¿Cómo interpretar los sueños? ¿Los sueños tienen significados ocultos en la vida real?
¿Qué significa soñar con serpientes, con arañas, con ratas…, soñar que se te caen los dientes, o soñar que vuelas? Puede que seas de los que creen que los sueños tienen mensajes ocultos, deseos inconscientes o premoniciones que nos ayudan a desvelar cuestiones importantísimas sobre nuestro pasado, presente, y futuro. Y claro, ¡sería estúpido desperdiciar esas revelaciones!
En Internet encontramos un montón de diccionarios de los sueños y de información referente al significado de los sueños. Pero, ¿nos podemos fiar? ¿es cierta la interpretación de los sueños que encontramos en la red? En este artículo Andrea García, psicóloga, nos explica los orígenes de la interpretación de los sueños, qué pasa en nuestro cerebro durante las distintas fases del sueño, y si podemos, o no, atribuirle un significado concreto a un sueño determinado. ¡Te interesará!
Hasta hace bien poco no se sabía nada del sueño. Fuera de nuestra voluntad y de nuestra consciencia, los sueños eran un terreno insondable para nosotros. Las propias características de los sueños, a veces tan reales, tan impactantes o tan bizarras, nos han llevado siempre a la búsqueda de su significado.
En Internet podemos encontrar multitud de diccionarios de los sueños, páginas que “te ayudan”, en un par de clics, a encontrar “la explicación” o “el significado” de ese sueño que te perturba.
Y no es de extrañar que estas páginas proliferen, a la gente le interesa y le preocupa mucho saber el significado de lo que sueñan. ¿Estaré teniendo alguna revelación del subconsciente? ¡Que intriga! Qué alguien, por favor, me explique:
“Qué significa soñar con la ex pareja, soñar que un ser querido muere, soñar se te caen o rompen los dientes, soñar que estás embarazada, qué significa soñar que te persiguen o que vuelas, soñar con toros, con serpientes, con arañas, cucarachas, sangre…”
Seguro que algunos de vosotros os habéis sentido identificados con alguno de esos sueños ¿Por qué son tan comunes estos temas? Ahí va la explicación:
Por la noche, cuando dormimos, las zonas lógicas y de censura del cerebro están menos activas. Las experiencias, pensamientos, cosas que hemos visto en el día, preocupaciones, etc… están “flotando” por nuestra mente. Nuestros sueños, no son más que el resultado aleatorio de todas ellas. Y al final, todos somos humanos, por lo que muchos de nosotros tenemos las mismas preocupaciones o hemos vivido (o visto) experiencias similares.
Por tanto, siento comunicarte, que no hay forma humana de que nadie te diga con certeza qué significan tus propios sueños. Tú mismo eres el único que puedes descifrar si “la serpiente” apareció en tu sueño porque te aterran estos animales, porque la noche anterior viste un programa de serpientes, porque te encantan las serpientes, o puede incluso que no tengas ni idea de por qué has soñado con ella. Simplemente apareció como resultado de un compendio de ideas que circulaban por tu mente esa noche.
Es por eso, que los diccionarios del sueño, como recetas mágicas no funcionan. Cada sueño, en cada mente, es algo particular y personal y es posible que ese mismo sueño en otra persona signifique una cosa totalmente contraria.
Por tanto, nadie puede interpretar los sueños. Como mucho, somos nosotros los que podríamos sacarle algún significado.
Algunos diréis: “Pues yo no sueño nada”,”nunca recuerdo lo que sueño”. Lo cierto es que a no ser que haya un daño cerebral, todos tenemos sueños. Lo que hace que los recordemos más o menos al día siguiente es la carga emocional y la estructura lógica de estos. Durante la vigilia a todos nos resulta más difícil recordar contenidos aburridos y carentes de sentido, pasa lo mismo durante el sueño.
El origen de las interpretaciones de los sueños
Ya desde la Antigüedad las personas han intentado darle un significado a los componentes de los sueños, muy vinculado a la voluntad divina. Se creía que mediante el sueño Dios se comunicaba con nosotros o que mediante estos podíamos predecir el futuro.
Fue en la Grecia Clásica cuando surge la Oniromancia (del griego oneiros, sueño y mancia, arte). Era una técnica por la cual un profesional o experto adivinaba el porvenir de las personas a través de la interpretación del simbolismo de los sueños. En obras clásicas como La Odisea y La Ilíada podemos encontrar ejemplos de estos profesionales de la interpretación de sueños.
El psicoanalista Sigmund Freud, con su obra La interpretación de los sueños en el año 1900, fue el primero en elaborar una teoría en relación al significado de nuestra producción onírica. Según él, el sueño es el mecanismo de la mente para dar rienda suelta a nuestros deseos e impulsos que hemos reprimido durante el día, de manera codificada para que la parte consciente de la mente no lo pueda descifrar. La práctica totalidad de estos impulsos eran sexuales y Freud encontraba una gran variedad de estos indicadores sexuales en los sueños de sus pacientes.
Posteriormente, el psicoanálisis matiza la interpretación de los sueños. La terapia no consistiría en realizar una equivalencia elemento del sueño=significado, sino que sería el propio paciente el que iría realizando asociaciones a partir de su recuerdo del sueño y de esta manera ahondar en sus traumas ocultos.
Aun así, Freud describe algunos elementos que suelen repetirse en los sueños y los identifica con lo que supuestamente simboliza. Por ejemplo, si en un sueño aparece un rey, un obispo o el sol, habrá algo relacionado con el padre del paciente. Si por el contrario, en el sueño aparece la acción de nadar, cabalgar, bailar o subir y bajar escaleras, esto tendrá que ver con el acto sexual.
Estas relaciones concretas sueño-significado no son válidas, ya que es lo que a Freud le sugirió y no son generalizables al resto de la población. No podemos saber cuál es la importancia que nuestra mente le ha dado a ese objeto en concreto, puede que sea origen de un miedo, puede que en la tele lo haya visto o puede que no tenga ninguna relevancia en absoluto.
¿Qué pasa en nuestro cerebro durante el sueño?
El sueño es la experiencia humana más universal y constituye el conjunto de procesos cerebrales que ocurren mientras dormimos.
Durante el sueño disminuye la actividad de la corteza cerebral, sobre todo la prefrontal; que es la parte más externa del cerebro que se encarga de organizar la conducta motora, la toma decisiones y de la expresión de nuestra personalidad. Es por ello que los sueños toman esas formas tan extrañas, porque el cerebro lógico está apagado.
De igual manera, se activan las áreas que se relacionan con el contenido de nuestros sueños (área visual, motora, lingüística…). Disminuye la sensibilidad a los estímulos del ambiente, sobre todo en las fases más profundas, por ejemplo si ladra un perro a lo lejos no lo oiremos. Y se mantiene la actividad vegetativa, la que es automática e inconsciente y permite que sigamos realizando las funciones vitales (la actividad cardíaca, respiratoria, digestiva, etc.)
Los tipos y fases del sueño: El sueño REM y No-REM
Tenemos dos tipos de sueño: El sueño REM (Movimiento Ocular Rápido) y No-REM. Éste último predomina en la primera parte de la noche y posteriormente aparece el sueño REM, que se encarga de la reparación física del cuerpo. Un ciclo No REM – REM dura unos 90 minutos, seguido de pequeños despertares de los que la mayoría de las veces no somos conscientes.
El sueño No-REM
El sueño No-REM tiene 4 fases. Las dos primeras son de sueño ligero y las dos últimas de sueño más profundo. En estas fases nuestra mente repasa lo que hemos hecho durante el día, nuestras preocupaciones y deseos, que luego se pueden ver plasmadas en los sueños. En estas fases apenas hay movimientos oculares. A medida que el sueño va haciéndose profundo nos vamos desconectando sensorialmente de la realidad, vamos dejando de percibir los estímulos del exterior y va disminuyendo nuestro tono o tensión muscular. Es en la cuarta fase del sueño No-REM en la que nuestro organismo comienza a repararse de forma notable, tanto física como mentalmente. Disminuye el flujo sanguíneo, la temperatura corporal, la tasa cardíaca y el ritmo respiratorio. Es en la cuarta fase en la que pueden aparecer sueños, pero estos son estáticos (imágenes, pensamientos, emociones…) y pueden aparecer trastornos del sueño como los terrores nocturnos o el sonambulismo.
El sueño REM
En el sueño REM los movimientos oculares son muy rápidos, la tasa cardíaca y la respiración son variables y pueden aparecer erecciones del pene o secreciones vaginales. En esta fase es cuando se producen los sueños narrativos, los que solemos recordar después. El tono muscular es nulo y el aislamiento sensorial máximo, de esta forma evitamos representar lo que estamos soñando. Por ello si nos intentan despertar en esta fase es probable que les cueste mucho. La actividad cerebral que se ha registrado en esta fase es similar a cuando estamos despiertos. Es en esta fase cuando puede aparecer un trastorno transitorio, inocuo pero molesto llamado parálisis del sueño.
El sueño se estructura de manera diferente dependiendo de la especie animal y de la edad. Cuando somos niños pasamos más de la mitad del tiempo que dormimos en fase REM y a medida que envejecemos esta fase pasa a un 15%. Esto nos sugiere que el sueño REM tenga que ver con la consolidación de lo aprendido y la creación de conexiones neuronales.
Varias investigaciones apuntan a que el sueño REM puede tener dos funciones: consolidar los aprendizajes generados durante el día y desechar las conexiones o aprendizajes inútiles. Es probable que esto sea la causa de las mezclas extrañas e irreales que ocurren en nuestros sueños.
El sueño es vital. La falta de sueño provoca alucinaciones visuales y auditivas, problemas de atención, memoria. Un una falta de sueño prolongada puede llevar a la muerte. Por ello es muy importante tener muy buenos hábitos de sueño, tener una rutina de horarios y dormir las horas necesarias (se recomiendan de 6 a 8 horas). También hay que tener en cuenta que las horas no dormidas en una noche en vela no se recuperan en su totalidad. Así que no sirve eso de: “ya las recuperaré el fin de semana”.
Conclusión: La interpretación de los sueños es un mito
Los sueños que tenemos cada noche son el resultado de las experiencias vividas durante el día y asociaciones bastante aleatorias de hechos y objetos. Son muy personales. En cada persona se producen unas conexiones propias difíciles de generalizar. En el sueño, lo que parece tener mucha importancia puede que no la tenga, y al revés.
Lo que puede ser un indicador de algún tipo de trastorno, malestar psicológico, estrés agudo o trauma son los trastornos del sueño, como el insomnio, los terrores nocturnos o las pesadillas, sobre todo si estas son repetitivas, pero incluso estas se puede generar por ejemplo, por una cena copiosa y pesada.
Según algunos tipos de orientaciones psicológicas el material onírico puede ser muy rico e interesante para trabajar en la consulta del psicólogo. Sin embargo, científicamente no hay ninguna evidencia de exista una relación directa entre un objeto soñado y un posible significado.
Así que no hay por qué preocuparse por lo que soñamos.
Psicóloga General Sanitaria, experta en terapia sexual y de pareja. Ayudo a mejorar la calidad de vida de las personas mediante terapia psicológica y la comunicación a través de la red.