hacer algo o centrarte en lo que han hecho mal.

5. Mantente a su lado: ya hemos dicho que los niños necesitan sentirse seguros, por eso tienen que creer que sus seres queridos van a estar ahí cuando los necesiten. Aunque estés muy ocupado intenta sacar algo de tiempo para estar con ellos.

6. Intenta entender los sentimientos de tus hijos y diles que comprendes cómo se sienten, o que te has dado cuenta de que están tristes por algo. Ábrete a ellos y no esperes a que estás situaciones pasen por sí solas.

7. Tienes que aceptar que no vas a poder evitar siempre que tus hijos se disgusten, tienen que aprender a manejar sus emociones y a lidiar con estas situaciones por ellos mismo. Que tengan alguna decepción de vez en cuando no es algo negativo.

8. No agobies a tus hijos con preguntas: muchas veces los niños no comprenden bien lo que sienten o no saben explicarlo con claridad. Si les preguntas demasiado sobre sus sentimientos empezarán a tener dudas sobre ellos y se sentirán menos seguros para expresarlos en ocasiones futuras.

9. Si tienes muchos conflictos en casa intenta reducirlos o resolverlos. Si los niños están expuestos durante mucho tiempo a este tipo de situaciones tienen más riesgo de acabar deprimidos. Se sienten incapaces de resolver las cosas malas que pasan a su alrededor y esto afecta mucho a su autoestima. Cuanto antes trates de solucionar estos problemas, antes mejorará la situación en casa.

10. Tienes que investigar las tendencias depresivas de tu familia. Si has tenido parientes que hayan pasado por depresiones deberías estar atento, ya que en esta enfermedad también intervienen factores genéticos. Si uno de los dos padres ha tenido depresión, los niños tienen un 25% de probabilidades de tenerla. Si los dos padres la han tenido, las probabilidades de que los hijos también la tengan es del 75%.

11. Los niños que tienen enfermedades y necesidades especiales también pueden tener depresión al sentirse excluidos o menos capaces que los otros niños. En estos casos tienes que escuchar las preocupaciones del niño y buscar formas de que comparta actividades con otros niños.

12. Si no consigues prevenir la depresión, busca ayuda. Todos estos consejos ayudan a prevenir la depresión, pero en algunos casos las cosas pueden complicarse y el niño puede acabar deprimido pese a todo. En estas situaciones conviene consultar con un profesional, ya que ignorar la depresión sólo va a hacer más daño al niño.

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