Dificultades de aprendizaje (DA) “la tortura de aprender”
¿Su hijo tiene dificultades con la lectura, las matemáticas, la escritura, la atención o coordinación? Tal vez estos problemas podrían deberse a una dificultad de aprendizaje. En este artículo, Ana Muñoz, psicóloga, nos explica qué son las dificultades del aprendizaje, cuáles son sus síntomas y cómo identificarlas. Descubre los tipos de dificultades de aprendizaje más comunes y cómo podemos trabajarlas en familia.
Las dificultades de aprendizaje pueden presentarse de diferentes formas: Problemas a la hora de pronunciar las palabras, de llamar a las cosas por su nombre, dificultades para aprender las letras y leer, dificultades con la escritura, caligrafía difícil de entender, problemas con los números, dificultades con el cálculo, no seguir las instrucciones que se le dan, etc…
¿Qué son las dificultades de aprendizaje? Definición del problema
Las dificultades del aprendizaje (DA) es un término genérico que utilizamos para referirnos a un grupo bastante heterogéneo de trastornos que afectan al aprendizaje, y se manifiestan por dificultades importantes a la hora de hablar, leer, razonar, escribir, o comprender las matemáticas y aritmética. Estos trastornos son inherentes a la persona y, normalmente, debidos a una disfunción estructural en el sistema nervioso del individuo. Por lo que es frecuente que las dificultades del aprendizaje acompañen a la persona a lo largo de todo su proceso vital.
La base de las dificultades del aprendizaje suele encontrarse en procesos psicológicos básicos como atención, memoria, percepción, lenguaje, capacidad de autorregular los procesos mentales, así como factores emocionales y motivacionales. Suelen identificarse en los primeros estadios del desarrollo (infancia, niñez o adolescencia), ya que hay una inadecuada adquisición y desarrollo de las habilidades importantes y esenciales del aprendizaje en la escuela. ¿A qué nos referimos?
Veamos el siguiente caso: un niño/a tiene dificultades para contar sus ideas, le cuesta hilar la historia, organiza mal el discurso y a veces se hace complicado entenderle. Además, es posible, que presente problemas para saber cómo comportarse o jugar con sus compañeros. ¡Incluso a veces responde de forma agresiva! Con frecuencia Este niño puede no saber jugar con sus compañeros y comportarse con ellos de una forma agresiva. Puede caerse con frecuencia y no tener habilidad de movimiento en el juego. Según algunas personas de su alrededor los definen como: “es un poco lento”, “necesita mejorar su psicomotricidad”, “se despista mucho”, “es vago”, “es inmaduro”…
“Juan es un niño de 6 años que está en 1º de Primaria y muestra dificultades para reconocer las letras y escribir correctamente las palabras. Invierte el orden de las letras, su ritmo es muy lento y lo que aprende, se le olvida. Tras pasar al siguiente curso, Juan continúa con las dificultades para leer, escribir y entenderse con las matemáticas”
El concepto de Dificultades de Aprendizaje (DA) ha ido evolucionando a lo largo de la historia y se ha visto influido por el contexto social-político y educativo de la época y por la disciplina predominante del momento, como la medicina y la psicología. Así, el estudio de las dificultades de aprendizaje y la preocupación por ellas no siempre ha estado ahí. Es más, antiguamente no se conocía este tipo de dificultades y no se le daba importancia ya que se creía que no influía en la vida cotidiana de la persona.
Las dificultades de aprendizaje son un conjunto de trastornos que suelen crear confusión entre ellos. Esto es debido a la falta de una definición clara, a las coincidencias entre los diferentes trastornos y a las diferencias entre la población escolar a la que hace referencia. Las dificultades de aprendizaje se dan en un numeroso grupo de alumnos, su causa no es siempre detectable y a veces esta causa es múltiple y referente al ambiente. Esto implica dificultades en su detección, diagnóstico e intervención.
Aprender a leer es una actividad que requiere mucho tiempo y esfuerzo, algo debemos tenerlo en cuenta. La adquisición de la lectura y de la escritura son esenciales en el desarrollo del lenguaje, ya que no es sólo aprender a escribir, sino aprender a comunicar un mensaje escrito. Ambas modalidades se ven reflejadas en los dos aspectos del lenguaje, el comprensivo (capacidad para comprender el lenguaje oral y escrito) y el productivo (capacidad para expresarse de forma también oral y escrita). Aunque el lenguaje oral y escrito comparten características comunes, el lenguaje escrito presenta más dificultades.
Dentro del proceso evolutivo, los ritmos de aprendizaje son únicos en cada niño. Es muy importante estimularles para que aprendan nuevas capacidades, pero también lo es no forzar su desarrollo si el niño aún no está preparado para ello. Si el ritmo de un niño es lento, cuanto más avance en el desarrollo evolutivo, más dificultades se pueden presentar. Además la maduración puede ser más lenta y existir desajuste respecto al resto de sus iguales. Ahora pensemos en lo siguiente: los niños que presentan alguna de estas dificultades de aprendizaje, ¿cómo se sienten entre sus iguales, en su familia y sobre todo, cómo se sienten con ellos mismos?
Síntomas de dificultades de aprendizaje ¿Cómo podemos identificarlas?
Por todo esto surge la necesidad de detectar cuanto antes estas dificultades, de poder intervenir en ellas para reducir la gravedad y las futuras repercusiones. Esta detección recae en las personas que rodean al niño: familia, profesores, orientadores… donde el trabajo en equipo y coordinado facilitará su proceso. Para eso, ¡atendamos a los diferentes síntomas que nos avisan de posibles dificultades en el niño!
Según la edad, estas son las dificultades de aprendizaje:
1- Niños de entre 2 y 4 años:
Algunas señales tempranas de un trastorno del aprendizaje pueden ser:
- Hiperactividad: No parar de moverse, ir de un lado al otro, levantarse continuamente de su asiento.
- Dificultades de atención: No miran cuando se les habla, no atienden a las instrucciones, se distraen con facilidad, abandonan rápidamente las tareas sin terminarlas.
- Dificultades para comprender lo que se les dice, cambian de tema o interrumpen constantemente.
- Dificultad para expresar lo que quieren decir y comunicar.
- Problemas para aprender conceptos nuevo, como formas, números…
- Problemas de conducta, como molestar o pegar a sus iguales, y conductas llamativas como gritar, llorar o romper cosas.
- Dificultades sociales, son menos autónomos, necesitan la presencia del adulto y suelen preferir jugar con niños más pequeños.
- En el desarrollo motor, falta de coordinación en general, van rígidos al andar, se tropiezan fácilmente, dificultades además para acciones como colorear, recortar o pegar.
2- Niños de entre 5 y 6 años:
Supone el inicio en el aprendizaje formal de la lectura, escritura y el cálculo. Esto puede ser un proceso complicado para ellos, especialmente si el niño padece dislexia: No progresan en relación a sus iguales y comienzan a surgir sentimientos de inferioridad, falta de motivación, falta de interés y suspensos. Sus dificultades se centran en aspectos concretos, aunque otros se mantengan correctamente. Además, su capacidad intelectual suele ser normal. ¿Qué ocurría con el ejemplo de Juan? Los padres comienzan a preocuparse por las dificultades que muestra Juan, pero no es fácil asumir que a su hijo le llamen “vago o mal estudiante”. ¿Qué observamos?
- Presencia de errores en la lectura y escritura confundiendo letras, cambiándolas de posición por letras similares.
- Les resulta difícil aprender cálculos sencillos por no ordenar correctamente las secuencias de números y a la vez problemas para aprender secuencias temporales.
- Dificultades para recordar la información aprendida, problemas de atención, motivación y conducta.
3- Niños de 7 en adelante:
En este momento, si el niño no ha aprendido bien a leer y escribir, debemos incrementar las alarmas. Observamos:
- Lectura ineficiente: confunde letras, cambia palabras, lee despacio con ritmo entrecortado y errores.
- Dificultades en la expresión escrita a la hora de hacer redacciones y comprender un texto para responder a preguntas relacionadas.
- Además no comprende los enunciados de matemáticas, por lo que no puede realizar el ejercicio correctamente ni acabarlo.
- Por último, pero no menos importante, destacar la presencia de factores emocionales como ansiedad, bloqueos, rechazo escolar o baja autoestima.
4- Adolescencia:
Normalmente en esta edad, estas dificultades ya deben estar detectadas y trabajadas. ¿Qué puede ocurrir si no se ha detectado antes?
- Continúan los errores de lectura, escritura o cálculo.
- Baja capacidad para preparar exámenes y organización de tareas, planificación.
- Bajo rendimiento escolar y malas calificaciones.
- Siguen apareciendo factores emocionales como ansiedad.
Como se ha podido observar, las dificultades del aprendizaje no tiene que ver con problemas de visión, ni audición, ni por diferencias culturales, ausencia de oportunidades educativas, cambios frecuentes de colegios o baja capacidad intelectual.
Tras conocer los síntomas que podemos detectar en los niños, el siguiente paso corresponde a los padres. Son una figura de referencia para ellos, y es esencial que sean grandes observadores y que presten todo el apoyo que puedan. De esta manera, cuando se detecten dificultades habrá que acudir a los profesionales en estas áreas (psicólogos, pedagogos, psicopedagogos, orientadores…). Podrán atender y evaluar los problemas de aprendizaje del niño mediante una intervención psicopedagógica.
Empecemos por aceptar estas dificultades, escuchar las emociones y sensaciones de su propio aprendizaje. Esto nos permitirá entenderlo como una forma diferente de aprender y nuestro impulso será esencial para ellos. ¿Qué ocurre cuando supone una tortura para ellos el aprendizaje por todas esas dificultades y su alrededor los califica de “vago”, “torpes” o “tontos”?
Tipos de dificultades de aprendizaje
Para seguir profundizando en las dificultades de aprendizaje, debemos conocer que las DA pueden ser abordadas desde muchos ámbitos de estudio como la medicina, la educación, la socioeconomía, etc. En cada uno de estos ámbitos el enfoque es diferente en función de sus intereses. ¿Qué significa esto? En este apartado se expondrán algunas definiciones y los subtipos de dificultades de aprendizaje.
Las dificultades de aprendizaje son equivalentes a las Necesidades Educativas Especiales, cuyo objetivo era unir todas las categorías tradicionales de la Educación Especial y eliminar cualquier etiqueta negativa y amenazante hacia los niños y sus problemas.
Las Dificultades en el Aprendizaje integran cinco grupos diferenciados, distribuidas de menor a mayor gravedad, de menor a mayor afectación y de mayor a menor cronicidad.
1. Los Problemas Escolares (PE)
son el grupo menos grave, no se prolongan en el tiempo y no suele ser necesaria una intervención especializada, solo un seguimiento tutorizado. Probablemente son los más comunes de estas dificultades de aprendizaje. Suelen remitir con facilidad, incluso en ocasiones de forma espontánea. Se trata de alumnos con un rendimiento académico bajo o medio-bajo, aunque con capacidades intelectuales suficientes para obtener mejores resultados. Estudian poco y tienen malos hábitos, leen bien aunque no comprenden siempre lo que leen y escriben de manera pobre. Tienen dificultades y rechazo por aprender contenidos de asignaturas puntuales, como matemáticas o de lengua, aunque en el resto de materias no haya problemas.
Suelen iniciarse a lo largo de toda la vida, predominantemente antes de la adolescencia y en ella. Su aparición se relaciona con inadecuadas pautas educativas familiares. Los alumnos con problemas escolares faltan a las clases, no tienen motivación para conseguir sus metas, no muestran interés y las expectativas sobre sus capacidades son bajas.
Las consecuencias de los problemas escolares es un rendimiento por debajo de su capacidad. Si no se atienden sus necesidades, las consecuencias pueden ser más graves. Es importante la orientación al alumno y a sus profesores.
2. El Bajo Rendimiento Escolar (BRE)
Son problemas de moderada gravedad, aunque se puede recuperar si se atienden adecuadamente las necesidades educativas escolares y familiares. Con bajo rendimiento escolar nos referimos a los alumnos que suelen ir mal en la mayoría de las materias, con importantes olvidos en su aprendizaje, no estudian, están desmotivados, no muestra interés y suelen molestar al resto de sus compañeros. Esto se traduce en inadaptación escolar, ya que sus conductas son disruptivas basadas en desobediencia, faltas a clase e indisciplina. Suponen un grupo de alteraciones en los procesos de enseñanza y aprendizaje donde los niños rinden por debajo de sus capacidades. Estos alumnos además presentan dificultades en los procesos básicos para el aprendizaje como la comprensión y expresión del lenguaje. También dificultades para organizar, elaborar y transferir material.
Estas dificultades pueden darse a lo largo de toda la vida escolar, aunque suele ser más frecuentes en la adolescencia y el resultado de todo ello es que los alumnos rinden por debajo de su capacidad, variando entre dos y cuatro cursos de diferencia. Esta diferencia es mayor cuanto más edad tiene el alumno y puede llegar a ser irrecuperable, convirtiéndose en el fracaso escolar de estos alumnos.
La causa de los problemas de bajo rendimiento escolar suelen relacionarse con factores del entorno familiar, social y/o escolar. Pautas educativas familiares inadecuadas como desinterés por parte de los padres, falta de asunción de la propia responsabilidad y la poca disponibilidad para realizar las tareas escolares. También influyen las relaciones con los iguales y las condiciones sociales del entorno.
El pronóstico de estas dificultades es bueno, ya que son recuperables, en ocasiones sin necesidad de intervención psicopedagógica. La mayoría de las veces deben desarrollarse atenciones especiales y adaptaciones curriculares individualizadas y significativas. De aquí viene la importancia de la detección precoz y la evaluación por parte de los profesionales destinados a ello.
3. Las Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA)
Las dificultades específicas el Aprendizaje (DEA) están presentes desde las primeras etapas del desarrollo, deteriorando las formas normales de aprendizaje. Son las dificultades que los alumnos en ocasiones tienen para el aprendizaje de la lectura, de la escritura y de las matemáticas. Puede darse a lo largo de toda la vida, aunque suele presentarse antes de la adolescencia, especialmente en el inicio de la Educación Primaria, aunque también se puede presentar en personas adultas.
Sus causas no son conocidas aunque destacan factores biológicos junto con las oportunidades de aprendizaje y enseñanza.
Suponen una gravedad moderadamente alta, por lo que es necesaria la intervención especializada y prolongada. Si la detección se da en el inicio de los aprendizajes, suele remitir en tres cursos aproximadamente, aunque la realidad es que suele detectarse tarde y son más difíciles de solucionar.
Las Dificultades Específicas de Aprendizaje no tienen en todos los casos la misma gravedad ni se dan en semejantes condiciones educativas, familiares y escolares, por lo que el pronóstico puede variar. Los alumnos con estas dificultades pueden alcanzar el desarrollo y el grado de aprendizaje necesarios para una enseñanza regularizada. En cambio, si la intervención es posterior a los ocho años, el retraso escolar será cada vez más grave y las posibilidades de remisión menores.
Padget (1998) diferencia tres tipos de DA, tiene importantes repercusiones en la práctica educativa porque distingue entre distintas áreas del lenguaje, de la lectura, de la escritura y de las matemáticas:
- Dificultades en la lectura, bajo rendimiento en precisión, velocidad o comprensión de la lectura. Para trabajar la velocidad lectora y la fluidez verbal destaca “El juego de la atención Ed. Lebon, García-Sánchez, C.& Estévez-González”. Entre las actividades lúdicas a utilizar para la comprensión lectora se encuentra la búsqueda de palabras en el diccionario, los sinónimos-antónimos, cambiar género y número o realizar dibujos sobre el texto.
- Dificultades en el cálculo. Pueden estar afectadas diferentes habilidades, incluyendo las lingüísticas, perceptivas, habilidades de atención y habilidades matemáticas básicas. Las tareas que favorecen la comprensión del problema sería: estimar el resultado, estimar el dato que falta, dibujar el problema, seleccionar el dato necesario, elegir las operaciones, y buscar todas las posibles soluciones.
- Dificultades en la expresión escrita. Se observa una dificultad del individuo para componer textos escritos, lo que se manifiesta en errores gramaticales o de puntuación en la elaboración de frases, una organización pobre de los párrafos, errores múltiples de ortografía y una grafía excesivamente deficitaria. Entre sus juegos destacamos el ahorcado, sopa de letras, crucigramas, palabras locas o juego de rimas
4. El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es una dificultad que se debe a factores personales de carácter grave que se combinan con respuestas inadecuadas del entorno. Se refiere a un grupo de trastornos escolares y no escolares, basado en dificultades significativas para el aprendizaje y la adaptación familiar, escolar y social. La persona con TDAH tiende a primero actuar y después pensar, aunque cuentan con una inteligencia media o media-alta, solo que no dejan tiempo a que ocurra el pensamiento para después responder. Así, son los primeros en responder, siguiendo un modelo impulsivo e irreflexivo. Se dice que son “olvidadizos” y “solo viven el presente” sin prestar atención a las metas del futuro. Además cambian de actividad rápidamente y muestran estallidos de emociones.
El TDAH es un tema de actualidad, el cual se diagnostica a veces con ligereza, sin unos criterios claros, por la coincidencia de sus características en otros trastornos. Puede darse a lo largo de toda la vida, pero especialmente se refleja antes de la adolescencia.
Estas dificultades se deben a una alteración neuropsicológica afectando a la atención, memoria de trabajo, motivación, afecto y lenguaje. Los alumnos con TDAH tienen una incapacidad para controlar sus conductas, para autorregular su pensamiento y para limitar la influencia de estímulos del exterior. Tienen dificultades para el control de la atención, especialmente la concentración, centrarse en un solo estímulo y en varios a la vez.
Como consecuencia del TDAH, los niños presentan dificultades para adaptarse a la escuela, rinden por debajo de su capacidad y suponen un desequilibrio en el clima familiar y social por su descontrol. Además se puede presentar fracaso escolar y pérdidas de aprendizaje.
Se distinguen tres subtipos de TDAH:
- Predominio del déficit de atención: dificultades en reorientar su atención y mantenerla, en la realización de actividades, para prestar atención a dos actividades a la vez, ignorar detalles, problemas de organización, entre otros.
- Predominio hiperactivo-impulsivo: dificultades en controlar el procesamiento de la información, para esperar su turno, además de señales de hiperactividad como moverse con frecuencia, “está en movimiento continuo”.
- Subtipo combinado: no puede prestar atención concentrada durante mucho rato. Es nervioso, sensible o tenso, desobediente en casa, hace las cosas sin pensar, le gusta llamar la atención, se enfada con mucha facilidad y tiende a ser tramposo. Grita mucho, tiene rabietas, brotes de ira y llanto, habla demasiado y prefiere jugar con niños más pequeños.
El TDAH no mejora espontáneamente, necesita tratamiento. Lo cierto es que a partir de la adolescencia los síntomas fundamentales disminuyen significativamente, pero no llegan a desaparecer. Así el diagnóstico de TDAH es frecuente también en adultos. Como ya hemos comentado en otras dificultades, es esencial detectarlo y tratarlo cuanto antes.
5. Discapacidad Intelectual Límite (DIL)
Para finalizar, centrémonos en la Discapacidad Intelectual Límite (DIL). Se trata de un retraso en el desarrollo grave y crónico, es decir, se consiguen avances pero no la remisión total del problema. Son dificultades importantes en el aprendizaje escolar. Suelen llegar a ser independientes para cuidar de sí mismos, aunque su ritmo de desarrollo es más lento de lo habitual.
Su causa se centra en una alteración neurológica que provoca retrasos y alteraciones en atención, razonamiento, además de un coeficiente intelectual bajo (70 a 80-85). Se distraen y tienen poca capacidad de atención, además de otras dificultades de autorregulación y estrategias de aprendizaje. Tienen dificultades para expresar sentimientos, y en ocasiones presentan conductas agresivas. También pueden tener dificultades en el desarrollo del lenguaje y un bajo rendimiento académico.
Puede presentarse a lo largo de la vida, aunque especialmente destaca en la infancia. El origen se puede atribuir a condiciones genéticas, problemas de embarazo, problemas al nacer (anoxia: falta de oxígeno en sangre) y problemas de salud como meningitis o malnutrición extrema.
Son niños cuyo progreso escolar es limitado, pero su integración con el resto de alumnos es totalmente posible y aconsejable.
Antes de finalizar, aquí aparecen algunas recomendaciones en la intervención familiar y del colegio. Además se incluye en las referencias bibliográficas cierto material que os puede resultar de gran utilidad. Es necesario tener en cuenta las Adaptaciones Curriculares Individuales (ACIs), así como las estrategias aportadas y entrenadas con profesionales.
Intervención en las dificultades de aprendizaje: La familia y el colegio
¿Cómo tratar las dificultades de aprendizaje en el ámbito familiar?
Cuando a unos padres se les informa que su hijo presenta dificultades de aprendizaje suelen surgir dudas acerca de qué hacer con ellos, y por qué le pasa eso a su hijo. Por esto es muy importante que reciban orientaciones sobre cómo estimular aquellos aspectos deficitarios de su hijo y comprender sus posibilidades reales. A continuación se desarrollan varios consejos y recomendaciones que como padres o personas de referencia de los niños serán de gran ayuda:
- Para comenzar es importante que los padres estén informados de lo que está ocurriendo con su hijo, información sobre el posible diagnóstico y el significado de estas dificultades. Es de gran ayuda que los padres reciban bibliografía, material para trabajar con sus hijos, actividades y recomendaciones.
- Tratar de entender la situación desde el punto de vista de tu hijo, es decir, ser empático con él. Hay que identificar sus emociones y acompañarle en este camino. Escuchar sus necesidades con atención, dando importancia a lo que su hijo le expresa. A la vez, controlar los propios sentimientos de rabia, pena o frustración frente a las dificultades de tu hijo o a la imposibilidad de ayudarlos y no traspasarles esos sentimientos.
- No forzar al niño para que trabaje más, sino entender el esfuerzo que está realizando y darle el tiempo que él mismo necesite.
- Fomentar su autoestima resaltando los logros que está consiguiendo, reforzando las actividades que realiza y darle ánimo para continuar trabajando a pesar de las dificultades. Dar la oportunidad a tu hijo para hacer actividades diferentes como pintar, hacer deporte, montar a caballo, tocar la guitarra etc. ¡Todo el mundo tiene que desarrollar un sentido de dominio y fortaleza!
- Tratar de no enfocar las conversaciones en los problemas de la escuela, sino centrarse en otros temas más allá de eso, como en lo que más le ha gustado en clase, su película favorita o su mejor amigo/a.
- Encontrar el justo equilibrio entre la ayuda y el fomento de la independencia. Es imprescindible reconocer aquellas situaciones donde necesita tu ayuda, pero fomentar la independencia y autonomía lo antes posible. Por ejemplo, escuchar a tu hijo leer unos minutos cada noche, repasar las palabras de ortografía, ejercitar las tablas de multiplicar o encontrar material para hacer los proyectos del colegio. El rol de los padres debe ser de guía, es decir, no resolver los problemas, sino darle más alternativas para que ellos pueda tomar sus propias decisiones y darles permiso para que cometan sus propios errores.
- En el caso de tareas largas, es importante determinar si se puede recortar, dividir la tarea en secciones y realizar por segmentos separados. Elegir el mejor momento del día para realizar la tarea, según las características de tu hijo. Valorar la posibilidad de tener descansos cada 15 o 20 minutos y darle oportunidades para jugar como niño.
- Leer con tu hijo y que él te lea a ti. Es importante tener claro el nivel de lectura exitoso para tu hijo, de lo contrario, supondrá una actividad frustrante afectando a su rendimiento y afición por la lectura. También se puede jugar con los cambios de voz y la entonación y la búsqueda de palabras en el diccionario, sinónimos y antónimos.
- Ayudarles con la ortografía enseñándole una o dos palabras por la noche y revisarlas en noches posteriores. Hacer que tu hijo te dicte una oración utilizando una de esas palabras. También son muy importantes juegos como el ahorcado, la sopa de letras, crucigramas, palabras locas o juegos de rimas. Utilizar material como post-its para jugar con las palabras.
- Ante dificultades en el cálculo, ayudarle a comprender los problemas utilizando materiales concretos como lentejas, cerillas, monedas, pinturas… Trabajar sólo un concepto cada vez, por ejemplo no pasar a la tabla de multiplicar del 3 hasta que no se haya comprendido la del 2. También trabajar en la cocina haciendo postres para que el uso de las medidas refuercen esos conceptos matemáticos.
- Como habilidades de organización, supervisar el rendimiento de tu hijo mediante una agenda revisada por ti y el profesor. Es esencial mantener una rutina y unos horarios estructurados.
- Utilizar en casa un tablero de anuncios con anotaciones para recordarle a tu hijo sus horarios, tareas o demás actividades para facilitarle estos datos. Utilizar imanes para colocar en la puerta del frigorífico, desarrollar listas de cosas por hacer siguiendo un orden, usar cajones con separaciones para ordenar su material y recuperarlo con facilidad.
Todas estas pautas permitirán generar un momento agradable y cómodo para tu hijo en torno a su aprendizaje, combinándolo con el juego y actividades gratificantes para él.
¿Cómo tratar las dificultades de aprendizaje desde el colegio?
A nivel escolar es fundamental la coordinación con el colegio y profesorado, para determinar la necesidad de recibir ayudas y adaptaciones curriculares. También es necesario valorar la posibilidad de cambiar a un colegio en el que se ajusten a sus necesidades.
Entre las medidas se encuentran las siguientes:
- Hacer las clases más prácticas, se dan instrucciones paso a paso y se asignan tareas especiales.
- Dividir el aprendizaje en partes más pequeñas, en un orden lógico y con una meta clara. Incluir en el aprendizaje una gran parte visual basada en gráficos, dibujos, etc. Puede resultar útil, anotar el guión del temario enseñado en clase para que puedan seguir el orden por escrito.
- Utilizar reglas mnemotécnicas, por ejemplo, recordando la primera inicial de cada palabra o el orden de las operaciones matemáticas.
- Estimular a los niños para que utilicen todos sus sentidos, así recordarán mejor el material aprendido.
- Repetir correctamente las producciones de los niños pero no remarcarle que no se dice así, por ejemplo, si el niño dice, “los murciégalos chupan sangre”, el profesor dice, “hay algunos murciélagos que chupan sangre y otros que no”.
- Plantearle preguntas abiertas de manera progresiva y crear un relato a partir de las respuestas, por ejemplo: “¿qué hiciste antes de dormir?”, “lavarme los dientes”, “¿y qué más?”, “leer un cuento”, “¿y con quién leíste el cuento?”, “con mamá”, “ah entonces, antes de dormir te lavaste los dientes y leíste un cuento con mamá”.
- Realizar distintas actividades donde se anime a utilizar el lenguaje para describir experiencias, contar cuentos o realizar predicciones.
- Darle el tiempo necesario para que el niño se pueda expresar, no presionarlo, avisarle que se le va a preguntar con tiempo y no hacerle sentir que ralentiza el ritmo de la clase. Así le dedica más tiempo y esfuerzo que a los compañeros que no tengan estas dificultades.
- Para que los niños obtengan mayor conciencia de los movimientos articulatorio a la hora pronunciar, animarlos a alargar los sonidos de las sílabas y observar las sensaciones como cosquilleo en los labios.
- Tener en cuenta dónde está sentado, si cerca o lejos del profesor y en función a los estímulos distractores como ventanas, puertas y respecto a sus compañeros. Importante reducir al máximo estos distractores especialmente en niños con problemas de atención y tener sólo los materiales que necesite para la tarea.
- Dar órdenes muy simples, breves y secuenciales. Por ejemplo, “Vanesa, saca tu estuche y tu libro de lectura”, “muy bien”, “cuando termines me llamas”. Es posible también utilizar carteles con dibujos que indiquen la secuencia de actividades a realizar.
- Mantener un contacto visual con el niño, que fije su atención en lo que el profesor está explicando.
Conclusión y consecuencias asociadas a los problemas de aprendizaje
Tras abordar de una forma pautada y detallada las dificultades de aprendizaje, se han ido desarrollando también las consecuencias que tienen estos problemas de aprendizaje. A continuación se engloban las consecuencias:
- Bajo rendimiento académico, rindiendo por debajo de sus capacidades, lo que puede culminar en situaciones de fracaso escolar para el alumno.
- Baja autoestima. Además los niños pueden experimentar diversas emociones angustiosas por tener estas dificultades. El niño no se siente válido y no entiende lo que le pasa, por más que lo intente.
- Baja motivación y descenso del esfuerzo.
- Problemas de comportamiento, ya que no entienden lo que les pasa y no quieren parecer “tontos” frente a los demás.
- Repercusiones en su educación y proceso de aprendizaje, además de su relación con los demás y en las actividades diarias.
¿Qué más consecuencias puede haber tras las dificultades de aprendizaje? Pensemos en ello y así poder acompañar a nuestro hijo o alumno en este proceso. En el ejemplo de Juan, se evalúa en el colegio las dificultades que presenta. Así se determina que presenta una dificultad de aprendizaje, problemas emocionales y de comportamiento asociados a la dificultad. Una vez iniciado el tratamiento especializado y en coordinación con el colegio, Juan empieza a progresar.
Cada caso es diferente y el impacto sobre los niños y adultos depende de varios factores, como la gravedad del diagnóstico, su detección temprana y el apoyo recibido. Por ello es esencial conocer qué dificultades presenta su hijo, confiar en las estrategias trabajadas con él y siempre que existan dudas, consultar al equipo de profesionales destinados a este área, psicólogos, psicopedagogos, orientadores educativos, profesor…
Atendamos a su propio ritmo y entendamos qué ocurre detrás de sus conductas, sus emociones y sus creencias. Entendamos el proceso de aprendizaje como un desafío y no como una tortura.
Para ampliar…
Evolución histórica de las dificultades de aprendizaje
Es a partir de 1880 cuando se muestra interés por las dificultades de aprendizaje de la mano de la evolución educativa de la sociedad. Más adelante, en 1962, se utiliza por primera vez el concepto como tal, gracias a Samuel Kirk (psicólogo y educador estadounidense). Para entender más acerca de la complejidad de este tema y la evolución en el concepto de Dificultades de Aprendizaje, expertos como Wiederholt, en 1974, establecen cuatro períodos claves en la historia.
En la Etapa de Fundación (1880-1940), se centró la atención en la base neurobiológica de las DA, relacionando éstas con alguna lesión cerebral. Uno de los autores, precursor del campo de las DA, Francis G.Gall (1800), llegó a la conclusión de que cada zona del cerebro estaba relacionada con unas capacidades mentales y que la lesión en una de ellas podía no alterar las capacidades del resto de zonas. Es importante destacar el trabajo de Broca (1816) y Wernicke (1908), los cuales encontraron un área del cerebro específica del habla y de la comprensión del lenguaje, respectivamente.
Un dato muy curioso nos indica que tras la Primera Guerra Mundial, Kurt Goldstein, observó a soldados con daño cerebral durante esta guerra, originándose síntomas como hiperactividad, impulsividad o distracciones. Tras ello, Strauss y Werner observaron estos mismos síntomas en niños con retraso mental, llamado entonces “daño cerebral exógeno”. Estos autores, junto con Lehtinen proponen una enseñanza adaptada a las necesidades y limitaciones de cada alumno en ambientes educativos diferentes a los habituales, como aulas más pequeñas y menos estímulos.
A continuación se encuentra la Etapa de Transición (1940-1963), donde nos movemos de un área más neurológica al ámbito educativo y psicológico. Esta explicación entiende las DA como un retraso o alteración en uno de los procesos básicos (auditivos, táctiles, visuales, lingüísticos, atencionales, de memoria…) en lugar de un daño cerebral. Se destaca la aparición de varios tests centrados en evaluar procesos perceptivo-motores y de los procesos lingüísticos.
Seguimos hacia la Etapa de Integración (1963-1990), presentando como objetivo analizar el concepto de dificultades del aprendizaje y los modelos de intervención de estos trastornos. Aparece un gran interés sobre esta área, integrándolas a la sociedad. Se crean varias asociaciones formadas por padres y profesores involucrados en la intervención con sus hijos, como la Association for Children with Learning Disabilities (ACLD), Found for Perceptally Handicapped Children, Individualizad Family Service Plans y National Joint Commitee on Learning Disabilities (NJCLD). Esta última defiende los derechos de los niños con DA.
Además también aparece la Ley Pública 91-230 para regular los programas educativos de los niños con DA en la escuela y el Modelo de Instrucción Directa, controlando los factores externos, premios y castigos de un aprendizaje adecuado. Agradecer en este período la aparición de las primeras revistas especializadas como “Journal of Learning Disabilities” o “Learning Disability Quartely” y “Learning Disabilities Research and Practice”.
Finalizando el recorrido, nos encontramos con la actual Etapa, Etapa Contemporánea (desde 1990), donde se trata de consolidar como una nueva disciplina las dificultades del aprendizaje. Esto supone ciertos debates acerca de la gran diversidad de definiciones y características de las DA, lo que dificulta crear un marco estable.
Recursos bibliográficos:
Aprender A Comprender Eduardo Vidal-Abarca Gámez (I.C.C.E). Programa de comprensión verbal dedicado a apoyo y ayuda a los alumnos con dificultades de comprensión.
Magaña M; y Ruiz P. Trastornos específicos del aprendizaje. Hospital Infantil Universitario Miguel Servet, Zaragoza y Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil, Huesca.
Programa para mejorar la velocidad y la fluidez de la lectura Antonio Valles Arandiga.
Romero JF; y Lavigne R. Dificultades en el Aprendizaje: unificación de Criterios Diagnósticos. Consejería de EducRomero JF, Lavigne R. Dificultades en el Aprendizaje: unificación de Criterios Diagnósticos.Consejería de Educación. Junta de Andalucía.
Ya leo! Cuadernos de apoyo a la lecto-escritura José Martínez Romero. Editorial: Ediciones Aljibe15 cuadernos: Educación Infantil y Primer ciclo de Educación Primaria.
Especializada en Psicooncología, Cuidados Paliativos y en Trastornos del Lenguaje. Trabaja como psicóloga y en el área de divulgación científica de CogniFit. Además, colabora a nivel particular en asociaciones. Le apasiona el funcionamiento del cerebro humano que estudia, investiga y da a conocer a través de la docencia y la redacción de artículos útiles e interesantes para todo el público. Donde siempre da lo mejor de ella, mostrando las profundidades del ser humano y la psicología en todas sus versiones e intensidades. ¡Adelante!