Atención selectiva: ¿Qué es? Descubre cómo funciona
En este articulo explicaremos qué es la atención selectiva, cómo se evalúa con algunas pruebas neuropsicólogicas y en qué influye en nuestro día a día, además de conocer qué áreas cerebrales intervienen en el desarrollo de este proceso cognitivo.
¿Qué es la atención?
La atención es un proceso cognitivo que se compone de un sistema complejo de componentes en continua interacción que permite filtrar la información relevante en función de motivaciones e intenciones, así como manipular representaciones mentales y modular las respuestas a los estímulos.
La finalidad de la atención es mantener el estado de alerta necesario en cada momento, además de detectar los cambios estimulares poco frecuentes, seleccionar información relevante inhibiendo la información irrelevante, mantener esta información durante la ejecución de una actividad, evaluar el estado de alerta en cada momento, incluyendo las necesidades de recursos de cada representación que han de permanecer activadas y distribuir óptimamente los recursos entre las diferentes representaciones y operaciones que están activadas.
Dado que la atención es un proceso complejo, a lo largo del tiempo se han propuesto diversos modelos para explicar los diferentes sub-componentes de la atención. El modelo más aceptado es el Modelo jerárquico de Sohlberg y Mateer, que descompone la atención en: Arousal, Atención focalizada, Atención sostenida, Atención selectiva, Atención Alternante y Atención dividida. En este artículo nos centraremos en la atención selectiva y en la importancia que tiene en la mayoría de nuestras actividades.
¿Qué es la atención selectiva?
Parémonos un momento a pensar. ¿Qué ocurre cuando estamos leyendo un libro y oímos el sonido de una ambulancia? O cuando queremos buscar un pantalón dentro de nuestro armario. En estas dos situaciones, nuestro cerebro requeriría de un mecanismo con el cual poder atender a un estímulo objetivo discriminando los estímulos ambientales que se encuentran alrededor. Este mecanismo es parte de una capacidad cognitiva y es lo denominado atención selectiva.
La atención selectiva se define como la capacidad para seleccionar un estímulo en presencia de distractores. Para ello, nuestro cerebro realiza un proceso de habituación en el cual desatendemos a los estímulos ya conocidos y no les prestamos atención consciente, consiguiendo centrar nuestro foco atencional en una única tarea.
Bases cerebrales que intervienen en la atención selectiva
El Sistema Atencional Posterior (SAP) es el encargado de que nuestro cerebro posea la capacidad de atención selectiva. Está compuesto por zonas de la corteza cingulada anterior, las áreas prefrontales dorsolaterales y el núcleo caudado. Estas áreas se comunican a través del neurotransmisor noradrenalina. Este mecanismo nos ayuda a filtrar y jerarquizar la relevancia de los estímulos, clasificándolos en objetivo meta y estímulos ambientales (relevante y distractores). Todo ello lo podemos realizar gracias a la inhibición de estímulos innecesarios.
¿Nunca te has preguntado por qué cuando quieres algo, como por ejemplo comprarte un modelo de coche determinado, vas por la calle y únicamente ves ese modelo de coche? La respuesta está en como actúa nuestro cerebro ante estas situaciones. El cerebro realiza un esquema ordenado donde prioriza la necesidad que tiene esa persona en ese momento. En este caso sería el modelo del coche. A su vez hace que solo te fijes en estímulos que son acordes con tu esquema y evita incluir la información que no es necesaria, como sería el resto de modelos de coche que hay por la calle. El cerebro atiende de manera selectiva a un estímulo objetivo para nosotros, inhibiendo todos los distractores que aparecen en el ambiente, lo que da la sensación de que todo lo que nos rodea está orientado hacia el estímulo que tenemos en nuestro pensamientos. Todos los procesos inhibitorios de control de respuesta que se realizan de manera automática son a través de un proceso de habituación.
Modelos explicativos de la atención selectiva
Existen varios modelos en psicología que han explicado el funcionamiento de la atención selectiva. Estos modelos son nuestra verdadera herramienta para tratar a cualquier sujeto utilizando la teoría ante posibles dificultades y poder interpretar la información disponible. Todos los modelos que explican el funcionamiento de la atención selectiva se han denominado modelos de filtro. Uno de los más conocidos es el modelo de Broadbent, que piensa que la información recogida a través de los estímulos presentados entra en un buffer sensorial (denominado también almacén a corto plazo). Al tener disponible toda la información, se selecciona un estímulo que recoge las características que estamos buscando y descartamos la información irrelevante, evitando así que el sistema de procesamiento se sature.
Su prueba más conocida para determinar cómo los sujetos eran capaces de centrar la atención de manera selectiva es la tarea de Escucha Dicótica. Broadbent enviaba mensajes simultáneos y diferentes a la oreja derecha e izquierda (dígitos). Se les pedía a los sujetos que repitiesen los mensajes que recibían por ambos oídos. Sus investigaciones le llevaron a afirmar que solo podemos prestar atención a un canal a la vez. Toda información discriminada dependerá de las características del estímulo. Proponía además que el material seleccionado para prestar atención se hacía antes del análisis semántico, es decir, antes de analizar el contenido del mensaje.
Funcionamiento de la atención selectiva
Es importante determinar los mecanismos que realiza nuestro cerebro para controlar la interferencia y así poder desarrollar la atención selectiva.
Los estímulos distractores pueden tener diferentes propiedades y, según estas, será más fácil ignorar o atender a cada estímulo:
- Similitud entre el estímulo relevante y el distractor: facilitaría que el distractor capte nuestra atención.
- Proximidad espacial de ambos estímulos: es relevante cuando están presentados en un foco atencional común, ya que el papel del distractor es mucho más determinante.
- Modalidad sensorial por la que se presentan los estímulos distractores: también es importante, donde la más común es la presentación del estímulo distractor de forma acústica mientras atendemos al estímulo relevante de manera visual.
- Consistencia de las características de los estímulos relevantes y distractores: aquellos estímulos que previamente han sido considerados estímulos objetivos provocan mayor interferencia.
- Naturaleza del distractor: los distractores no específicos pueden aumentar el nivel de concentración de una persona en el estímulo relevante cuando el nivel de activación fisiológica es bajo. En cambio, cuando los distractores son específicos aparecen interferencias debido a la incompatibilidad de los estímulos contextuales.
Evaluación de la atención selectiva a través de pruebas neuropsicológicas
Es común que la atención selectiva se altere en diversos trastornos. Por esto, es esencial llevar a cabo una buena evaluación de la atención y otras áreas cognitivas, con el fin de poder delimitar y tratar el problema. En neuropsicología clínica se utilizan diferentes tareas para evaluar y rehabilitar la atención selectiva. La prueba más conocida es la Tarea de Stroop. Se ha hecho a lo largo de los años más conocida entre la población al incluirla en sistemas electrónicos para la realización de estimulación cognitiva.
La Tarea Stroop consiste en la capacidad del cerebro de inhibir una respuesta automática ante estímulos. En este caso, se presentan nombres de colores, escritos en tintas de color diferente al referido en la palabra. El sujeto tiene que decir el color de la tinta en el que está escrita la palabra. Para realizar esta tarea necesitamos de nuestra atención selectiva para atender al estímulo objetivo aunque se presenten interferencias, en este caso de tipo semántico.
En el caso de que el sujeto tuviese bajo nivel cultural o problemas de daltonismo, existe una prueba sustitutiva que sería el Test de los Cinco Dígitos, el cual utiliza en vez de palabras y colores, utiliza cifras o dígitos.
Otra prueba incluida en multitud de baterías neuropsicológicas, y en pruebas de cribado son las tareas go/no-go. Esta tarea consiste en realizar una orden respondiendo a un determinado estímulo, inhibiendo los distractores. Por ejemplo, golpear la mesa cada vez que se presente la letra A de una lista de palabras. Además de medir una atención selectiva, mide un control de respuesta del sujeto en esta prueba.
También es muy utilizada la prueba del Test de Atención Breve (Brief Test of Attention) donde se leen listas de letras y números con una longitud variable y el sujeto tiene que determinar cuántos números contiene la lista, ignorando las letras. Una vez realizadas las 10 líneas, se cambia la norma y ahora el sujeto tiene que contar cuantas letras contiene la lista, ignorando los números.
Otra tarea de carácter verbal que mide la inhibición de respuestas automáticas es el denominado Test de Hayling. El test se compone de dos partes: en la primera parte el sujeto tiene que completar las frases con palabras que tengan coherencia con la oración; en la segunda parte, el sujeto debe completar la frase con una palabra que no guarde relación. Esta prueba evalúa la capacidad del sujeto para controlar dar la respuesta automática que tendrá coherencia con la oración y sustituirla con otra palabra que no guarde relación de ningún tipo.
Todas estas pruebas mencionadas se pueden adaptar a diferentes niveles de población y además realizar modificaciones para poder innovar en la realización de tareas con grupos que acudan a talleres de memoria de carácter preventivo.
El déficit de atención más conocido es el denominado TDAH, que afecta mayoritariamente a la población infantil. En esta población, los fallos en los sistemas de control, inhibición y atención, hacen que tengan más dificultades a la hora de seleccionar un estímulo objetivo, discriminándolo de estímulos distractores. Esto puede alterar el rendimiento académico y el día a día de las personas que padecen este problema de atención, de ahí la importancia de evaluar el TDAH.
Por otra parte, cuando existe un daño en la zona orbitofrontal de la corteza prefrontal se presenta una personalidad impulsiva y desinhibida, dificultando la realización de tareas que requieran una atención selectiva debido a su impulsividad.
En terapia psicológica, sobre todo en temáticas de autoayuda o depresión, se enseñan estrategias para manejar la atención selectiva, centrándose en el control de pensamientos a través de un autorregistro, reforzando la selección del estímulo adecuado inhibiendo los estímulos dañinos.
Para finalizar, cabe destacar la importancia de la atención selectiva en nuestro día a día, debido a que nos ayuda a mejorar nuestro rendimiento cognitivo y minimiza la fatiga. Además, es útil para mejorar nuestras experiencias y filtrar información útil descartando la información que pueda afectarnos negativamente. ¡Imagina lo que sería conducir o caminar por la calle si no pudiésemos ignorar los estímulos irrelevantes y centrar nuestra atención en lo importante!
Neuropsicóloga clínica y psicóloga sanitaria. Apasionada de mi profesión y de poder aprender cosas nuevas a cada instante. En continua formación.