Test de personalidad: ¿Se puede medir nuestra forma de ser?
Nuestra personalidad es lo que somos, es un cúmulo de características psicológicas que viene determinado biológica, pero también ambientalmente. Por ello, en el desarrollo de nuestra forma de ser intervienen las relaciones sociales. “Medimos” a ojo la manera de ser de los demás tras interactuar con ellos, decimos: Fíjate en Ana, tiene mucho carácter, esa personalidad tan fuerte es herencia de su padre o ¿Cómo se deja manipular así? ¡Qué poca personalidad tiene Fabio!; y realmente estamos interpretando su personalidad, pero en términos de intensidad (fuerte o débil) o de cantidad (mucha o poca), y debemos comprender que estas ideas son erróneas. Es decir, la personalidad se mide en rasgos. Estos rasgos estarán más o menos pronunciados en cada persona, pero el resultado de la individualidad de cada ser humano son todos los rasgos funcionando en conjunto. A priori puede parecer complicado concebir la personalidad como un concepto mesurable, pero existe un instrumento que lleva años siendo utilizado para medir los rasgos psicológicos de cada individuo: los test de personalidad. ¡No desvíes los ojos de la pantalla si quieres saber más acerca de estas pruebas diseñadas para valorar nuestra forma de ser! Te contamos todo sobre los test de personalidad.
¿Qué es un test de personalidad?
El objetivo de cualquier test o cuestionario es evaluar un constructo, o sea, cualquier concepto medible. Lo que se pretende calcular en este caso son los mecanismos psiquícos que definen el comportamiento de cada persona, es decir, aquello relacionado con su carácter. Los test de personalidad son, por lo tanto, exámenes que evalúan nuestra manera de ser mediante ítems (preguntas) que debemos responder con el fin de obtener una serie de puntuaciones. A través de estas puntuaciones, es posible determinar las tendencias de conducta que hacen que yo sea yo, tú seas tú, él sea él, etc.
A diferencia de lo que ocurre con otros tipos de test, como los de inteligencia, en los de personalidad no hay respuestas correctas o incorrectas; sencillamente se debe contestar con la mayor sinceridad posible para obtener el resultado más preciso y acorde a la realidad.
Historia y evolución de los test de personalidad
El primer inventario estandarizado para evaluar la personalidad data de 1914. Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, el psicólogo estadounidense Robert S. Woodworth ideó la Hoja de Datos Personales (PDS), una prueba de screening psicopatológico diseñada para revelar la predisposición de los soldados a padecer neurosis. A partir de entonces, las Fuerzas Armadas comenzaron a pasar frecuentemente estos test con la finalidad de agilizar el proceso de selección de personal. Esta función sigue vigente a día de hoy en el mundo laboral, pues las organizaciones suelen utilizarlos no sólo para seleccionar a los trabajadores, sino tambien para valorar su desarrollo. Además, es habitual emplearlos en psicología clínica durante las terapias individuales y grupales, y en psicología educativa para clarificar la orientación profesional de los estudiantes.
Actualmente se han desarrollado multitud de pruebas de personalidad y su expansión ha ido transformándolas en un auténtico negocio que genera alrededor de $400 millones de dólares al año.
Modelos teóricos relacionados con los test de personalidad
Las teorías que han ido surgiendo acerca de la personalidad son tan numerosas que es necesario agruparlas en modelos teóricos. De esta forma, y dado que no se concibe una única teoría general de la personalidad como válida, es posible resumir las ideas de los investigadores en los modelos descritos a continuación. Los tres explican la personalidad en términos de ‘conducta’ o ‘comportamiento’, y el principio de clasificación los divide en función de aquello que cada conjunto de autores considera como determinante o causante de la personalidad.
Modelo internalista
Según los internalistas:
- La conducta viene determinada por las variables individuales de cada uno.
- La conducta es estable, tanto situacional como temporalmente.
- La psicología clínica es capaz de medir la conducta y, a través de los instrumentos de medición adecuados, los resultados obtenidos son predicciones de las variables individuales totalmente válidas.
Además, dentro de este modelo podemos encontrar dos grandes conjuntos teorías: el biologicista y el de corte psicológico. Los defensores del primer grupo afirman que las variables individuales son genéticas, mientras que los afines al segundo piensan que son cuestiones que tienen que ver con la psique humana.
Modelo situacionista
Para los situacionistas:
- La conducta no es determinada por factores propios del indiviuo, sino de las situaciones que vive.
- La conducta es cambiante, debido a que es aprendida y con cada aprendizaje puede ser modificada.
Por lo tanto, estos autores consideran que la personalidad es dinámica, y explican que los límites que pueden frenar dicho dinamismo los pone exclusivamente la biología de cada persona.
Modelo interaccionista
Este modelo pretende integrar el pensamiento de los dos anteriores y argumenta que la personalidad depende de las variables situacionales, pero también de las características individuales y, sobre todo, de la interacción entre ambas. Habrá conductas más subordinadas a la situación o al ambiente, y otras a las variables individuales, pero ambas determinan nuestro comportamiento. Además, los interaccionistas declaran que:
- Las variables individuales más significativas son las cognitivas. ¡Descubre las tuyas con CogniFit!
- La influencia ambiental en la personalidad será mayor o menor en función de la importancia que cada uno le conceda. Como dice la popular frase, la vida es un 10% lo que te pasa y un 90% cómo te lo tomas.
- Actualmente este modelo es el más completo y el que presenta más evidencias.
Tipos de test de personalidad
La mayoría de estas pruebas calculan los constructos de personalidad de los sujetos evaluados equiparando los resultados con los de sus semejantes, la diferencia entre cada tipo de test de personalidad se encuentra en los criterios de medición utilizados.
Test racionales
También llamados test deductivos, se basan en supuestos que, en teoría, están relacionados con las variables que se desea medir. Es decir, los criterios de medición elaborados se apoyan en hipótesis que asumen una correlación entre éstas y los ítems del test. La Hoja de Datos Personales (PDS) de Woodworth, mencionada anteriormente, estaba fundamentada en criterios racionales. En general, las primeras pruebas de evaluación de la personalidad lo estaban, pero su dudosa fiabilidad y validez dio paso a instrumentos de evaluación empíricos y factoriales.
Test empíricos
Los test empíricos evaluan la correlación entre las respuestas del individuo (no los ítems) y un criterio externo concreto. Cada criterio está sujeto a una dimensión significativa de la personalidad que es posible predecir porque, para elaborar este tipo de prueba, los resultados se comparan con los obtenidos por un conjunto de sujetos representativo de la variable que se pretende medir, la variable criterio. Este grupo de personas es representativo porque presentan determinadas características prototípicas o exageradas de la personalidad, por ejemplo, individuos que sufren algún trastorno psicológico.
El Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI) es el test de personalidad empírico más famoso. Creado en el año 1942 de la mano de Starke R. Hathaway y Charnley McKinley, el MMPI es usado básicamente para valorar la existencia de rasgos de personalidad psicopatológicos, tales como la depresión, la paranoia o la fobia social.
Test factoriales
Estos instrumentos de medida agrupan a aquellos ítems que correlacionan entre sí para facilitar la evaluación. De este modo, se establecen conjuntos de ítems denominados factores. Por ejemplo, el factor “Cordialidad” estaría formado por cuestiones que evalúan temas relacionados como la modestia, el altruismo, la empatía o la honestidad.
Los test factoriales de la personalidad son los que más éxito han cosechado. Uno de los más conocidos y empleados es el Cuestionario Factorial de la Personalidad de Raymond B. Cattell. Esta prueba es comúnmente llamada 16 PF porque evalúa 16 factores de primer órden (básicos), los cuales, a su vez, se asocian entre sí dando lugar a los 4 factores últimos: Autocontrol, Autosuficiencia, Rebeldía y Tensión.
Test mixtos
Determinados test de personalidad se basan en criterios que resultan de una combinación entre los que acabamos de ver. Un claro ejemplo es el Inventario Clínico Multiaxial de Millon (MCMI), que tiene varias vertientes a día de hoy. Theodore Million desarrolló esta prueba a partir de estrategias racionales, empíricas y factoriales, ya que estableció un elevado número de ítems (racional), después comparó una parte de los mismos con criterios externos (empírica) y, para terminar, registró las correlaciones entre los grupos de elementos (factorial).
Fiabilidad de los test de personalidad
La Psicometría es la disciplina científica encargada de estudiar la medición de las variables psicológicas. Todos los instrumentos de medida tienen cierta fiabilidad. Los test de personalidad, como cualquier otra clase de test, son fiables cuando su grado de precisión, estabilidad o consistencia es elevado. Esto es, cuando los errores de medida son mínimos. Y para que lo sean, las puntuaciones obtenidas por un sujeto tras haber realizado, en este caso, un test de personalidad, han de ser muy similares a las que obtendría el mismo sujeto en el mismo test de personalidad, pero en una situación distinta o pasado un tiempo considerable.
Es muy común confundir el significado de fiabilidad con el de validez. Un test es válido cuando mide lo que pretende medir. Es decir, si una prueba de personalidad ha sido diseñada para medir, por ejemplo, la extraversión, será válida si las altas calificaciones correlacionan positivamente con conductas de socialización.
Uno de los test más fiables y reconocidos es el factorial Inventario de la Personalidad Neo – Revisado (NEO PI-R).
Ejemplo de test de personalidad: Cuestionario Big Five
Una de las teorías internalistas de naturaleza psicológica sobre la personalidad más aceptadas en los últimos tiempos es el modelo de los Cinco Grandes (o Big Five), que defiende la existencia de cinco factores o dimensiones esenciales en la personalidad humana. Bajo esta premisa fue elaborado en Europa el Cuestionario Big Five (BFQ), el cual presenta 132 ítems de opción múltiple (escala tipo Likert) que miden los siguientes rasgos principales:
- Apertura mental (Factor O, Openness): evalúa el grado de predisposición intelectual ante nuevas teorías, intereses, valores o sentimientos.
- Responsabilidad (Factor C, Conscientiousness): se refiere a la consistencia y al compromiso con las obligaciones diarias.
- Extraversión (Factor E, Extraversion): también llamado “Energía”, este rasgo valora el grado de entusiasmo frente a diversos aspectos de la vida, especialmente en la interacción con los otros.
- Afabilidad (Factor A, Agreeableness): hace referencia a la amabilidad, al comportamiento altruista y a la preocupación por los demás.
- Inestabilidad emocional (Factor N, Neuroticism): el último de los rasgos interpreta cuestiones relativas a la capacidad de resiliencia o de afrontamiento de la ansiedad, los estados depresivos o la frustración.
Además, este cuestionario contiene una escala de Distorsión, ideada para descubrir una posible intención de falsear el test por parte del individuo evaluado, queriendo dar una imagen incorrecta de sí mismo (positiva o negativa).
EL BQF se aplica principalmente en el ámito organizacional, ya que las cinco dimensiones establecidas pueden aportar información sumamente útil acerca de la predisposición del personal al adecuado o inadecuado desempeño de las tareas habituales de trabajo.
Consejos para realizar un test de personalidad
Vamos a suponer que optamos a un puesto de trabajo y, durante el proceso de selección de personal, nos informan de que debemos pasar una prueba de personalidad. Pues, ¡fuera nervios! Aquí os dejo unos cuantos consejos para estar preparados:
- Sinceridad ante todo. Querer ofrecer una imagen conveniente de nosotros mismos es una tendencia natural del ser humano, especialmente cuando está en juego un puesto de trabajo, pero mentir no sirve de nada. Los diseñadores de los test de personalidad han pensado en todo y los cuestionarios suelen incluir una escala que evalúa el grado de sinceridad en las respuestas. Si un sujeto supera la puntuación crítica estipulada en dicha escala, los resultados del test completo son inmediatamente anulados.
- Sé natural. Lo mejor es ser uno mismo, siempre dentro de los límites del sentido común, claro está. Pero si te están preguntando acerca de tu forma de ser, es preferible contestar sin ser demasiado crítico o demasiado blando contigo mismo, sencillamente responde con naturalidad.
- Evita las respuestas neutras. Si tendemos a contestar las opciones intermedias (“A veces”, “No sé”, “3”), las calificaciones darán como resultado un perfil excesivamente homogéneo, que puede ser interpretado como un intento de amañar la prueba por parte del evaluado.
- Fíjate en las contradicciones. De nuevo, ten cuidado con la escala de Sinceridad, pues especialmente en dicho apartado, habrá preguntas formuladas repetidamente con diferente enunciado. Es una manera de comprobar si estás prestando atención y, sobre todo, si eres honesto y no te contradices.
- No contestes al azar, sé coherente. Dado que no hay respuestas buenas o malas, no tiene sentido pensar: ¿Qué les gustaría que pusiera aquí?, o algo por el estilo. Lo lógico es mostrar una coherencia general durante todo el test para eludir un perfil complicado como posible resultado.
- Los resultados del test serán interpretados por profesionales. Quédate tranquilo porque tu perfil será determinado por expertos, nadie más entrará a definir tu personalidad.
¿Alguna vez has hecho un test de personalidad? Deja tu comentario.
Psicóloga en formación, especializada en la rama clínica. Curiosa, creativa y capaz.