Alimentos recomendados para niños con TDAH
La alimentación juega un papel importante aunque no hemos de interpretarla como la solución al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, sino que manteniendo una correcta alimentación junto con el tratamiento conductual y farmacológico adecuado podemos mejorar notablemente los síntomas. A continuación, os presentamos una serie de consejos nutricionales para niños con TDAH.
¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)?
TDAH son las siglas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad.
Es fundamental para el diagnóstico de TDAH evaluar que estos síntomas que hemos comentado (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad) se presenten:
1. Desde una edad temprana: antes de los 12 años.
2. Con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
3. Que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar o laboral, familiar y social.
4. No ser causados por otro problema médico, un tóxico, una droga u otro problema psiquiátrico.
Estos síntomas pueden manifestarse con una intensidad variable en cada paciente y pueden presentarse de forma independiente. Por lo tanto, el perfil sintomatológico de los afectados variará en intensidad y en presentación (en función de los síntomas predominantes)
No todo lo que parece TDAH lo es.
Es frecuente encontrar estas características de falta de atención, hiperactividad o impulsividad en conductas propias de la infancia, puesto que es natural que los niños estén muy activos, presten poca atención, escuchen poco… Pero es importante diferenciar entre un comportamiento normal y uno que no lo es.
Pese a que pueda existir sospecha en niños de menos de 6 años el diagnóstico de TDAH requiere haber superado esta edad. Además, es frecuente que el TDAH se reconozca en los niños cuando comienza la educación primaria, coincidiendo con dificultades en el rendimiento escolar y la presentación de disfunciones sociales.
Es importante acudir a un profesional de la salud especializado en TDAH para que pueda realizar un diagnóstico clínico apropiado y evitar así un diagnóstico erróneo.
Causas del TDAH
Las causas del TDAH son:
1. Factores genéticos: Se considera que un 76% de las causas del TDAH son atribuibles a factores genéticos.
2. Factores ambientales: En ellos se engloban, nacimiento prematuro; encefalopatía hipóxico-isquémica; bajo peso al nacer; consumo de tabaco y alcohol durante el embarazo; traumatismos craneoencefálicos en la primera infancia; infecciones del sistema nervioso central entre otros.
3. Factores psicosociales: por sí solos no se consideran factores determinantes, pero sí desempeñan un papel fundamental en el trastorno y supondrán una buena oportunidad para la intervención (en este se englobaría el estrés, los trastornos psicopatológicos de los padres, interacciones padre- hijo).
Diagnóstico del TDAH
El Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad afecta entre un 2 y un 12% de los niños y adolescentes. Es más frecuente en hombres que en mujeres.
Se clasifica el trastorno en 3 tipos:
Trastorno por Déficit de Atención.
Trastorno por Hiperactividad – Impulsividad.
Combinado: Trastorno por déficit de Atención + Hiperactividad e Impulsividad.
En el TDAH existe un déficit de noradrenalina (hormona del estrés y neurotransmisor) en el cerebro que provoca hiperactividad e impulsividad y un déficit de dopamina (neurotransmisor del sistema nervioso central) que genera un procesamiento de datos defectuoso y problemas con la regulación de las emociones.
TDAH y alimentación ¿Qué relación tienen?
La evidencia científica muestra que no existe una relación estrictamente directa entre el TDAH y la alimentación. La alimentación es capital en los pacientes con esta enfermedad, ya que suelen ser desorganizados, despistados e inatentos, lo que hace que su dinámica de alimentación diaria esté muy alterada: Olvidan de hacer la comida o se dan atracones; en general, puede decirse que no es una dieta regular ni todo lo sana que debería de ser.
En la población infantil, se señala que es habitual que los padres refieran que sus hijos tienen problemas alimentarios, ya que son muy selectivos con la alimentación, y que hasta la edad adulta no empiezan a adquirir los hábitos alimenticios. La suma de paciente infantil con trastorno alimentario y TDAH complica el manejo. Son niños que tienen habitualmente alteraciones del sueño, con lo que el descanso nocturno no es correcto y, por lo tanto, levantarse por las mañanas sea muy costoso. Eso provoca que los tiempos que dedican a desayunar se ven alterados y se pasa por alto lo que consideramos la base de una buena dieta.
Otro aspecto relevante es que un porcentaje importante de estos niños, además de TDAH, presentan trastorno negativista desafiante: son muy oposicionistas, con una tendencia natural a llevar la contraria, por lo que el hecho de pautar un hábito alimentario específico puede ser más costoso. Incluso requiere, desde el punto de vista de la salud mental, hacer un buen entrenamiento a los padres para que esas pautas no sean objeto de conflicto y no generen mayor dificultad en el día a día.
Los pacientes pediátricos con TDAH suelen tener problemas en la alimentación, y no adquieren los hábitos nutricionales hasta que son adultos.
Hasta fechas muy recientes la evidencia científica señalaba que una dieta libre de aditivos o de colorantes podía ser útil en el control de síntomas de TDAH. Sin embargo, un artículo publicado muy recientemente, basado en una dieta muy restrictiva frente a una dieta no restrictiva en niños con TDAH, logró una reducción de casi el 64 por ciento de los síntomas de la enfermedad en el brazo de dieta restrictiva.
Otro aspecto controvertido de ese trabajo es cómo mantener una dieta restrictiva en el tiempo. Durante cinco semanas puede ser viable, pero limitarte a comer una serie de productos toda una vida es muy difícil. Y no sabemos si además pudiera acarrear déficits nutricionales. Una dificultad añadida es cómo realizar este tipo de ensayos, porque un aditivo es fácil de enmascarar, pero limitar alimentos de la dieta complica el proceso. Además, cada estudio con seguimiento estricto y visitas semanales a los niños implica un efecto placebo.
Consejos nutricionales: Alimentos recomendados para el TDAH
Para cualquier niño seguir una dieta equilibrada es sinónimo de buen crecimiento y rendimiento, tanto académico como deportivo. Si además el niño tiene TDAH, hay que prestar especial atención a su alimentación, ya que suelen olvidar que han de comer e hidratarse correctamente y suelen darse atracones de azúcares. Es importante establecer un horario de comidas y pautar un menú variado y equilibrado. Por otra parte, hay que tener en cuenta la disminución del apetito que puede conllevar el tratamiento farmacológico para el TDAH, por lo que hay que hacer hincapié en el desayuno y cena.
Los bajones de azúcar en sangre acentúan la hiperactividad, la falta de atención y la impulsividad. Para evitarlo es necesario:
- Hacer 5 comidas al día repartiendo bien el aporte de hidratos de carbono.
- Rehuir el consumo de azúcares simples en forma de golosinas y refrescos.
- Potenciar el consumo de alimentos integrales y legumbres.
- Hay algunos aminoácidos (moléculas que forman parte de las proteínas) tienen especial relevancia y son importantes a tener en cuenta:
- Fenilalanina y tirosina: son precursores de la adrenalina, la noradrenalina y la dopamina, sustancias que normalmente se encuentran disminuidas en el TDAH. Los alimentos más ricos en estos aminoácidos son: la carne, el pescado, los huevos y los lácteos.
- Triptófano: es un precursor de serotonina que ayuda a mantenerse distendido y conciliar el sueño. Alimentos ricos en triptófano: huevos, lácteos (vaso de leche caliente), pescados, carnes, legumbres (soja), frutos secos y frutas (plátano, piña y aguacate).
- Metionina: es importante para la síntesis de colina. La colina evita la pérdida memoria, potencia el rendimiento intelectual y aumenta la concentración. Se encuentra en los huevos, la carne, los lácteos, el pescado, las semillas (sésamo), los frutos secos (nueces) y las verduras de hoja verde (nabos y espinacas).
Las necesidades de proteína se encuentran aumentadas (1,2g de prot/kg de peso en niños y 1 g de prot/kg de peso en adolescentes). Para llegar a este aporte recomiendo:
- Repartir los alimentos proteicos en diferentes comidas.
- En las cenas dar pescado u huevos, contienen proteínas de alta calidad y son alimentos de fácil digestión.
A menudo puede haber carencias de ácidos grasos esenciales que provoquen piel seca, eczemas y asma. Esto es debido a una mala absorción de las grasas o a una mala utilización de éstas por el organismo. Por lo tanto, hay que aumentar el consumo de grasas saludables de la dieta. Consejos para su consumo:
- Aportar nutrientes esenciales para un buen metabolismo de las grasas: cinc, magnesio, vitamina C y vitaminas del grupo B (B2, B3, B6 y B8).
- Aumentar el consumo de fosfolípidos, un tipo de grasa que da fluidez a las membranas celulares que ayudará a una mejor transmisión nerviosa. Dar yema de huevo, fruta seca, legumbres y germen de cereales (cereales integrales).
- Potenciar vitaminas antioxidantes (A, E, C) para proteger los ácidos grasos poliinsaturados de la oxidación.
Existe una tendencia a tener ferropenia, es decir, el hierro bajo en sangre. Para combatirlo se deben potenciar los alimentos ricos en hierro y vitamina C.
Todo el grupo de vitaminas B son muy importantes, especialmente la B1 o tiamina, que es precursora de neurotransmisores, y la B6 o piridoxina, que acostumbra a estar deficitaria y mejora la conducta.
- Alimentos ricos en vitamina B1: soja fresca, germen de trigo, carnes, pescados, frutos secos, legumbres o cereales integrales, especialmente en la avena.
- Alimentos ricos en vitamina B6: germen de trigo, sesos y vísceras, pescado azul, quesos curados, frutos secos, cereales integrales, legumbres y levadura de cerveza.
El calcio es un mineral involucrado en la producción y transmisión de impulsos nerviosos. En el TDAH puede haber una deficiencia en la transmisión nerviosa del sistema nervioso central. Para mejorarlo hay que potenciar los alimentos ricos en calcio y en nutrientes que ayuden a su asimilación (como la vitamina D, la lactosa y la vitamina C).
Hay algunos colorantes que pueden aumentar la sintomatología del TDAH. Estos colorantes que se deben evitar son: salicilatos, benzoatos, tartracina (E-102), Amarillo de quinoleína (E-104), Amarillo ocaso FCF, amarillo anaranjado (S E-110), Azorrubina, carmoisina (E-122), Rojo allura (E-129).
Para terminar quiero recordar que el mejor abordaje para este tipo de trastornos es un tratamiento multidisciplinar: médico, psicológico y nutricional.
Los niños con Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad pueden tener intolerancias alimentarias personales. Los nutricionista pueden ayudarte a mejorar la sintomatología con una buena alimentación.
Psicóloga General Sanitaria. Exploradora e investigadora en educación. Especialista en la búsqueda de las necesidades y características de cada niño.
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