¿Cómo comunicarnos con una demencia avanzada?: Terapia de validación afectiva
¿No entiendes por qué tienes que estar todo el rato repitiendo lo mismo a tu familiar con demencia? ¿te molesta que de repente se enfade sin motivo aparente o que se levante por la noche mientras todos dormís? ¿No sabes cómo comunicarte con tu familiar con alzhéimer y te parece que todos tus esfuerzos no sirven de nada? A veces la comunicación con pacientes con Alzhéimer u otras demencias en fases avanzadas puede ser díficil y muy frustrante para el familiar. Podemos llegar a tener la sensación de que no servimos, o de que nos está toreando, y no es fácil que lleguemos a perder la paciencia. Sin embargo, hemos de entender que además de los problemas cognitivos que conlleva la enfermedad (desorientación, pérdida de memoria reciente y remota, apraxias, dificultades en el lenguaje…), la demencia también implica una serie de síntomas psicológicos y conductuales como depresión, cambios en la personalidad, falsos reconocimientos, agitación, irritabilidad, negativismo, conductas inadecuadas, trastornos del sueño…etc ¿Cómo podemos mejorar nuestra manera de comunicarnos con ellos? Una forma sencilla y fácil de poner en práctica es utilizar las técnicas de la terapia de validación afectiva.
¿Qué es la terapia de validación afectiva?
La terapia de validación afectiva es una terapia de comunicación indicada para las fases avanzadas de las demencias. Se trata básicamente de una forma de comunicarnos con el paciente a través de la cual aprobamos su realidad.
Seguramente muchos de vosotros ya la haréis de forma natural con vuestros familiares. Se trata básicamente de mostrar una actitud de respeto y empatía hacia las creencias y vivencias de vuestro familiar, sean cuales sean estas vivencias, sean reales o no.
La terapia de validación se basa en varios preceptos:
- Todas las personas somos únicas y debemos tratarnos como individuos. A nuestros ancianos con demencia también. No importa hasta qué punto estamos desorientados o si nuestra cabeza no funciona como antes: todos somos valiosos y debemos respetarnos.
- Detrás de cada cambio de conducta o arranque de agresividad, hay un motivo subyacente (quizás se agitan porque se sienten asustados debido a que de repente no saben dónde están, o sienten dolor cuando los alzas para llevarlos al baño)
- No podemos obligar a las personas mayores a cambiar su conducta. Solo la cambiarán si ellos quieren. La obligación genera resistencia.
- Tenemos que aceptar a nuestros mayores tal y como son. Sin críticas y desde el amor.
- La empatía aumenta la confianza y reduce la ansiedad.
- Los sentimientos dolorosos disminuyen si los expresamos.
La aplicación de la terapia de validación afectiva tiene varios beneficios en los pacientes con demencia avanzada. Por ejemplo, se ha demostrado que mejora la autoestima y los síntomas depresivos de los enfermos, también mejora las relaciones interpersonales con los cuidadores y algunos estudios han mostrado que disminuye la agresividad y la agitación que a veces se observa en las demencias avanzadas.
Técnicas de la terapia de validación afectiva
La terapia de validación es muy fácil de aplicar, y seguro, que muchos de vosotros ya la aplicáis casi de forma natural. Si es así, sigue por ese camino. Si eres de los que te desesperas un poquito, trata de seguir estas pautas para mejorar el bienestar y la relación con tu familiar.
- No usar palabras amenazadoras.
- Parafrasear lo que dice, es decir, repetir lo esencial del discurso del enfermo.
- Utilizar un tono de voz amable, suave y cariñoso.
- No contradecir al paciente.
- Mantener un contacto ocular próximo y sincero.
- Mantener un contacto físico, si se deja.
- Intentar buscar una relación entre su conducta y la necesidad que pueda tener no satisfecha. ¿Quizás está incómodo o enfadado porque tiene hambre, o quiere ir al baño o se siente solo?
- Usar música para desencadenar recuerdos del pasado y emociones positivas en el enfermo.
Cristina es psicóloga, especialista en neuropsicología, investigación y rehabilitación cognitiva. Sin embargo, es comunicadora de vocación. Apasionada por el lado más curioso y extraordinario de la neurociencia, acerca temas clínicos del sector salud-investigación a un público no especializado a través de publicaciones interesantes, amenas, que puedan inspirar y ser útiles para el lector.