Autismo en adultos: ¿Cómo identificarlo?

¿Alguna vez te has sentido incómodo manteniendo el contacto visual durante más de un segundo? ¿Te cuesta conservar el empleo? ¿Sientes que mereces una recompensa después de socializar durante diez minutos? ¿Siempre te has sentido como un bicho raro?  ¿No puedes parar de hablar sobre tu nueva serie favorita? ¿Tu espacio personal es mayor a 3km de diámetro? . Pues bien, el autismo en adultos se puede sobrellevar

Algunas claves para identificar el autismo en adultos

En este artículo aprenderás qué es el autismo, cómo detectarlo en una persona adulta y cómo realizar una intervención psicológica adecuada con el apoyo de los familiares. Además, también descubrirás por qué a las mujeres autistas no se las suele diagnosticar este trastorno, o se tarda más tiempo en diagnosticar correctamente que a los hombres. Si quieres saber más, sigue leyendo.

¿Qué es el autismo?: TEA y Síndrome de Asperger.

Los trastornos del espectro autista (TEA) son un conjunto de trastornos del desarrollo entre los que se encuentran el trastorno del autismo y el Síndrome de Asperger. Se dice que están dentro de un espectro porque los síntomas entre una persona y otra pueden ser muy distintos, es decir, que dos personas con autismo pueden tener unos síntomas muy diferentes y no comportarse de la misma forma.

Decimos que una persona tiene autismo cuando:

  • Tiene dificultades para interactuar y comunicarse socialmente en contextos diferentes.
  •  Presenta comportamientos repetitivos.
  • Le molestan los cambios en su rutina diaria.
  •  Tiene intereses muy limitados (se interesa profundamente por una o varias áreas concretas y se obsesiona con esa temática, no le interesa ninguna otra).

Pero, ¿Cuál es la causa del trastorno del espectro autista?

Según las investigaciones científicas más recientes, aunque no se conoce la causa exacta de estos trastornos, se cree que se debe a una interacción entre los genes y el ambiente. Es decir, que si alguien está predispuesto a tener autismo debido a mutaciones genéticas, algunos factores ambientales como factores demográficos o complicaciones durante el embarazo o el parto harían que aumente el riesgo de tener un trastorno del espectro autista.  Además también se sabe que el autismo es más frecuente en personas con algunas enfermedades genéticas como el síndrome del cromosoma X frágil o la esclerosis tuberosa.

Sin embargo, lo más probable es que no haya una única causa para el autismo. Dado que el autismo es un trastorno muy variado y no hay dos personas con autismo que se comporten exactamente de la misma forma, lo lógico es pensar que también existen muchas causas diferentes para que una persona tenga este trastorno.

¿Hay diferencias entre el autismo y el Síndrome de Asperger?

Ambos se encuentran dentro del trastorno del espectro autista, y las características de ambos trastornos son muy parecidas, pero en el autismo las alteraciones en el desarrollo hacen que sea más difícil para la persona poder cumplir con las demandas que le impone la sociedad, mientras que el Síndrome de Asperger sería un autismo “de buen funcionamiento”, porque ciertas características de este trastorno encajan con las demandas de la sociedad (Por ejemplo, destacar en el área científica está bien visto socialmente), por lo que les es más fácil vivir de forma autónoma y hacer lo que se entiende por ‘vida normal’.

En algunos países como Estados Unidos, el autismo y el síndrome de asperger no se diferencian ya que se considera que los síntomas del trastorno autista varían mucho de una persona a otra y que por tanto no existe una división real de estos dos trastornos.

Otra de las diferencias es que, las personas con autismo suelen tener en algún nivel deterioro intelectual, mientras que las personas con Síndrome de Asperger a menudo destacan por su alta inteligencia, incluso son brillantes en algunas áreas de conocimiento.

Además, dado que el autismo interfiere más con la vida de la persona y las alternaciones en el desarrollo son más evidentes, se suele diagnosticar antes de los tres años. En cambio, el Síndrome de Asperger se diagnostica a veces en la adolescencia o incluso en la edad adulta.

Es realmente complicado identificar el Síndrome de Asperger o autismo con buen funcionamiento antes de la edad adulta. Se suele diagnosticar mal, confundiendo el trastorno del espectro autista con otros trastornos como trastornos de la personalidad, trastornos de ansiedad social o depresión.

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Cómo detectar el autismo en adultos: algunas señales

Es importante que las personas con autismo puedan ser diagnosticadas para que entiendan por qué tienen dificultades en su vida diaria y aprendan a manejarlas. Pero muchas personas llegan a la edad adulta con diagnósticos erróneos o simplemente sin ningún diagnóstico.

Aunque dentro del espectro autista, las personas con autismo pueden comportarse de formas muy distintas, algunas señales que pueden servir para saber si una persona puede tener un trastorno autista son las siguientes:

  • Dificultad en la comunicación social: problemas para entender las emociones propias y las de los demás, y para expresarlas.
  • Dificultad para conseguir o mantener un empleo o en los estudios: Debido a que las personas con autismo tienen comportamientos repetitivos y rígidos, y les cuesta adaptarse a los cambios.
  • Dificultad para trabajar en equipo: ya que les cuesta entender la mente y la conducta de las otras personas, y la suya propia.
  • Dificultad para las relaciones sociales: dificultad para hacer amigos, problemas para iniciar o mantener relaciones sociales, o para tener relaciones de amistad profundas. Problemas en las relaciones de pareja.
  • Autoestima muy variable y confusa, que puede caracterizarse por sentimientos de superioridad o por sentimientos de inferioridad debido a que no conocen bien sus propias capacidades.

En ocasiones donde la persona sigue un patrón similar a las características detalladas arriba, se recomienda realizar el Autism Spectrum Quotient, 10 items (AQ-10).

Es recomendable que sea un especialista quien evalúe la posibilidad de tener un trastorno autista o no. Este test es sólo orientativo.

Marque una sola opción
por cada pregunta
 Concuerda totalmente Concuerda algo Desacuerdo leve Desacuerdo categórico
Frecuentemente percibo pequeños sonidos que otros no detectan 1        
Me concentro más en toda la figura que en pequeños detalles 2        
Me resulta fácil realizar más de una tarea simultáneamente 3        
Si se produce una interrupción, puedo retomar rápidamente la tarea 4        
Me resulta fácil “leer entre líneas” cuando alguien me habla 5        
Me doy cuenta cuando mi conversación resulta aburrida 6        
Cuando leo me resulta difícil darme cuenta de las intenciones de los personajes 7        
Me gusta clasificar cosas (tipos de coches, de animales, etc.) 8        
Me resulta fácil saber lo que piensa o siente otro con solo mirarlo 9        
Me resulta difícil darme cuenta de las intenciones de los otros 10        

Puntuación: cada pregunta vale 1 punto. Cuente 1 punto por Concuerda totalmente o concuerda algo en las preguntas 1, 7, 8 y 10. Cuente 1 punto por Levemente en desacuerdo o categóricamente en desacuerdo en las preguntas 2, 3, 4, 5, 6 y 9. Si el paciente reúne > 6 puntos se derivará al especialista para su evaluación diagnóstica.

Intervención psicológica en el autismo

Aunque el autismo y sus manifestaciones van cambiando según la persona y también en la misma persona según la etapa de desarrollo en la que se encuentre, es un trastorno que acompaña a la persona durante toda su vida. No obstante, puede tratarse con intervención psicológica para que los síntomas  y los problemas que experimenta la persona mejoren y se le pueden enseñar técnicas para que se adapte a las demandas de la sociedad y no interfieran con su vida diaria.

Existen diferentes tratamientos psicológicos, pero aunque sea desde diferentes enfoques, se centran en:

  • Estrategias para mejorar las habilidades de comunicación. Enseñar habilidades sociales puede ser muy útil.
  • Estrategias para mejorar las relaciones interpersonales. Es decir, enseñarle a la persona como comportarse según en qué situaciones, qué es apropiado decir o hacer, etc. En muchos casos, la persona con autismo puede mejorar su capacidad de comunicación ayudándole a comprender mejor nuestras demandas o instrucciones.
  • Enseñarle a expresar sus emociones o a hablar sobre sus sentimientos.
  • Ayudarle a conseguir o mantener un empleo: ofrecerle talleres ocupacionales que le ayuden en su inserción laboral, ayuda para escribir su curriculum vitae, asesoramiento para las entrevistas de empleo, apoyo y entrenamiento para desempeñar su trabajo.

Para las personas con autismo es muy difícil mantener un empleo ya que suelen tener acceso a empleos que exigen menos habilidades que las que la persona tiene. Cuando encuentran un trabajo, les es difícil mantenerlo porque el esquema laboral no tiene en cuenta las dificultades sociales, comunicativas y emocionales de las personas con autismo.

  • Si es necesario, enseñarle las habilidades necesarias para que pueda llevar una vida independiente: habilidades domésticas, manejo del dinero, etc.

Debido a que las personas con trastorno autista tienen que enfrentarse sin ninguna ayuda ni apoyo a un mundo diseñado para exigir ciertas habilidades sociales y comunicativas entre otras demandas, suelen experimentar depresión, ansiedad y trastornos afectivos. Es importante tratar también estos trastornos en caso de que la persona los sufra.

Familiares: Cómo ayudarles a entender el diagnóstico del autismo en adultos o niños

A menudo los familiares y amigos de la persona autista no entienden bien qué significa tener un trastorno del espectro autista. Dependiendo de qué tipo de autismo tenga la persona y a qué nivel interfiera con las actividades de su vida diaria, esto también afectara de una forma o de otra a la familia.

La reacción de la familia ante el diagnóstico y cómo afecta este diagnóstico a sus vidas también dependerá de si la persona que ha sido diagnosticada es un niño o un adulto. A menudo la tensión dentro de la familia ocurre porque los padres tienen miedo de que el niño no pueda encontrar su lugar en la sociedad. En el caso de una persona que ha sido diagnosticada siendo adulta, muchas veces los padres se niegan a aceptar ese diagnóstico o creen que es erróneo, sobre todo con los autistas de alto funcionamiento.

Ser familiar de una persona autista implica tener que ser paciente y comprensivo para poder enseñarle a la persona cosas que para la familia se perciben como sencillas y cotidianas, pero que para una persona autista son difíciles de entender (Por ejemplo: expresar una emoción).

Lo más importante es darle a la familia toda la información posible acerca del trastorno del autismo, explicarle exactamente qué significa ese diagnóstico y cómo va a afectar a sus vidas. Es importante darles pautas y consejos para que sepan cómo comportarse para facilitar la convivencia y una relación positiva con su familiar. Por ejemplo: cómo presentar instrucciones de un determinado modo para que la persona autista las entienda.

No hay que olvidar que aunque depende mucho del tipo de autismo que tenga la persona, en algunos casos, las familias que están a cargo de personas con autismo asumen el rol de cuidadoras y que necesitan apoyo personal, social y emocional.

Mujeres con trastorno del espectro autista.

Autismo en mujeres
Autismo en mujeres

Las mujeres autistas son esas grandes olvidadas dentro de las investigaciones psicológicas relativas al TEA. Muchas veces se las percibe como insensibles o frías, indiferentes o demasiado autoritarias (en el ámbito laboral). Otras veces, se las percibe como tímidas y sumisas, lo cual encaja con el rol que les asigna la sociedad, por lo que ni si quiera se plantea que tengan un trastorno.

En general, existen muchas más personas con trastorno autista de las que están diagnosticadas, porque se les diagnostica mal o simplemente no se les diagnostica. En el caso de las mujeres esta situación es todavía más grave: existe un gran número de mujeres autistas con diagnósticos incorrectos o  que se retrasan aún más que en el caso de los hombres.

El aumento de diagnósticos del trastorno autista en el caso de las niñas y mujeres es mucho mayor que en el caso de los hombres, y aun cuando sus síntomas son muy evidentes lo más probable es que no se las diagnostique correctamente. Así, los trastornos del espectro autista en el caso de las mujeres aparecen cuatro veces más que en el caso de los hombres, sin contar con el aumento de casos diagnosticados en niñas y mujeres en los últimos años.

Pero, ¿por qué en el caso de las mujeres no se las diagnostica correctamente con mayor frecuencia?

En primer lugar, si tenemos en cuenta que Hans Asperger fue el que elaboró los criterios diagnósticos y que para ello se basó en su investigación, en la cual todos los sujetos eran hombres pero ninguna mujer, podremos entender que los instrumentos de detección y diagnóstico de los TEA pueden estar validados para identificar síntomas en el caso de los hombres, pero pueden no ser sensibles a la sintomatología en el caso de las mujeres.

Por otro lado, también puede que no se logre diagnosticar a una mujer con un TEA debido a que las dificultades que puede experimentar quedan enmascaradas socialmente, ya que en el caso de niñas y mujeres, por lo general, se adaptan mejor a las situaciones sociales y tienen más interés que los hombres en entablar amistades. Además, en el caso de las mujeres también camuflan mejor sus síntomas y por eso son menos evidentes en su círculo social.

Si pensamos en cómo se educa a niños y niñas hoy en día en la sociedad, podemos darnos cuenta de que los mandatos sociales que se imponen son diferentes en función del género. Por ejemplo: las niñas sufren mucha presión social sobre su aspecto físico, sobre cuál debe ser su carácter (sumisa, complaciente, sociable, alegre) y sobre que le interesen determinados temas (amor heterosexual como proyecto de vida principal, por ejemplo) empezando ya en la preadolescencia.

En el caso de los niños las demandas son diferentes, no se centran tanto en su aspecto físico y se intenta que se interesen por otros temas diferentes (ciencias puras, informática, coches… en su caso el tema del amor heterosexual no es tan importante, y adquiere cierta relevancia pero ya en la adolescencia). Por lo tanto, en temas de habilidades sociales y de comunicación, entre otros, a la niña la sociedad le exige más, así que es lógico que vaya aprendiendo lo que la sociedad espera de ella: que sonría cuando se supone que debe hacerlo, que sea sumisa, etc. Por eso los síntomas se “camuflan” y parece que las mujeres están adaptadas socialmente.

 Además, las mujeres también pasan más desapercibidas porque se asume que sus síntomas son de “timidez”, y como esto se asocia con la sumisión se percibe mejor por la sociedad en el caso de una mujer que en el caso de un hombre. Lo mismo ocurre cuando la mujer con trastorno autista presenta problemas de baja autoestima y esto no se identifica como un síntoma del trastorno autista, sino que se piensa que “a todas las mujeres les pasa”.

Además de todo esto, por si fuera poco, la mujer con un trastorno autista suele ser más víctima de acoso escolar o laboral que los hombres. Esto es así porque una mujer autoritaria en el ámbito laboral se percibe como algo muy negativo, en cambio en el caso de los hombres que sean autoritarios se percibe como algo muy positivo.

Cualidades de las personas adultas

  • Son personas que dicen lo que piensan en todo momento, son muy sinceras.
  • Para adaptarse al mundo social, son capaces de pensar en estrategias alternativas para solucionar sus problemas.
  • Si tienen una meta clara insisten hasta que la consiguen.
  • Pueden manejar grandes cantidades de información, sobre todo de sus intereses.
  • Cuando su trabajo está relacionado con sus intereses suelen tener éxito profesional.
  • Por lo general son perfeccionistas.
  • Aunque les cueste expresar sus emociones y entender las de los otros, son personas con un nivel más alto de empatía de lo normal.

Es importante tener claro que, aunque las personas con autismo tienen problemas en diferentes áreas de su vida, esto no ocurre como causa de su falta de capacidad para llevar una actividad a cabo, sino a causa de que las demandas sociales de la comunidad no se ajustan a sus capacidades.

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