¿Cómo mejorar nuestro tiempo de concentración?
¿Eres de los que se sienta a realizar cualquier tipo de actividad y tarda un minuto en distraerse? ¿No eres capaz de mantener la concentración por mucho que lo intentas? Tranquilo, no desesperes porque en este artículo vamos a darte algunas claves y consejos que te enseñarán cómo mejorar tu concentración.
La concentración
Se entiende como concentración al aspecto de la atención dedicado a mantener la atención fija en un estímulo concreto, ignorando la existencia de distractores (otros posibles estímulos que pudieran interferir con el elemento focalizado). Estamos pues ante la capacidad de fijar de manera sostenida la atención por parte del individuo.
Concentrarse en algo permite ser capaz de visualizar y obtener la máxima información posible respecto al elemento en cuestión y la aplicación de nuestros recursos cognitivos voluntarios al servicio de contemplar, comprender, procesar o trabajar sobre el estímulo en cuestión. Así, podemos estudiar algo o permanecer realizando una actividad concreta durante períodos más o menos largos de tiempo.
Tiempo de concentración: ¿Por qué perdemos la concentración?
La pérdida de atención pasado un tiempo tiene una razón bastante lógica: la atención consume energía y el cuerpo humano está siempre intentando no gastar energía, algo que nos viene de hace millones de años, cuando no había tanto que comer y había que desperdiciar las mínimas energías.
Paul King, que, entre otras, es famoso por el concepto de “backlog cognitivo”, nos dice que: cuando estás prestando atención, escuchando, etc., vas llenando un “backlog” (reserva) de información que superado un tiempo, ya no le entra más información y perdemos la atención.
De la pérdida de atención no hay estudios totalmente concluyentes, así que habrá que ayudarse del sentido común y la experiencia de cada uno, en mi caso, suelo recomendar la práctica de los 18 – 20 minutos máximos para evitar perder la atención.
Al parecer, lo más efectivo es hacer una pausa cada 20 minutos. En el caso de una charla o en una clase, teniendo en cuenta que es difícil cortar tantas veces, recomiendo introducir vídeos, animar a los oyentes a participar, etc. Un ejemplo famoso, es el de Steve Jobs que solía charlas de unos 90 minutos, pero divididas en bloques de 15 minutos.
Desarrollo de la capacidad de concentración
La capacidad para concentrarse no es algo que permanezca inalterable. Puede haber diferentes tipos de elementos que hagan que una persona determinada pueda permanecer más o menos tiempo pendiente de una estimulación.
Distracciones fuertes, la existencia o ausencia de motivación, la vinculación emocional con el estímulo en cuestión o el grado de novedad o rutina que supone son elementos a tener en cuenta. Pero al margen de ello, la capacidad máxima de concentración va variando a lo largo de la vida, sea por el desarrollo evolutivo o bien por aspectos ambientales o adquiridos.
Hay que destacar, que para poder concentrarnos es necesario que nuestro cerebro haya alcanzado un nivel de maduración adecuada. A lo largo de nuestra infancia el encéfalo sigue creciendo y desarrollándose, permitiendo poco a poco que las diferentes capacidades cognitivas aparezcan y se expandan. De este modo, poco a poco el tiempo que un niño es capaz de focalizar la atención en algo va a ir variando y creciendo según se vaya desarrollando su mente. La capacidad de concentración tiende a aumentar entre tres y cinco minutos por año de edad hasta su estabilización en la edad adulta.
A continuación indicamos un cálculo aproximado del tiempo que niños de hasta ocho años pueden mantener la concentración. Estos tiempos establecen un intervalo de media, pues cada persona se desarrolla a su ritmo y puede haber sujetos que puedan tener un rendimiento mayor o menor a la hora de concentrarse.
1. Primer año de vida
Se calcula que a lo largo del primer año de vida la capacidad de concentración de un bebé puede ir creciendo poco a poco hasta lograr mantenerla entre dos y cinco minutos. En esta edad los niños no dejan de observarlo todo y cambiar su foco de atención rápidamente, no pudiendo concentrarse durante más de unos minutos.
2. Segundo año de vida
En el segundo año de vida los niños siguen desarrollando su capacidad de concentración, prácticamente duplicando el tiempo respecto al año anterior. De este modo, pueden llegar a mantenerla entre cuatro y ocho o incluso diez minutos.
3. Tercer año de vida
Con tres años de vida, la capacidad de concentración puede llegar a alcanzar el cuarto de hora, siendo común que llegue o supere los diez minutos. Hasta esta edad, la concentración se mantiene prácticamente mientras que el tema a tratar les cause verdadero interés, perdiéndola generalmente ante la presencia de estímulos distractores. La atención voluntaria empezaría a surgir y a entrenarse a partir de los tres o cuatro años.
4. Cuarto año de vida
Más o menos a partir de esta edad la capacidad de atención puede llegar a aumentar hasta los veinte minutos, si bien aún niños cuya capacidad esté alrededor de los ocho minutos entrarían en el promedio.
5. Quinto año de vida
Los estudios reflejan que durante el quinto año de vida la concentración puede mantenerse entre diez y veinticinco minutos aproximadamente.
6. Sexto año de vida
Concentrarse con seis años de edad es posible, concretamente entre doce y treinta minutos debido al mayor desarrollo evolutivo del cerebro.
7. Séptimo año de vida
Los niños con siete años de edad tienen una capacidad de atención y concentración que se estima puede llegar a durar de media entre los doce hasta treinta y cinco minutos.
8. Octavo año de vida
Con ocho años de edad, se ha observado que la mayoría de la población puede focalizar su atención entre dieciséis y cuarenta minutos de tiempo.
Consejos para aumentar la concentración
1. Practica actividades físicas
Una serie de investigaciones han demostrado la fuerte influencia del ejercicio físico sobre el cerebro. El ejercicio físico ayuda a mantener la concentración.
De acuerdo con las investigaciones, alrededor de 20 minutos de ejercicio aeróbico intercalado con las clases ayudaron a mejorar la concentración de los alumnos.
Otro relato mostró que los adolescentes alemanes que estuvieron 10 minutos practicando actividades de coordinación lúdica lograron mejorar sus resultados en las escuelas. ¡Por lo tanto, elige tu deporte y empieza a practicarlo!
2. No intentes ser multitareas
Investigadores de la Universidad de Stanford desmontaron el mito de que ser multitareas es algo positivo. Para ello, realizar varias tareas al mismo tiempo disminuye nuestro nivel de competencia e inteligencia. Nuestro cerebro sufre una sobrecarga que sobresatura nuestra capacidad mental, impidiendo que realicemos más de una tarea con la misma calidad que lo haríamos si estuviésemos haciendo solo una.
Siendo así, si necesitas hacer tareas importantes, organízate para no hacer más de una a la vez. Esto te ayudará a centrarte en las prioridades y a mantener la alta calidad de tus acciones.
3. Medita
La meditación es una práctica milenaria en la que el individuo utiliza técnicas para mantener el enfoque de la mente, sea en un pensamiento o en una actividad particular. Por actuar en la corteza prefrontal, esto influye directamente en la concentración y el aprendizaje.
Por lo tanto, si quieres mejorar la concentración, practica la meditación, pues activa la región de la corteza, aumentando el volumen de materia gris. Esto produce un efecto directo en el cerebro.
Además, la práctica reduce la actividad del lóbulo parietal, lo que consecuentemente hace que no seamos tan sensibles a los estímulos externos.
4. Duerme bien
¿Has notado que cuando tenemos una buena noche de sueño, al día siguiente, tenemos más disposición? Al igual que los otros órganos de nuestro cuerpo, el cerebro necesita descansar. Por eso, si quieres mejorar la concentración, trata de dormir bien.
Durante el sueño, el sistema nervioso central se restaura, haciendo que las neuronas repasen informaciones adecuadas entre sí. Esto influye en la actividad cerebral y nos ayuda a desarrollar una capacidad superior para concentrarnos en ciertas tareas.
5. No te olvides del ocio
El cerebro no es una máquina. Si no le das un descanso, con el tiempo, tu concentración va fallando.
Por ese motivo, separa algunos momentos de tu día para hacer una pausa y relajarte – eso te ayudará a tener más ánimo para hacer las tareas que requieren concentración.
Tener momentos de ocio es fundamental no solo para garantizar el bienestar, sino también para mejorar la concentración. Por eso, apuesta en estos momentos de relajación.
Haz actividades que te den placer y que no sean una obligación, como pasear en un parque o ver una película.
6. Desconéctate
Una cierta dosis de estrés es fundamental, pues nos ayuda a responder de manera ágil ante situaciones de emergencia. Sin embargo, hay que tener cuidado para que esto no se convierta en una carga.
Hoy, estamos recibiendo estímulos constantes, además de estar expuestos a demasiadas informaciones, lo que acaba sobrecargando nuestro cerebro.
¿Ya te has dado cuenta de que la ansiedad aumenta cuando estamos todo el tiempo conectados?
Por tanto, si deseas mejorar la concentración, desconéctate, apaga tu ordenador y el teléfono móvil y no entres en las las redes sociales antes de ir a dormir. La desconexión ayuda a ejercitar una parte del cerebro conocida como red neuronal estándar, permitiendo espacio para soñar y consolidar la memoria.
7. Aliméntate bien para mejorar la concentración
Algunos alimentos ayudan en la regeneración de las neuronas. La hipoglucemia, que es la falta de glucosa en el organismo, puede perjudicar el razonamiento. Por tanto, elige fuentes de esta sustancia, como cereales integrales y frutas, para mejorar la concentración.
El zinc es otro elemento importante, pues actúa contra los radicales libres, preservando las membranas de las neuronas y contribuyendo así al intercambio de informaciones entre ellas.
En este caso, consume alimentos como huevos, productos lácteos y carne roja para tener un cerebro más concentrado.
8. Haz una lista de tus tareas
¿Necesitas concentrarte en determinadas tareas, pero no logras mantener el foco? ¡Haz una lista!
Para esto, puedes usar, por ejemplo, aplicaciones de productividad.
Elaborar una lista de las cosas que tienes que hacer te ayudará a concentrarte en lo importante que debes que realizar en un determinado día.
Así, puedes establecer prioridades – como el trabajo. El documento también ayuda a evitar que la concentración se pierda en el camino, pues sabes que necesitas terminar una tarea para empezar otra.
9. Estimula tu mente
Así como el cuerpo, el cerebro también necesita ejercitarse. La gimnasia mental es esencial y debe aplicarse a tu rutina, para ello puedes utilizar aplicaciones de entrenamiento mental. Un neurocientífico americano, Larry Katz, hasta le dio un nombre a esa actividad: neuróbica.
Para él, prácticas como hacer crucigramas, jugar al ajedrez, utilizar la mano que no usas normalmente y hacer cuentas a la moda antigua, sin la ayuda de una calculadora, son excelentes alternativas para estimular y mejorar la concentración. Esto sucede porque estas acciones ayudan al cerebro a aprender diferentes maneras de hacer las cosas.
10. Memoriza las cosas
¿Sueles practicar la memorización? Si no, deberías empezar a hacerlo.
Memorizar frases, poemas e incluso canciones no solo ayuda a ampliar el vocabulario, sino que también entrena el cerebro para que se concentre en actividades importantes.
Recuerda que la memoria forma la base del aprendizaje y que, sin ella, no podemos concentrarnos. Por tanto, ten hábitos diarios que te permitan ejercitar la mente: esto afectará directamente tu éxito profesional y personal.
Por tanto, si deseas mejorar la concentración, trata de poner en práctica los consejos que te hemos dado.
Verás que conseguirás tener una mayor habilidad para realizar tus compromisos diarios y lograrás relajar la mente, aumentando tu calidad de vida.
Esperamos que hayas disfrutado nuestros consejos.
Psicóloga General Sanitaria. Exploradora e investigadora en educación. Especialista en la búsqueda de las necesidades y características de cada niño.
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