Delirium Tremens: Grave consecuencia del alcoholismo
El delirium tremens se produce en algunas personas alcohólicas como consecuencia de una interrupción en el consumo de alcohol, considerándose un trastorno grave de la abstinencia. Ocurre en un 5% de las personas alcohólicas tras el cese repentino del consumo.
Desde hace mucho tiempo, sabemos que la ingesta excesiva de alcohol puede provocar trastornos mentales, ya sean crónicos o agudos. Muchos habréis oído hablar del delirium tremens en alguna ocasión, y las preguntas que pueden surgir acerca de su existencia son muchas. En este artículo intentamos resolver tus dudas acerca de este trastorno: Qué es el delirium tremens, las diferencia con el síndrome de abstinencia, síntomas, factores de riesgo y cómo tratarlo.
¿Qué es el delirium tremens?
El delirium tremens puede definirse como un trastorno provocado por el alcohol, y considerado de naturaleza aguda y potencialmente mortal: Su aparición es brusca, como una forma grave de abstinencia alcohólica. Implica cambios repentinos e intensos en el sistema nervioso y cerebro.
El delirium tremens ocurre tras haber consumido alcohol de forma excesiva en periodos prolongados de tiempo, en los que la persona alcohólica crea una dependencia del organismo al alcohol.
Cuando el sujeto interrumpe de forma repentina el consumo habitual de alcohol, aparecen los síntomas del síndrome de abstinencia alcohólica. En la mayoría de los casos, los síntomas del delirium tremens suelen aparecer entre el segundo y cuarto día de abstinencia.
Es importante diferenciar el delirium tremens de otras enfermedades relacionadas con el alcoholismo como, como pueden ser el Síndrome de Korsakoff, o la Encefalopatía de Wernicke, que a diferencia del delirium tremens, son crónicas: Cursan lentamente y con tendencia a la irreversibilidad.
Diferencia entre delirium tremens y síndrome de abstinencia
Tenemos que tener en cuenta que no todas las personas que sufren síndrome de abstinencia, llegan al punto máximo de sus síntomas, es decir, no todas llegan a tener un cuadro de delirium tremens. Por tanto el delirium tremens, no es lo mismo que el síndrome de abstinencia.
El delirium tremens es un cuadro que se presenta dentro del mismo síndrome, pero que sólo ocurre en un pequeño porcentaje de las personas que incurren de manera súbita a la abstinencia.
Por tanto, el delirium tremens es la forma más grave del síndrome de abstinencia, donde se presentan los síntomas en su forma más pronunciada.
Los síntomas del síndrome de abstinencia suelen ocurrir a las pocas horas de haber cesado el consumo de alcohol, mientras que el delirium tremens ocurre entre el segundo y el cuarto día y, generalmente se agrava por la noche, periodo en el que hay menos iluminación, y mayor ausencia de estímulos.
El delirium tremens: Factores de riesgo
Aunque no podemos afirmar que haya una causa específica por la cual la disminución de alcoholemia da lugar al delirium tremens en algunos sujetos y, en otros no, si conocemos algunos factores de riesgo del delirium tremens:
- Investigaciones de Kopelman afirman que en el 90% de los casos, el delirium tremens se produce en personas con una lesión hepática grave, y en un 50% se asocia a procesos infecciosos o traumáticos.
- Suele producirse en personas cuyo consumo de alcohol es elevado (varios litros al día, durante todos los días), y que han tenido alcoholismo durante más de 10 años.
- El delirium tremens también se asocia a la interrupción de otros fármacos, y en ocasiones, a la interrupción en el consumo de otras drogas en pacientes con alta dependencia.
- Por último, la mala alimentación en los pacientes alcohólicos después de haber consumido excesivamente alcohol durante un largo período, se asocia como un factor de riesgo habitual ligado a este cuadro, que puede ocasionar una malnutrición, y en consecuencia, agravar la situación del alcohólico.
Síntomas en el delirium tremens
Los síntomas comienzan entre el segundo y el cuarto día de abstinencia y, de no producirse la muerte, puede producirse un episodio de sueño que se prolongue durante muchas horas. El síndrome comienza con síntomas de ansiedad, respiración fuerte, insomnio y taquicardia. A continuación se encuentra la siguiente fase de delirium tremens con algunos de estos síntomas:
- Alteración en la conciencia y desorientación.
- Pueden aparecer alucinaciones visuales, auditivas y táctiles. Los alcohólicos en esta fase suelen ver pequeños animales, insectos u otros objetos pequeños que se mueven con rapidez. Las alucinaciones auditivas durante el delirium tremens, a veces se caracterizan por sonidos burdos, asociados a contracciones de los músculos del oído medio. También aparecen sonidos complejos, como voces con contenido amenazante, o música.
- Cuando hay delirios, estos son de naturaleza paranoide y, en general, están relacionados con intentos del paciente de dar sentido a las alucinaciones.
- Todo esto conlleva a un miedo intenso, y hace que aumenten las pulsaciones.
- También se presenta sudoración y taquicardia, pudiendo llevar al paciente a la deshidratación.
- Temblores graves y agitación motora. El término tremens alude a estos síntomas motores.
- En algunos casos, aunque menos frecuentes, pueden aparecer crisis compulsivas y derivar hasta el estado epiléptico tipo gran mal, en el cual, a cada crisis le sigue otra inmediatamente, no dando tiempo al sujeto a recuperar la conciencia.
- En ocasiones, si el paciente no es intervenido a tiempo por personal especializado, puede ocasionar la muerte.
Delirium tremens: Cómo intervenir en pacientes alcohólicos
Antes de que se presente un cuadro de delirium tremens, el paciente ha tenido que presentar una sintomatología de alcoholismo moderado -generalmente grave-, seguido todo ello del síndrome de abstinencia.
Por ello, hay que considerar que una persona no se vuelve alcohólica de un día para otro, si no que el curso evolutivo del alcoholismo refleja un deterioro progresivo en aspectos fisiológicos, psicológicos y sociales.
La tolerancia al alcohol se desarrolla ya en la fase pre-alcohólica, en la que la persona necesita cada vez beber más cantidad y con mayor frecuencia para obtener los efectos deseados del alcohol. En fases más avanzadas, ocurrirá lo contrario, el alcohólico tendrá “tolerancia reducida”, es decir, la intoxicación se producirá con cantidades menores de alcohol.
En este momento, es cuando se empiezan a notar más los cambios en la personalidad del alcohólico, y sus continuos cambios de ánimo. Además, su principal objetivo será consumir cualquier bebida alcohólica, a veces con explosiones de ira repentinas. También suele ocurrir que escondan dinero u otros objetos, como bebidas alcohólicas, para poder consumirlas a escondidas; aunque muchas veces, tras episodios de amnesia, no recuerden que lo escondieron cuando estaban ebrios. Esto implicará que el alcohol interfiera en la vida de la persona, de forma parcial, o totalmente.
Tanto si el alcohólico tiene algún síntoma de abstinencia mencionado anteriormente, como si observamos un comportamiento asociado al alcohol en el que la persona pierda el control, será necesario buscar ayuda:
- Si se presentan síntomas de abstinencia, y en mayor medida, de delirium tremens, será necesario un ingreso hospitalario, ya que en muchos casos si no se atiende, puede causar mortalidad.
- Hay centros especializados de desintoxicación, en los que además el paciente será atendido 24 horas, pudiendo intervenir en caso de que la persona tuviera alucinaciones u otros síntomas del delirium tremens.
- No siempre hay síntomas de abstinencia, pero si existe un alcoholismo y comportamientos asociados a él, cuanto antes se pueda diagnosticar, será más posible prevenir futuras complicaciones. No olvidemos que el cuadro de delirium tremens, y otros trastornos agudos o crónicos en el alcohólico, en general se presentan tras largos periodos de consumir alcohol de forma excesiva, prácticamente todos los días, por lo que lo más conveniente es no llegar a ese punto de delirium tremens.
- La persona alcohólica, sobre todo al inicio del alcoholismo y según se va agravando, niega que tiene un problema, por lo que es importante fijarse en el contexto familiar, laboral y social que le rodea. Siempre será más efectivo cualquier tratamiento, cuanto mayor sea la red de apoyo que tenga el paciente para afrontar el problema adecuadamente.
- El abuso de alcohol acelera el deterioro cognitivo. Actualmente existen programas clínicos de evaluación neuropsicológica que permiten a los profesionales evaluar los daños cerebrales en un paciente alcohólico. Existen también programas clínicos de rehabilitación y estimulación cognitiva que permiten mejorar las habilidades cognitivas deterioradas.
Actualmente, la iniciación al consumo de alcohol se suele producir en la adolescencia, cada vez a edades más tempranas. Aún así, existen grandes diferencias individuales en el transcurso del tiempo hasta que puedan aparecer problemas asociados a la dependencia del alcohol.
No podemos saber por qué algunos sujetos tendrán más dependencia que otros, y por qué algunos sujetos alcohólicos tendrán síntomas de abstinencia, y otros no. Sin embargo, siempre es mejor prevenir que curar.
La persona alcohólica puede empezar bebiendo únicamente por la noche, después durante el día, o incluso nada más despertarse, por lo que es necesario que se asuma el problema a tiempo, según van sucediendo esos comportamientos.
Es fundamental tener presente que el alcoholismo, como muchas otras adicciones, puede escaparse a la voluntad del sujeto, quien en una primera fase, no querrá asumir que tiene un problema, y en fases más avanzadas puede recaer aunque sea consciente de que lo tiene.
Por otro lado, cuando hay síndrome de abstinencia, a menudo el paciente quiere volver a consumir alcohol para evitar los síntomas asociados al síndrome. Por eso, la persona alcohólica debe saber que la mayoría de personas que tienen ese problema, aun habiendo cursado síntomas del síndrome de abstinencia, o del delirium tremens, se pueden recuperar por completo si reciben la ayuda necesaria. Además, existen ayudas psicológicas no sólo para el paciente alcohólico, sino también para sus familiares.
A su vez, cada uno de nosotros deberemos tomar conciencia de que existe este problema, cada vez iniciándose antes, por lo que es importante que si una persona bebe, aunque sea ocasionalmente, lo haga con responsabilidad.
Por último, y sobre todo en relación a gente más joven, un reto importante para la psicología es ofrecer la máxima información que exista sobre el alcohol, para concienciar a la población joven, y así prevenir el alcoholismo o comportamientos peligrosos, que desgraciadamente, están a la orden del día.
Psicóloga en continua formación académica y profesional. Especializada en terapia familiar donde ha estado formándose como coterapeuta en consulta. Apasionada de la psicología social y la neuropsicología. Otros intereses son la filosofía, y la literatura. Tiene muy en cuenta la medicina, viene de familia de médicos: “Es importante no excluir diferentes disciplinas, que a menudo se complementan, así como aportar conocimientos de la medicina y la psicología para tener un buen conocimiento de la misma”.