Todo sobre la terapia de pareja: Preguntas y respuestas
¿Discutes con tu pareja? ¿Sientes que no te escucha ni te entiende? ¿Os habéis distanciado? ¿Algo no va bien y no sabes el qué? Quizá te has planteado ir a terapia de pareja, pero todavía no estás seguro. En este artículo te damos respuesta a algunas preguntas frecuentes acerca de la terapia de pareja, como qué es, para qué sirve, si funciona o no, cómo prepararse para la terapia de pareja, qué hacer si mi pareja no quiere ir a terapia, los tipos de terapia de pareja, algunas actividades y ejercicios para hacer en casa ¡y mucho más! Si tienes cualquier duda, puedes dejarnos abajo tus preguntas y te responderemos.
¿Qué es la terapia de pareja? Definición y concepto
La terapia de pareja es una forma de terapia psicológica que se utiliza para tratar el malestar procedente de una relación amorosa, tanto de forma individual como para parejas. Actualmente, con el surgimiento de nuevos modelos de relaciones, también es posible realizar terapia de pareja con relaciones poliamorosas. La terapia de pareja tiene como propósito mejorar el funcionamiento de las parejas que experimentan malestar o insatisfacción con la relación. Ese malestar puede provenir de multitud de factores y situaciones, como habilidades comunicativas insuficientes, incompatibilidad, trastornos psicológicos como alcoholismo, depresión, síntomas de ansiedad, violencia doméstica. Es preciso identificar el origen de esa insatisfacción e implementar un plan de tratamiento para aliviar los síntomas y restaurar la relación. La terapia de pareja y la terapia sexual suelen a menudo ir de la mano.
Los pacientes deben tener en cuenta que la sinceridad, proveer de la información necesaria, la cooperación, el compromiso, llegar puntuales a las cita y un sincero deseo de cambio y mejora son esenciales para tratamiento exitoso.
¿En qué consiste la terapia de pareja? ¿Para qué sirve?
Cada terapia de pareja será diferente. Cada pareja tiene sus particularidades por tanto la terapia se centrará en las demandas de cada una. ¿Cómo nos ayuda la terapia de pareja?
En el siguiente vídeo te cuenta Patricia Ramírez para qué sirve la terapia de pareja.
1. Cambiar la forma de ver la relación
Durante el proceso terapéutico se intenta ayudar a que los miembros de la pareja vean la relación de una forma más objetiva. Aprenderán a dejar de culparse mutuamente y en su lugar mirarán lo que les ocurre como un proceso que implica a ambos.
También se beneficiarán de ver la relación como algo que ocurre en un contexto determinado. Las parejas que tienen problemas económicos va a estar bajo un estrés particular que va a afectar a su relación.
El terapeuta comenzará recabando información acerca de cómo interaccionan, para crear “hipótesis” de los factores causantes de las dificultades. Dependiendo de la orientación terapéutica se seguirán diferentes estrategias.
2. Modificar las conductas disfuncionales
Los buenos terapeutas vana lograr cambiar las formas en las que se comportan cada miembro de la pareja con el otro. Esto significa que además de ayudarles a mejorar sus interacciones, se aseguran de que no llevan a cabo acciones que causen daño físico, psicológico o económico. Dependiendo de la gravedad del caso, puede ser necesario que haya un distanciamiento físico de la pareja para evitar una escalada de conflicto,
3. Disminuir la evitación emocional
Las parejas que evitan expresar sus sentimientos se ponen en mayor riesgo de distanciarse emocionalmente de la pareja. La terapia de pareja les va a ayudar a expresar las emociones y pensamientos que tienen miedo de expresar.
Las terapias basadas en el apego permiten que la pareja sienta menos miedo de expresar sus necesidades. Según esta perspectiva, las personas que no han desarrollado vínculos de apego seguros en la infancia tendrán necesidades no cubiertas que influirán en la relación de pareja. El miedo a mostrarle a la pareja lo que necesitamos proviene del miedo a ser rechazado.
Las terapias cognitivo-conductuales asumen que el miedo de expresar sus emociones viene porque en el pasado no recibieron un reforzamiento adecuado. De cualquier manera, la expresión emocional va a facilitar el acercamiento de los miembros de la pareja.
4. Mejorar la comunicación
Ser capaces de comunicarse adecuadamente es esencial para el buen funcionamiento de la pareja. El terapeuta les enseñará como hablarse de forma más comprensiva, les dará instrucciones de las maneras de comunicación más efectivas y las que causan más conflicto. Les enseña como escuchar de forma más activa y empática. Aunque parejas con un largo historial de crítica mutua puede necesitar una aproximación diferente que aquellos que intentar evitar conflicto a toda costa.
5. Fomentar las fortalezas
Los buenos terapeutas de pareja señalan las fortalezas en la relación y costruyen resiliencia. Debido a que las terapias de pareja tienden a dirigirse a mejorar los problemas de la relación es fácil perder de vista las áreas en las que funcionan bien. Señalar y fortalecer lo positivo de la relación puede ayudar a motivar a la pareja y facilitar la reparación de las áreas dañadas.
¿Sirven de algo las terapias de pareja?
¿Es realmente eficaz la terapia de pareja? Como en todas las terapias la eficacia depende de muchos factores. Depende del tipo de terapia, de la habilidad del terapeuta, del compromiso del paciente, de factores externos a la terapia. El resultado puede ser muy variable.
La tasa de éxito suele encontrarse en el 70%, por lo que se considera que sí es útil.
Cuando no funciona la terapia de pareja
Como en todas las terapias hay veces en las que no conseguimos restaurar el vínculo o solucionar los problemas de la pareja. ¿Cuando sucede esto?
- Cuando el problema es de los individuos por separado y no de la relación. Por ejemplo en relaciones abusivas o de maltrato. En estos casos se recomienda la terapia individual antes de la terapia de pareja.
- Cuando uno fuerza al otro a acudir.
- Cuando no hay compromiso y no se realizan las tareas propuestas.
- No está claro qué se quiere conseguir con la terapia.
- No se ha conseguido crear un espacio seguro en el que las personas se sientan libres para compartir sus intimidades.
- No se sienten cómodos con el terapeuta. No es tarea sencilla encontrar un buen terapeuta con el que encajar bien, por ello si con uno no ha funcionado, no hay que rendirse. Hay que seguir buscando.
- Uno de los miembros ha decidido romper la relación y utiliza la terapia como modo de comunicarlo y para asegurarse de que la pareja tiene apoyo psicológico.
- La relación está demasiado desgastada.
¿Cuándo ir a una terapia de pareja?
Es difícil determinar cuándo es el mejor momento para ir a terapia. Generalmente las parejas deciden pedir ayuda cuando la relación se ha desgastado mucho, por lo que será mucho más difícil de solucionar. No esperes más de 2 años desde que aparecieron los problemas. Lo mejor es ir en cuanto se perciba que ambos están insatisfechos, quieran resolverlo y tengan unos objetivos similares, cuando se ha intentado solucionar y no se ha conseguido.
1. Cuando la confianza se ha roto
Una de las razones más comunes de las personas que acuden a terapia de pareja es su necesidad de ayuda cuando se ha abierto una brecha en la confianza. Quizá ha sido una infidelidad en forma de sexo fuera de la relación, o una infidelidad emocional, o mentiras y engaños en relación al dinero. En cualquier caso la reconstrucción de la confianza puede hacerse estableciendo un debate en el que ambas partes expresen libremente sus vulnerabilidades, así como estableciendo unas normas de honestidad y sinceridad.
2. Las discusiones son cada vez más frecuentes
¿Sientes que tu día a día se está volviendo cada vez más conflictivo? Puede que sean “pequeñas” discusiones, o grandes explosiones dejando mucho dramatismo a la relación. De cualquier manera, si el patrón parece ir en aumento, quizá es hora de acudir a un profesional. Quizá alguno de los miembros de la pareja está pasando por un momento complicado que se manifiesta así. O puede que sea por asuntos bajo la superficie que no han sido tratados.
3. Hay una mala comunicación
Quizá el problema no es el conflicto pero te sientes ignorado o incomprendido. O puede que sientas que no tienes ni idea de lo que le está sucediendo a tu pareja emocionalmente, puede que se haya convertido en un extraño. A menudo, uno de los resultados más tangibles en terapia de pareja es un incremento en la comunicación, y en la calidad de esta.
4. Algo no funciona pero no sabes el qué o por qué
Al igual que en terapia individual, a veces la terapia de pareja es útil no solo para resolver problemas, sino también para identificarlos. Puede que haya cambiado algo en la dinámica de la relación pero no puedes describirlo. O no te sientes tan cómodo con tu pareja como antes. O sientes un rencor crónico hacia ella y no sabes por qué. Esto son signos tempranos de que las interacciones se están volviendo insanas o disfuncionales. Esto no significa que la otra persona tenga la culpa, sino que la relación en sí misma necesita ser ajustada.
5. Quieres contarle algo a tu pareja pero no sabes cómo
A veces el contexto de la terapia se convierte en un espacio seguro y de apoyo para sacar temas que les resulta difíciles de hablar. Un bueno terapeuta puede ayudarles a vencer sus miedos a compartir algo con su pareja.
6. No se maneja bien el conflicto
Puede que sea uno o ambos quien se comporta de forma disfuncional cuando hay discusiones. Esto puede ser que huya, ataque o se comporte de forma pasivo-agresiva. Esto provoca que el problema no se resuelva y vaya a peor.
8. Has pasado por algo devastador que ha cambiado la forma de conectar con tu pareja
A veces situaciones difíciles de la vida puede tener un efecto negativo en nuestra relación con la pareja. Muchas parejas rompen cuando , por ejemplo pierden un hijo, pierden el empleo, problemas de salud o disputas con la familia de origen de la pareja. Puede que no te plantees ir a terapia de pareja, porque ya tienes suficiente de lo que preocuparte. Pero mantener un fuerte vínculo con tu pareja puede servirte para darte fuerza adicional para superar las adversidades.
9. Te sientes atrapado en malos hábitos
Hábitos como la alimentación, el sueño, el tiempo que se pasa separado de la pareja, el reparto de tareas domésticas o como se interactúa con la familia política. Quizá el hábito de quejarse continuamente del trabajo, reparto doméstico desigual, etc. Cuanto más tiempo lleve instaurado un patrón más dificil será cambiarlo, por ello es mejor empezar cuanto antes.
10. La intimidad emocional ha disminuido
Suena a cliché decir que la pareja ha perdido la “chispa” tras estar tanto tiempo juntos. Pero es cierto que la rutina del día a día puede dificultar la habilidad para conectar con el otro, y sea simplemente una cuestión de re-priorizar. Otras veces, puede ser que los miembros de la pareja hayan estado distanciándose y haciéndose cada vez más incompatibles, o haber aprendido a suplir sus necesidades en otra parte.
11. La intimidad física es un problema
Los problemas sexuales pueden ser tanto síntoma como la causa de sus problemas de relación, lo que significa que es un tema recurrente en terapia de pareja. A veces el cambio es obvio y frustrante. A veces es más gradual, pasando de la satisfacción plena a la insastifacción total. A veces hay un conflicto abierto donde uno de los miembros expresa frustración, acusa al otro de rechazarlo, o convertir el sexo en una herramienta de negociación.
Pautas antes de acudir a terapia de pareja
1. Cuáles son nuestros objetivos
Reflexiona acerca de qué es lo que quieres conseguir con la terapia y que esas metas sean realistas:
- ¿Qué tipo de vida quieres construir con tu pareja y de forma individual?
- ¿En qué tipo de pareja te quieres convertir para construir la vida y la relación que quieres?
- ¿Cuáles son los obstáculos para convertirte en la pareja que aspiras a ser?
- ¿Qué habilidades y conocimientos necesitas para todo ello?
Estas preguntas te hacen reflexionar acerca de tus necesidades y valores.
2. Acepta tu responsabilidad
Asume que la relación es cosa de dos y ambos tienen algo que ver en cómo va. Céntrate en ti mismo y en lo que tú puedes hacer y cómó tu quieres cambiar. Ya que no tienes el poder de cambiar a tu pareja.
3. Encuentra el compromiso para cambiar
Si no hay compromiso, responsabilidad y motivación para cambiar y mejorar la relación, la terapia no va a funcionar. Por ello, ten en cuenta que se necesita un trabajo y esfuerzo por parte de ambos. El terapeuta no va a arreglar nada, no os va a dar recetas mágicas ni soluciones rápidas o milagrosas. Va a ayudaros a solucionarlo por vosotros mismos y eso requiere trabajo.
¿Cómo es una terapia de pareja? ¿Qué sucede en la consulta?
Cómo es una terapia de pareja depende mucho del terapeuta y del tipo de terapia. Aun así, habitualmente en la primera entrevista se evalúe el problema y se establezcan los objetivos. En esta primera sesión estarán los dos miembros de la pareja. También es habitual que en la segunda entrevista y en la tercera se vea a uno y otro miembro por separado para explorar la situación de cada uno y cómo la vive cada uno. Es común que se intercale alguna sesión individual en el curso de la terapia. A partir de la cuarta sesión se comienza el “grueso” de la terapia, donde se abordarán aquellos asuntos que tanto la pareja como el terapeuta hayan considerado de mayor relevancia y urgencia.
En la terapia se busca expresar las emociones y pensamientos de forma adecuada. No se toleran las faltas de respeto ni ninguna forma de agresión. Es habitual encontrar ese tipo de patrones de comunicación en parejas muy deterioradas, pero se trabaja para que esto no ocurra.
El terapeuta no se va a posicionar ni de un bando ni de otro. Un buen terapeuta se mantendrá neutral. Para favorecer esa neutralidad, en algunos casos puede ser muy beneficioso para el curso de la terapia, contar con dos terapeutas (un hombre y una mujer), favoreciendo que la pareja se sienta más cómoda.
¿Cuánto tiempo debe durar una terapia de pareja?
El tiempo que dure una terapia va a depender de:
- El tipo de terapia
- Los objetivos de la terapia
- Las necesidades específicas de la pareja
- Situaciones externas a la terapia
- La disposición de la pareja
Hay veces que el problema se soluciona en 5 o 6 sesiones, cuando el objetivo es muy específico, como mejorar la comunicación, resolver los problemas del día a día… Pero otros problemas como la restauración de la confianza o la modificación de patrones de interacción muy establecidos van a requerir una duración mucho mayor. La media se suele situar en 12-16 sesiones, en torno a los 4 meses. No hay milagros ni recetas mágicas. Por eso, es mejor no apresurarse, tomarse el tiempo necesario y no acelerar las cosas, porque suele ser contraproducente.
Mi pareja no quiere ir a terapia ¿Qué puedo hacer?
A veces uno de los miembros tiene muy claro que hace falta una terapia de pareja pero el otro se niega o está reticente. Y es que puede haber muchas razones por las que una persona se niegue a ir a terapia.
No es fácil hablar de los problemas personales con un completo desconocido, y menos para “sacar los trapos sucios”. También suele haber temor de que el terapeuta se posicione del lado del otro miembro de la pareja. Les preocupa que sea otro espacio donde sea criticado o culpado por los problemas. Puede que hayan tenido experiencias negativas con algún terapeuta.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que un buen terapeuta no se va a posicionar del lado de nadie, permanece imparcial y siempre va a dar voz a ambos miembros para que expresen sus opiniones, pensamientos y emociones libremente.
A veces creemos que no hay solución para nuestro problema, o que a nadie más le ocurre. Pero suele haber una salida, y nuestros problemas no son tan únicos o especiales como podemos creer. También puede que creamos que el problema es de la otra persona y nosotros estamos perfectamente bien. Sin embargo en los problemas de pareja lo normal es que los dos sean en parte responsables por las situación actual.
Y aunque el problema quede sin resolver y la pareja se rompa, la terapia nos va a servir para conocernos a nosotros mismos y a nosotros en pareja, permitiéndonos aprender para la siguiente relación.
1. Habla sobre la terapia de forma positiva
Habla a tu pareja acerca de la terapia. Hazle saber que no es para apuntar o culpar a alguien. Muchas veces un miembro de la pareja quiere ir a terapia para que le diga que es quien tiene razón. Sin embargo, si el terapeuta es experto, esto no va a suceder.
Dile a tu pareja que la terapia va sobre ayudarles a detener las formas de interaccionar que les hacen daño mutuamente. También puede ser de ayuda asumir cierta responsabilidad como decir:“quiero aprender a ser una mejor pareja para ti, necesito que alguien me enseñe. Si vienes conmigo seguro que es mucho más fácil. ¿Vendrás conmigo a terapia?
Nunca lo propongas como un ultimátum o como una amenaza.
2. Prueba talleres para parejas
Aunque no es terapia propiamente dicha, algunos talleres pueden ser poderosos y terapéuticos. Puede ayudarte a entender al naturaleza del amor, darle sentido a lo que ocurre cuando una persona siente malestar y cómo eso influye en su conducta. También puede facilitar el fortalecimiento del vínculo.
3. Prueba algunos ejercicios
Hay algunos ejercicios que pueden ayudar a incrementar la sensación de seguridad y confianza en la relación.
Puedes preguntarle a tu pareja si le gustaría crear un espacio semanal en el que se compartieran emociones. Un espacio seguro en el que simplemente se haga de espejo del otro, evitando que se convierta en un debate o una sesión de solución de problemas.
También puedes sugerir actividades que recuperen la pasión y el romance. Puedes proponer salir a bailar, preparar una cena romántica… También puedes trabajar en mejorar tu escucha activa y no explotar cuando tu pareja toca un tema sensible.
Puedes probar otro ejercicio que consiste en cada noche compartir el aprecio por algo que haya hecho la pareja, o una cualidad suya. Esto debe ser sin condiciones, es decir, no puedes decir: “me gusta que hayas hecho X aunque no hagas Y”. Solo lo positivo porque se trata de mejorar el clima de la relación. Puede ser: “Me gustó cuando anoche me hiciste reír tras venir de un largo día de trabajo”. O “me gustó el tiempo que pasamos el fin de semana cuando hicimos X”.
4. Ve a terapia de pareja solo
Lo mejor es ir con tu pareja, pero si no es posible, ir a terapia solo también puede ayudar. Una sola persona puede influir en el funcionamiento de la relación y facilitar el cambio del otro. Un buen terapeuta te va a ayudar a ser una mejor pareja para el otro.
Tipos de terapia de pareja
Hay muchos tipos de terapia de pareja, que pueden variar drásticamente en los métodos usados. Es importante que la pareja conozca los diferentes tipos de terapias existentes para ver cuál de ellos se puede ajustar mejor a la pareja y al tipo de demanda. Algunos de los tipos más populares son los siguientes:
- Método Gottman: es una terapia científicamente estructurada que combina intervenciones terapéuticas con ejercicios para abordar el problema. Los objetivos principales son conseguir un profundo sentido de la comprensión, respeto, empatía y superar las barreras para la autosuficiencia en la relación.
- Terapia centrada en las emociones: Se centra en la comprensión y la gestión emocional. Cada miembro de la pareja es animado a discutir sus emociones en un ambiente libre de juicios para ganar conocimiento y perspectiva sobre las reacciones emocionales de su pareja. El objetivo principal es crear un vínculo fuerte entre ellos, aprender habilidades de comunicación efectivas y desarrollar la confianza en la pareja.
- Terapia centrada en soluciones: Es un tipo de terapia muy organizado y orientado a metas. Más que centrarse en los efectos del problema, se dirige a el resultado deseado y crea un plan estructurado para lograrlo. Esta terapia provee a los clientes de habilidades y herramientas que le sirvan para manejar los desafíos de su vida diaria.
- Terapia cognitivo conductual: Se basa en formar un vínculo fuerte con el terapeuta y explorar la causa primaria del problema en la relación. Anima a los individuos a desafiar sus percepciones, creencias, emociones y pensamientos para descubrir la raíz del problema. También trata la comunicación, la gestión emocional, crear un buen clima en la relación. Es una de las terapias más efectivas y populares.
- Terapia sistémica: Esta terapia utiliza técnicas complejas para investigar el rol del individuo dentro de la relación. Ve la relación como un sistema en el que las conductas de cada uno influyen en el otro. Analiza las conductas específicas de los individuos y cómo afectan a la relación para transformar esas conductas en otras más adecuadas.
Ejercicios y técnicas de terapia de pareja
1. Ventilación emocional
¿Cuando fue la última vez que comunicaste cómo te sientes? Guardárselo todo para no entrar en conflicto no es bueno, ya que puede convertirse en rencor, frustración y conductas de castigo inconscientes hacia nuestra pareja.
Para ello, cada día dedicad un pequeño rato para hablar de las cosas que nos han supuesto molestia e irritación, para que no se conviertan en problemas mayores. Para ello es preciso tener unas buenas habilidades sociales y de escucha activa.
Si la primera respuesta es que todo esta “bien” insiste un poco más, puede que haya algo.
Exprésate desde el “cuando tu haces X, yo me siento Y”. Y luego escucha, escucha de verdad, no intentes corregir a la otra persona, interésate por lo que dice, pregunta lo que no entiendas. Intenta comprenderle.
2. Resuelve las discusiones antes de dormir
Las discusiones que no se resuelven se convierten en rencor y resentimiento. Antes de que eso ocurra, solucionadlo antes de que se acabe el día. Si las emociones son demasiado intensas para hacerlo, acordad una pausa para retomar el argumento al día siguiente con la completa intención de solucionarlo juntos.
3. Haz una lista de planes
¿Cuáles son las 10 planes divertidos que quieres hacer con tu pareja?. Haz una lista y asegúrate de tachar al menos una al mes.
4. Comed o cenad juntos
Pasar el tiempo de la comida o la cena juntos, es una forma muy básica de vincularnos. Encontrad tiempo para comer juntos y hablad de intereses metas y sueños. Si estás en medio de una discusión o la relación es tensa, permite que la comida sea un momento para pausar la discusión y disfrutar de la compañía del otro.
Psicóloga General Sanitaria, experta en terapia sexual y de pareja. Ayudo a mejorar la calidad de vida de las personas mediante terapia psicológica y la comunicación a través de la red.