¿Cómo detectar el estrés en niños?

Los padres a menudo infravaloran las preocupaciones de sus hijos y no son capaces de detectar el estrés que ellos viven. El estrés en niños es más frecuente de lo que pensamos. Descubre aquí en qué consiste, cómo se manifiesta, las causas, las consecuencias y cómo ayudar a nuestros hijos con estrés.

Estrés en niños
Nuestros niños están estresados

¿Qué es el estrés infantil?

El estrés es una respuesta natural del organismo para actuar ante circunstancias demandantes o adversas. Biológicamente hablando nos ayuda a lidiar con situaciones de vida o muerte. Esta respuesta de lucha-huida provoca un cambio en nuestras hormonas, incluyendo la liberación de cortisol y adrenalina, lo que eleva la presión sanguínea y la tasa cardíaca. El estrés es beneficioso a corto plazo, nos prepara para actuar y hacer frente a determinadas situaciones. Sin embargo, cuando la respuesta de estrés está siempre funcionando puede conllevar problemas.

Esto nos pone en riesgo de sufrir de enfermedades cardíacas, obesidad, diabetes, problemas psicológicos como depresión, miedo, dificultad de aprendizaje. Esta activación prolongada de la respuesta de estrés se denomina “estrés tóxico”

Descubre aquí las consecuencias del estrés crónico en nuestro cerebro.

Nuestros hijos están estresados y no lo sabemos.

Según un estudio llevado a cabo por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), alrededor de un 20% de los niños dicen preocuparse mucho. Desafortunadamente, los padres subestiman bastante las emociones de sus hijos. Sólo un 3% de los padres reconocen el estrés de sus hijos como extremo, y mientras un 33% de los niños experimentan dolores de cabeza en el mes previo al estudio, sólo un 13% de los padres lo reconocen como relacionado con estrés.

estrés en niños
Los niños están sobrecargados y no nos damos cuenta

Otra encuesta llevada a cabo por WebMD muestra que los padres puntúan el colegio y los amigos como las mayores fuentes de estrés en la vida de sus hijos. También encuentra que el 72% de los niños con estrés muestran conductas negativas asociadas, y un 62% tienen síntomas físicos como los dolores de cabeza o estómago.

También muestra que 1 de cada 5 padres puntúan su propio estrés como el máximo (10 de 10), y más de la mitad (57%) aseguran que su estrés era de un 7 o más. Sin embargo, consideran que sus hijos están bajo poco estrés; el 60% de los padres puntuaban el estrés de sus hijos como 4 o menos.

Lo cierto es que la APA encuentra que los estudiantes de instituto tienen niveles de estrés similares a los de los adultos.

Los niños experimentan diferentes tipos de estrés que sus progenitores, como la preocupación por el desempeño escolar, las relaciones con hermanos y compañeros, con la situación financiera de su familia, pero viven las mismas emociones. Los problemas de salud mental como la ansiedad, depresión y estrés puede tener un impacto negativo en el desarrollo del niño a largo plazo, especialmente porque sus cerebros están todavía desarrollándose. El estrés afecta a procesos biológicos, lo que tiene su impacto en todo su organismo.

Causas de estrés en niños

¿Qué es lo que lleva a los niños a tener esta tensión?

En el siguiente vídeo la psicóloga Úrsula Perona nos cuenta los estresores más importantes para los niños.

Presión en el desarrollo del niño

Ya desde educación infantil se les presiona a los niños para que empiecen a andar antes, escriban antes, aprendan los números antes. Incluso en la etapa preescolar ya empiezan a tener tareas para casa. Antes la guardería era para pasarlo bien y jugar con otros niños. Los niños de primero y segundo de primaria tienen más deberes de los recomendados.

Según un informe de la Universidad de Virginia ha encontrado que el tiempo que pasan los niños aprendiendo a leer y escribir en etapa preescolar ha aumentado un 25% desde 1998, mientras el tiempo invertido en arte, música y educación física ha descendido de forma dramática.

Presión académica

La presión que sufren los niños con los exámenes es tremenda. Los sistemas educativos favorecen la competitividad y encajar en un patrón de aprendizaje concreto. Pero lo cierto es que no todos los niños aprenden igual. Se les enseña a los niños que tienen que estudiar para sacar buenas notas, no para aprender.

estrés en niños
Los niños tienen mucha presión académica

Horarios sobrecargados

Después del colegio los niños están llenos de actividades extraescolares. Casi todo su tiempo se llena de “productividad” y apenas tienen tiempo para jugar. Actividades como los deportes, el arte o la música deberían ayudar a aliviar el estrés, no añadir más.

Pocas actividades liberadoras de estrés

Los niños cada vez tienen menos descansos, menos horas de Educación Física y música. Los niños tienen muy poco tiempo de ocio en familia y poco juego no estructurado. El poco tiempo libre que tienen suele ser con el ordenador, tablet…

Saturación de contenido digital y contenido adulto

En el siguiente vídeo la psicóloga Úrsula Perona nos cuenta algunos consejos para reducir el estrés provocado por el abuso de nuevas tecnologías.

La mayor parte del ocio del niño se reduce al uso de pantallas y el acceso a contenido digital. Los niños están expuestos cada vez antes a contenido adulto violento y sexual. Debido al ritmo frenético de vida adulto no se presta atención en supervisar el contenido al que acceden los niños ni a proponer otras alternativas de ocio.

Abuso escolar

El bullying y ciberbullying están a la orden del día. Y lo que antes era un acoso limitado al ámbito escolar, con el acoso a través de redes sociales los niños y adolescentes no están tranquilos ni siquiera en sus casas. Esto es fuente de estrés crónico que afecta a todas las áreas de su vida y es muy importante detectarlo y tratarlo a tiempo.

Descubre aquí las consecuencias del bullying.

Falta de sueño

Las vidas frenéticas de nuestros hijos y el uso de pantallas antes de irse a dormir afecta negativamente en la calidad de su sueño. Esto tiene consecuencias negativas para su desarrollo y rendimiento diario, produciendo un círculo vicioso.

Enfermedades crónicas

Asma, obesidad, problemas conductuales y dificultades de aprendizaje son los problemas más prevalentes que sufren los niños. El sobre-diagnóstico, la sobre-medicación, la comparación con otros niños, el fracaso escolar, son unas fuentes importantes de estrés.

Disrupción familiar

Situaciones complicadas como enfermedad de los padres, problemas económicos, divorcios puede estresar en gran medida a nuestros hijos.

Estrés parental

Los niños aprenden por modelado. Si los padres están estresados, los niños lo van a estar también. Van a aprender a preocuparse. Por ello es necesario abordar nuestro propio estrés si queremos que nuestros hijos estén más tranquilos.

Síntomas del estrés en niños ¿Cómo identificarlo?

¿Cómo podemos detectar que nuestros hijos están estresados? Los adultos podemos identificarlo más fácilmente en nosotros, pero los niños no van a decir: “Papá, tengo estrés”. Por ello hay que estar atento a signos sutiles como los siguientes:

  • Actuar de forma inusualmente irritable, o taciturno
  • Cambios inexplicables en el desempeño escolar
  • Retraímiento de sus amigos
  • No participa en actividades que le solían gustar
  • Síntomas físicos inexplicables, como dolores de estómago o de cabeza.
  • Dormir más o menos de lo habitual
  • Comer más o menos de lo habitual

Todo el mundo puede experimentar estrés o ansiedad. Es común, pero si interfiere en la vida cotidiana, o si los niveles de estrés no bajan cuando la situación estresante a pasado, es hora de buscar ayuda.

Consecuencias del estrés infantil

Cuando el estrés es sostenido en el tiempo, las hormonas del estrés terminan inundando nuestro cuerpos durantes días, semanas e incluso meses. Estudios de investigación sugieren que el cortisol (la principal hormona del estrés) disminuye el volumen cerebral si se mantiene mucho tiempo ahí. Es decir, favorece la muerte celular, frena la regeneración y disminuyen las conexiones entre neuronas, sobre todo en la zona del hipocampo. Esto genera estados depresivos y ansiosos, nos vuelve inmaduros y nos provoca dificultades de aprendizaje.

Los cerebros de los niños, con su rápido crecimiento, donde las conexiones neuronales crecen por millones, son especialmente vulnerables a la acción del cortisol. Varios estudios (como este y este) han encontrado que los niños expuestos a situaciones extremadamente estresantes – como violencia en el hogar o castigo corporal- tienen un cociente intelectual (CI) significativamente menor que los niños que no han sido expuestos a dichos traumas.

Aunque, no sólo situaciones extremas tienen un efecto perjudicial en el desarrollo cerebral de los niños. Este estudio encuentra que los niños expuestos a “caos familiar” se relaciona con un menor CI y más problemas de conducta. Otro estudio sugiere que el abuso verbal paretal conduce a menor CI y menor sustancia gris cerebral (esencial para el aprendizaje, al coordinar la comunicación entre diferentes áreas del cerebro).

Cómo ayudar a tu hijo si sufre estrés

En el siguiente vídeo, la psicóloga Úrsula Perona nos explica qué ocurre cuando el estrés de los niños proviene de la familia y consejos para reducir el estrés en los niños.

¿Qué podemos hacer si detectamos estrés en nuestros hijos?

  1. Pasa tiempo con tu hijo, hazle saber que estás ahí para apoyarle. Pregúntale si está bien, y que si hay algo que le preocupe. Si no te lo cuenta hazle saber que estás ahí para escucharle y ayudarle, sin presionarle.
  2. Asegúrate de que el niño pasa algún tiempo de juego o actividades desestructuradas, en casa o en el parque. Donde puedan correr libres o hacer lo que más les apetezca.
  3. Ayúdale a identificar su estrés y normalízalo. Ayúdales a que identifiquen y le pongan nombre a su estrés, por ejemplo “El señor preocupado”. Explícale que es una respuesta del cuerpo cuando esperan que ocurra algo que da miedo. Ayúdale a identificar sus síntomas y qué pueden hacer en esos momentos, como irse a un rincón seguro a relajarse o enséñales algún técnica de respiración sencilla.
  4. Establece rutinas saludables, como una buena alimentación, horarios para irse a la cama regulares y algo de actividad física diaria.
  5. Consulta con tu pediatra para que te refiera a un psicólogo o acude directamente si el estrés es persistente y abrumador.
  6. Maneja tu propio estrés. El estrés se contagia de padres a hijos. Aprendiendo a manejar tu propio estrés estarás ayudando a tu hijo y mejorando vuestra relación.

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