Tipos de dislexia y estrategias para mejorarla
Es muy posible que alguna vez hayáis escuchado el término «dislexia», que lo hayáis leído en alguna revista o periódico, que algún conocido o amigo lo haya mencionado. Pero ¿qué es la dislexia? ¿Todos los afectados presentan los mismos síntomas o, por el contrario, existen distintos tipos de dislexia? Como habréis adivinado por el título, distinguimos varias clases dependiendo del sistema del cerebro que esté dañado. Con este artículo no solo podrás reconocerlos, sino que, además, aprenderás una serie de estrategias para reducir los efectos de la dislexia.
¿Qué es la dislexia?
Se trata de un trastorno del lenguaje que afecta a la lectura, la escritura, e incluso al habla y la ortografía, dificultando el reconocimiento o el procesamiento de cierta información, y que no es atribuible a otros trastornos, a la carencia de una educación adecuada o a la falta de oportunidades socioculturales. Así, lo que puede parecer tan sencillo como la lectura y comprensión de un texto, incluso si este no presenta especial dificultad, puede significar un auténtico esfuerzo para aquellos que la padecen.
Como sucede con otras clases de trastornos de la atención y el aprendizaje, es habitual que la dislexia se mantenga en el tiempo. Esto produce un gran impacto en las vidas de quienes son diagnosticados, porque ¿quién no utiliza el lenguaje hablado, la lectura o la escritura? Ya no solo en el ámbito académico o laboral, sino también en la vida cotidiana. Hay que tener en cuenta, además, que muchas veces el entorno de la persona con dislexia no comprende qué es lo que ocurre, con lo que es fácil caer en la presión y la exigencia, atribuyendo la problemática a la falta de interés o a comportamientos rebeldes. De este modo, nos encontramos con el caldo de cultivo perfecto para la frustración y otros problemas emocionales.
Tipos de dislexia
Aunque es cierto que no existe una lista oficial con las tipos de dislexia, es muy útil distinguir diferentes clases según los síntomas y las funciones cerebrales que se vean afectadas. Hay otras dificultades más allá del típico «confunde o desordena letras». ¡Fuera estereotipos!
- Dislexia adquirida. Se produce por lesión en las áreas cerebrales encargadas de la lectoescritura. Por ejemplo, tras un traumatismo, un accidente, etc.
- Dislexia evolutiva. Se presentan las dificultades propias del trastorno sin que haya una causa orgánica que la justifique. También es denominada «dislexia del desarrollo» y es la más frecuente en el contexto escolar.
Las dos clases anteriores pueden, a su vez, diferenciarse en otros tres grandes tipos de dislexia según las características presentes.
Dislexia fonológica o dislexia indirecta
También es conocida por «dislexia disfonética», es uno de los tipos de dislexia donde existen fallos en la vía fonológica. Se lleva a cabo una lectura de las palabras a través de la ruta visual, es decir, estas se ven de forma global y se localizan las conocidas. Es lo que se suele hacer, por ejemplo, cuando se lee rápidamente un texto corto. Mediante este método resulta difícil hacer coincidir los sonidos individuales de las letras de cada palabra con su símbolo escrito. Esto conlleva grandes dificultades de comprensión.
¿Cuáles son las características de la dislexia fonológica?
- No hay problemas para leer palabras conocidas (tanto regulares como irregulares), pero sí para aquellas que desconocen o para las pseudopalabras (términos inventados).
- Presentan errores morfológicos o derivativos, donde abundan los problemas con los sufijos (por ejemplo, pueden confundir «jugador» y «jugando»).
- Se producen lexicalizaciones (por ejemplo, leer «bala» en vez de «pala»).
- Se registran mayor número de fallos de lectura en las palabras función que en las de contenido. Entendemos por palabras de función las que no guardan un significado propio («del», «para», «sus», etc.), a diferencia de las de contenido («casa», «coche», «blanco», etc.).
Dislexia superficial o dislexia diseidética
Con la vía visual dañada, en la dislexia superficial predomina el uso de la ruta fonológica. A través de esta ruta somos capaces de descomponer las palabras en sílabas.
¿Cuáles son las características de la dislexia superficial?
- Existe especial dificultad para la lectura de aquellas palabras donde no hay correspondencia entre escritura y pronunciación (aunque, en el caso del español como idioma, no es una situación que se dé muy a menudo).
- Los problemas se acentúan cuanto más larga o compleja es la palabra.
- Se tiende a regularizar las palabras irregulares (por ejemplo, utilizar «ponido» en lugar de «puesto»), lo que conlleva errores de sustitución, inversión, omisión o adición de letras.
- Suele haber confusiones entre palabras homófonas, es decir, aquellas que suenan igual (por ejemplo, «vaca» y «baca»).
Este tipo de dislexia se da con más frecuencia en niños. A pesar de presentar los anteriores problemas de lectura, son capaces de comprender el significado de la palabra si se les pronuncia correctamente en voz alta.
Dislexia profunda o dislexia mixta
Propia de la dislexia evolutiva, existen daños tanto en el sistema visual como en el fonológico.
¿Cuáles son las características de la dislexia profunda?
- Abundan los errores visuales, los errores morfológicos o derivativos, y los errores semánticos (fallos en el acceso al significado de las palabras).
- Se producen graves problemas para leer pseudopalabras (como recordaréis, palabras inventadas).
- Suelen tener lugar las paralexias. Esto significa que, en lugar de leer la palabra escrita, se verbalizan palabras diferentes pero con significado relacionado con la original (por ejemplo, confundir «gato» con «suave»).
- Existen dificultades con la lectura de palabras abstractas y con la lectura de nexos (por ejemplo, “unos”, “estos”, “el”, “las”, etc.).
Como acabamos de ver, las manifestaciones de la dislexia son amplias y dispares. Y aún podemos ahondar más. Echémosles un vistazo a otros subtipos que se podrían considerar dentro de este conocido trastorno del lenguaje.
Dislexia de doble déficit
Se produce una combinación de dislexia fonológica con déficit de nombramiento rápido (o déficit de velocidad de nombrado visual). El déficit de nombramiento rápido consiste en la dificultad para nombrar con rapidez números y letras cuando los ven en una lista, y podría estar relacionado con problemas en la velocidad de procesamiento. Conlleva un impacto negativo en la capacidad de aislar sonidos y en la velocidad de lectura.
Dislexia visual
Para algunos se refiere a la anteriormente explicada dislexia superficial, donde la ruta visual está dañada y por ello se utiliza la fonológica para el procesamiento del lenguaje. Sin embargo, otras personas creen que la dislexia visual se trata de una experiencia inusual donde existen problemas de procesamiento de la información captada por los ojos. ¡Ojo! No hay que confundir esta variante con problemas de visión, pues la dislexia visual no puede ser corregida tan solo utilizando lentes.
¿Cuáles son las características de la dislexia visual?
- Dificultades para el reconocimiento de diferencias en el color, la forma y el tamaño de objetos.
- Dificultad para calcular la distancia entre objetos.
- Limitada conciencia espacial.
- Tendencia a la confusión de los símbolos escritos (por ejemplo, los símbolos matemáticos).
Dislexia direccional
También se conoce como «dislexia espacial» o «dislexia geográfica». Se manifiesta con la dificultad en la orientación, en la distinción entre la derecha y la izquierda y en otros aspectos asociados (por ejemplo, retroceder un camino). Esto conlleva una gran tendencia a la desorientación y a la posibilidad de perderse.
El término «dislexia direccional» genera algo de controversia, ya que no está relacionado estrictamente con la lectoescritura, aunque sí es verdad que se trata de un problema común en aquellos que padecen alguno de los grandes tipos de dislexia. Así, algunas personas prefieren referirse a este tipo de dislexia como tan solo un síntoma.
Detección de la dislexia
Ahora que sabemos un poco más sobre los tipos de dislexia que existen, inevitablemente toca formular las preguntas que no han de convertirse en tabú… ¿Cómo sé si tengo dislexia? ¿Cómo sé si mi hijo tiene dislexia?
La detección precoz es fundamental para un aprendizaje óptimo y una buena calidad de vida, también es importante saber cual de los diferentes tipos de dislexia que existen es el que tenemos. Recordemos que hasta un 40% del fracaso escolar tiene como origen la dislexia. Pero no solo existe la dislexia infantil. Como ya hemos dicho, se trata de un problema crónico que también se puede manifestar en la adolescencia y en la etapa adulta. Veamos algunos de los síntomas:
- Confusión entre palabras de pronunciación parecida.
- Dificultad en la pronunciación e incluso en el habla.
- Inversión, adición, omisión o sustitución de letras y/o números.
- Lectura con fallos y llevada a cabo con mucho esfuerzo.
- Problemas de concentración y atención en la lectura y/o la escritura.
- Problemas en las matemáticas.
- Problemas para el aprendizaje de rutinas y el seguimiento de instrucciones.
- Problemas de equilibrio y/o coordinación.
- Problemas en la diferenciación entre izquierda y derecha.
- Dificultades con la memoria a corto plazo.
- Dificultades para la organización de los pensamientos.
- Nociones alteradas del espacio y del tiempo.
- Tendencia al desorden y al despiste.
- Tendencia a los cambios de humor bruscos.
Por supuesto, esta es una lista orientativa. Cada caso es único y no se tienen por qué cumplir todas y cada una de estas dificultades. Lo que sí es importante es que, si se piensa que podría haber dislexia, hay que acudir de inmediato a un especialista. Un diagnóstico correcto situará el problema dentro de los distintos tipos que ya hemos visto, y será muy importante para un tratamiento adecuado y personalizado.
Algunas estrategias para combatir la dislexia según tipos de dislexia
Como la dislexia se mantiene en el tiempo, ¿eso significa que no podemos hacer nada para mejorar? ¡Por supuesto que no! De hecho, además del tratamiento que prescriba el especialista, existen entrenamientos y ejercicios sencillos que podemos hacer en casa teniendo en cuenta los diferentes tipos de dislexia.
Por ejemplo, los ejercicios de conciencia fonológica buscan representar y trabajar mentalmente con los sonidos propios del lenguaje, además de ejercitar la memoria de trabajo (también llamada memoria operativa), muy relacionada con la lectoescritura.
- Ejercicios de conciencia fonémica: división de palabras en fonemas (sonidos de las letras de una palabra), omisión o sustitución de fonemas, buscar el sonido común entre dos palabras, juegos de «veo-veo» (por ejemplo, «empieza por el sonido /d/»), ordenar fonemas sueltos para formar palabras, ejercicios de completar el fonema que falta, etc.
- Ejercicios de conciencia silábica: división de palabras en sílabas, omisión o sustitución de sílabas, buscar la sílaba común entre dos palabras, juegos de «palabras encadenadas», ordenar sílabas sueltas para formar palabras, ejercicios de completar la sílaba que falta, etc.
- Ejercicios de conciencia léxica: contar las palabras de una frase (primero en voz alta y después mentalmente), omitir o sustituir una palabra concreta dentro de una frase, separar palabras escritas todas juntas, escribir una frase con cierto número de palabras (por ejemplo, diez), etc.
Por otro lado, es efectiva la discriminación visual de una palabra real. Se presentan un grupo de palabras y se tiene que elegir aquella que existe de verdad. Por ejemplo, en «nerro», «perro», «perjo» y «derro», tendría que elegir la segunda. Es una muy buena forma, además, de entrenamiento para la lectura de pseudopalabras.
Una variante del ejercicio anterior podría ser encontrar el nombre correcto de la imagen. Presentamos, por ejemplo, esas cuatro palabras y adjuntamos al lado la imagen de un perro. Una vez más, se trata de establecer la correspondencia adecuada.
¿Y sabéis qué actividades suelen venir también muy bien en cualquiera de los diferentes tipos de dislexia? Sopas de letras, crucigramas, el «Scrabble» o el «Apalabrados». ¡Se puede aprender jugando!
¿Algún consejo para los problemas de orientación?
Existen pequeños remedios que pueden aportar grandes soluciones. Ya sea para las dificultades en distinguir la derecha de la izquierda como para los problemas para orientarse, se pueden seguir ciertas estrategias:
- Llevar el reloj siempre en la misma mano para que se convierta en un punto de referencia.
- Asociar ciertas actividades con una de las manos (por ejemplo, la mano derecha para escribir, coger la cuchara, abrir la puerta con las llaves, etc.).
- Ver la «L» que se forma en la mano izquierda con solo el pulgar y el dedo índice extendidos.
- Anotar en un papel los pasos para llegar a una dirección y tratar de memorizarlos.
- Utilizar el GPS del coche o del teléfono móvil para llegar a un destino.
- Pedir ayuda o instrucciones no es malo, al contrario. ¡Se es una persona con recursos!
Estos solo son ejemplos, pero cada cual es único y puede llegar a encontrar estrategias propias que le ayuden a seguir avanzando.
Psicóloga colegiada con orientación social e inquietudes literarias, dispuesta a contribuir al desarrollo de las personas. Escritora con varios libros publicados. Madrid.