Amaxofobia: ¿Te da miedo conducir? Descubre cómo superarlo

¿Te invaden pensamientos sobre accidentes de tráfico cuando vas a coger el coche? ¿No confías en tus capacidades como conductor? ¿Te sientes especialmente torpe al volante? ¿Te asalta la ansiedad cada vez que te imaginas conduciendo? ¿No te sientes capaz de circular por carreteras sin arcén? La amaxofobia es un miedo desproporcionado a conducir. Descubre en este artículo sus síntomas, causas, consecuencias y cómo se trata. Además, te daremos algunos consejos para superar esta fobia o para que puedas ayudar a alguien que la padezca.

Amaxofobia: ¿Te da miedo conducir? Descubre cómo superarlo

¿Qué es la amaxofobia?

La amaxofobia es un miedo irracional a conducir. Al igual que la hematofobia, la acrofobia o la nictofobia, es una fobia específica catalogada entre los trastornos de ansiedad. Es más frecuente de lo que puede parecer a primera vista. De hecho, varias autoescuelas ofrecen cursos en colaboración con psicólogos para superarla.

Este trastorno es notablemente más frecuente en mujeres que en hombres. Actualmente se debaten las causas de este dato. No obstante, varios expertos consideran que debido a los manidos estereotipos sobre el género y la conducción, los hombres se avergüenzan de este problema y les cuesta más solicitar ayuda.

Emociones negativas como la ansiedad y el miedo en situaciones relativas a la conducción son bastante comunes. Tenemos que controlar un sinfín de estímulos y actuar en consecuencia al volante. Asimismo, recibimos a través de fuentes como los medios de comunicación información que puede despertar nuestras preocupaciones y quitarnos las ganas de desplazarnos en automóvil.

Aunque el miedo es adaptativo para nuestra supervivencia, el de los amaxofóbicos es desorbitado e ilógico a pesar de que ellos son conscientes de la incoherencia de sus temores. Ellos no sufren simplemente las típicas molestias inherentes a salir de viaje, conducir de noche o encontrarse en una situación estresante como un atasco.

La amaxofobia puede obstaculizar notablemente las vidas de los afectados y conlleva un persistente malestar. ¿Crees que tienes amaxofobia? ¿Conoces a alguien que la padezca? En este artículo intentaremos resolver todas tus dudas sobre esta fobia a conducir.

Amaxofobia: Síntomas

Este miedo puede ser generalizado o aparecer en situaciones muy puntuales como los trayectos largos o los túneles. No obstante, podemos enumerar algunos síntomas comunes de la amaxofobia como los siguientes:

  • Pensamientos catastrofistas.
  • Sentimientos de pánico y terror.
  • Ansiedad.
  • Mareos.
  • Temblores.
  • Aumento de la tasa cardíaca.
  • Dolor en el pecho.
  • Aumento de la sudoración.

Asimismo, en los amaxofóbicos son frecuentes las conductas de evitación y huida a la hora de conducir. Buscan asiduamente excusas para no realizar esta acción con el fin de esquivar que suceda algún desastre como que el coche se incendie o se salga de la carretera.

Amaxofobia: Causas

La amaxofobia puede manifestarse en gente que apenas ha intentado conducir por miedo a posibles infortunios y también en personas que llevan décadas conduciendo sin ninguna dificultad. Estas son las principales causas de este miedo (que también pueden interaccionar entre ellas).

1. Factores genéticos

Se considera que unas personas están más predispuestas genéticamente para padecer trastornos de la ansiedad que otras. Esto no implica que los descendientes de una persona con ansiedad social también la desarrollarán. Sin embargo, es más probable que se vean afectados por problemas similares.

2. Rasgos personales

Los amaxofóbicos son habitualmente ansiosos, perfeccionistas, autocríticos, controladores y presentan baja tolerancia a los imprevistos. Situaciones como perderse, lidiar con otros conductores problemáticos o conducir bajo condiciones climáticas desagradables puede resultar espeluznante para ellos.

3. Falta de confianza

Cuestionar las capacidades de uno mismo a la hora de conducir hasta el punto de sentirse un peligro en la carretera puede dar lugar a la amaxofobia. La autoestima baja es habitual en personas que padecen este trastorno.

4. Experiencias traumáticas

Atropellar a alguien o sufrir una lesión al volante favorecen que surja un intenso miedo a volver a encontrarse en una situación similar. Los sucesos que originan esta fobia no son siempre accidentes, sufrir un ataque de pánico al volante también puede dar lugar a un miedo irracional a conducir. Por otra parte, una persona que no ha conducido nunca también puede desarrollar esta fobia a través de asociaciones de ideas tras ver el telediario o presenciando un accidente.

5. Desviaciones del proceso lógico de razonamiento

Este miedo no surge por el hecho de conducir en sí mismo. Lo que aterra a los amaxofóbicos son las posibles consecuencias de esta acción. Por ejemplo, piensan que pueden desmayarse mientras conducen, chocarse contra un camión, salirse de la carretera o cualquier otra calamidad que pueda ocurrir en un desplazamiento en automóvil.

Sesgos cognitivos como sobrevalorar las posibilidades de que ocurra una colisión entre automóviles o distorsiones cognitivas como pensar “tengo la peor suerte del planeta, todos los conductores que han bebido demasiado se cruzan conmigo” pueden dar lugar a la amaxofobia.

Amaxofobia: Consecuencias

Algunos amaxofóbicos restringen su conducción a contextos particulares mientras otros dejan de conducir directamente. Afortunadamente, los coches no son la única manera de desplazarnos. Por ejemplo, el transporte público puede ser una opción fabulosa para los amaxofóbicos y también cuentan con la opción de que conduzcan otras personas.

No obstante, estas alternativas no siempre se encuentran disponibles y evitar conducir no es la solución para este problema. Sufrir amaxofobia resulta realmente incapacitante para los que la padecen. Además, genera profundos sentimientos de incomprensión. Los amaxofóbicos tienen que escuchar comentarios como “supéralo, no cuesta nada” o “vaya tontería”. Esto dificulta que pidan ayuda y logren vencer el miedo.

Amaxofobia: Tratamiento

Las fobias son unos de los trastornos con mayor prevalencia en la población. Es decir, es relativamente corriente encontrar a alguien que padezca alguna. En consecuencia, este tema se investiga de forma exhaustiva. Actualmente podemos pedir ayuda a numerosos expertos que utilizan diversas técnicas eficaces para que logremos derrotar a nuestros miedos.

En el caso de los amaxofóbicos, la duración de su tratamiento depende de varios factores como cuánto lleva este problema arraigado en una persona, su nivel de autoestima, las experiencias relativas a la conducción que ha vivido, etc. Por otra parte, el esfuerzo que realicen por vencer la amaxofobia es crucial para salir adelante.

El caso de un novato que tuvo un ataque de pánico su primer mes como conductor es bastante distinto al de una persona que perdió a varios seres queridos en un accidente de tráfico y lleva una década evitando acercarse a cualquier coche. No obstante, la amaxofobia se puede superar gracias a la dedicación los profesionales y a la fuerza de voluntad. A continuación explicaremos uno de los principales tratamientos de este trastorno de la ansiedad.

Terapia de exposición

Se ha mostrado repetidas veces la elevada efectividad de esta técnica con gente que padecen fobias específicas. La terapia de exposición consiste en acercar al paciente progresivamente a su miedo. De esta manera tienen lugar nuevos aprendizajes que disminuyen las anteriores respuestas desadaptativas de los fóbicos.

Es preciso que las personas afectadas por estos trastornos se adapten a su ritmo a las condiciones que va proponiendo el experto. Un amaxofóbico podría comenzar con un vehículo adaptado en un circuito especial para sus necesidades, pasando por desplazarse en su propio coche en compañía de un profesional y terminar conduciéndolo solo en la carretera.

Numerosas autoescuelas ofrecen formaciones con sesiones de conducción asistida junto a especialistas. Además, actualmente la realidad virtual juega un papel fundamental en estos tratamientos. Permite a los pacientes acercarse de forma precisa y controlada al objeto de sus miedos.

5 consejos para superar la amaxofobia

1. Reconoce esta fobia

El primer paso es admitir la existencia de este problema. A pesar de las reacciones de algunas personas que no se han detenido a comprender la situación de los amaxofóbicos, este trastorno es relativamente frecuente y el que lo padece no tiene la culpa.

2. Confía en que es posible vencer la amaxofobia

Nosotros construimos nuestra propia realidad. Es decir, el miedo se encuentra en nuestra mente y nosotros somos los responsables de generar pensamientos positivos que nos permitan sentirnos competentes para conducir sin dificultades y con seguridad. Existen numerosas técnicas de relajación que favorecerán que mantengas la calma y alcances tu meta.

3. Racionaliza tu miedo

Es posible reducir nuestras distorsiones y sesgos cognitivos si nos esforzamos en identificarlos y contrastar la información de la que disponemos. Formularse preguntas que posibiliten indagar en la incoherencia del miedo a conducir puede resultar una gran ayuda.

Los amaxofóbicos son conscientes de que están siendo irracionales. No obstante, es posible que logren cambiar sus pensamientos sobre el objeto de sus miedos si trabajan en ello.

4. No evites conducir

Este miedo se pierde conduciendo. Inventar mil maneras de rehuir las situaciones en las que sea necesario subirse al coche y dirigirlo solo mantiene e intensifica este trastorno. Enfrentarte a esta acción posibilitará que te sientas más competente al volante y te sientas seguro.

Es duro al principio, pero tu esfuerzo será recompensado poco a poco. La constancia es elemental para superar este reto. Aún así, es esencial que el acercamiento a la conducción se realice de forma progresiva y a través de pequeños retos. Una aproximación demasiado brusca a la carretera sería totalmente contraproducente porque fortalecería las sensaciones y los pensamientos negativos relativos a esta fobia a conducir.

5. Busca ayuda profesional

Como hemos comentado previamente, existen diversas formas de derrotar a las fobias. Profesionales relativos a diversos ámbitos disponen de la formación suficiente para tratar acertadamente estos trastornos.

Si ves que la amaxofobia está perjudicando tu calidad de vida, no dudes en contactar con un especialista. Es posible conseguir tus objetivos con el apoyo adecuado, tiempo y tenacidad. Adelante y no olvides felicitarte por cada avance que hagas para superar esta fobia específica.

En cuanto a los amigos, parejas y familiares de amaxofóbicos, es necesario que tengan paciencia. Dar recomendaciones constantemente, quejarse o evitar que conduzcan y hacerlo en su lugar, mantiene este trastorno. Es importante ser comprensivos y empáticos con las personas que padecen amaxofobia.

Muchas gracias por leer este artículo. Y tú, ¿tienes miedo a conducir? Si deseas compartir tu experiencia al volante o tienes alguna pregunta, te invitamos a comentar.

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