Asperger: identificarlo en niños
Los que sufren síndrome de Asperger, tienen una preocupación obsesiva y fuera de lo común por un tema determinado y se centran en él hasta el punto de ignorar otras facetas de su vida y temas de conversación. Además, tienen tendencia a repetir acciones y rutinas, y suelen hablar de manera monótona y tomarse las cosas al pie de la letra; interpretan la ironía y otras figuras retóricas de forma literal. Tampoco se muestran seguros cuando interaccionan con otras personas porque les cuesta empatizar con ellas.
Por otra parte, al igual que los pacientes de síndrome de Savant, los que padecen síndrome de Asperger suelen tener una inteligencia por encima de la media. Se piensa que algunos genios como Albert Einstein, Isaac Newton y Miguel Ángel pudieron haberlo tenido.
El síndrome de Asperger está clasificado como un trastorno del espectro autista que se manifiesta durante la etapa escolar, y se estima que 3 de cada 1000 niños de entre 7 y 16 años podrían padecerlo. Si tienes dudas sobre si tu hijo se encuentra en este grupo, estos son algunos síntomas de Asperger que debes saber identificar para detectarlo de forma preventiva.
Síndrome de Asperger: síntomas
-Falta de empatía y problemas para relacionarse.
-Problemas para entender como funciona el mundo que les rodea.
-Algunos estímulos externos como la luz y el ruido pueden llegar a molestarles.
-Pueden moverse de manera torpe.
-Practican actividades repetitivas y sistemáticas.
-Tienen conductas fuera de lo normal.
-Hablan en un tono alto y de manera formal, incluso llegan a crear sus propias palabras y expresiones.
-Se pueden obsesionar por un solo tema descuidando otros aspectos de su vida.
-Cuando hablan con alguien no acostumbran a mirarle a los ojos.
-A veces se quedan absortos y se pierden en sus propios pensamientos.
Si el niño presenta varios de estos síntomas, lo más recomendable es acudir a un especialista para que realice un diagnóstico completo y determine si el niño padece de verdad el síndrome de Asperger. Existen terapias que ayudan a los pacientes a desarrollar sus habilidades para socializar, y son más efectivas si el niño participa en ellas desde una edad temprana.
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