Trastorno Bipolar Tipo I: En qué consiste, cómo tratarlo y cómo convivir con él

El trastorno bipolar tipo I es una dolencia mental que se caracteriza por cambios marcados o extremos en el estado de ánimo. Las personas que sufren este trastorno tienen períodos de sentirse triste o deprimido alternados con períodos de sentirse muy feliz y activo o malhumorado e irritable.

¿Qué es el trastorno bipolar tipo I?

¿Qué es el Trastorno bipolar Tipo I?

El Trastorno Bipolar, así como los trastornos bipolar tipo I y trastorno bipolar tipo II y trastorno ciclotímico, son trastornos enmarcados dentro de los trastornos del estado de ánimo, y con frecuencia confundidos con trastornos depresivos, pero a pesar de compartir parcialmente síntomas, son trastornos con causas y cursos diferentes. El trastorno bipolar, es conocido por la población como un trastorno donde la persona tiene momentos donde está muy deprimido y momentos donde está excesivamente contento. Ciertamente es así, siendo un trastorno crónico donde se alternan dichas fases, aquí conocidas como manía (cuando se produce una elevación del ánimo, la persona está eufórica) y depresión (cuando el estado de ánimo está deprimido y la persona pierde el interés por las cosas que le rodean).

Me gusta definir el trastorno bipolar como un vaivén anímico hacia arriba y hacia abajo, una fluctuación entre alegría extrema y depresión insondable salpicado de fases intermedias, que se repiten una y otra vez. Para mí, el trastorno bipolar se ha convertido en una forma de vida, una toma de conciencia plena de la enfermedad que me hace estar alerta cada día: la toma de la medicación, ir cada semana al grupo de psicoterapia, evitar situaciones estresantes, llevar una vida lo más ordenada posible e intentar rodearme del afecto de las personas que me rodean para que sus ojos me adviertan de lo que no veo cuando pierdo la lucidez’.

(Beatriz Sancho, 2009).

¿Cómo diagnosticar el Trastorno Bipolar Tipo I? Características diagnósticas del DSM-5

El Trastorno Bipolar tipo I, como hemos comenteado, se caracteriza por la existencia de uno o más episodios maníacos, y puede presentarse antes o después de dicho episodio otros de depresión mayor o hipomaníacos.

Pero, ¿qué es un episodio maníaco, hipomaníaco y de depresión mayor? Según el DSM-5 (manual diagnóstico y estadísticos de los trastornos mentales) esta sería su definición:

Episodio maníaco: 

Se caracteriza por presentar un período bien definido de estado de ánimo anormalmente elevado, expansivo e irritable, y un aumento anormal de la energía o de la elevación del ánimo o de la actividad, dura como mínimo una semana y está presente la mayor parte del día, casi todos los días. En este período existen tres o más síntomas de los siguientes: aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza, disminución de la necesidad de dormir, más hablador o presión por mantener una conversación, fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad, facilidad para distraerse, aumento de la actividad dirigida a un objeto o agitación psicomotora (la actividad no se dirige a ningún objetivo), participación excesiva en actividad que pueden tener consecuencias dolorosas.

Esta alteración del ánimo afecta a la vida laboral y social, pudiendo requerir hospitalización para controlarlo. El episodio maníaco no puede atribuirse al consumo de sustancias, medicamentos u otra afección médica. Para poder diagnosticar el Trastorno Bipolar tipo 1, debe existir por lo menos un episodio de este tipo.

Episodio maníaco Trastorno Bipolar tipo I
Closeup portrait of ecstatic cheerful young woman standing, holding mug, opening mouth and pumping fist. Isolated view on white background.

Episodio hipomaníaco: 

Se caracteriza por un período de tiempo donde el estado de ánimo es muy elevado (se presenta como una anomalía), al igual que energía , dura como mínimo cuatro días seguidos y está presente la mayor parte del día. Para que pueda considerarse un episodio hipomániaco, deben aparecer tres o más de los siguientes síntomas: aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza, disminución de la necesidad de dormir, más hablador o presión por mantener una conversación, fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad, facilidad para distraerse, aumento de la actividad dirigida a un objeto o agitación psicomotora (la actividad no se dirige a ningún objetivo), participación excesiva en actividad que pueden tener consecuencias

El episodio hipomaníaco se asocia a un cambio del funcionamiento de la persona que no es característico del individuo, además, dicho cambio es observable por otras personas. No es una alteración lo suficientemente grave como para provocar alteración en el funcionamiento social o laboral o necesitar hospitalización. Tampoco puede ser atribuido al consumo de sustancias.

El presentar un episodio hipomaníaco es normal en el Trastorno bipolar tipo I, pero no es necesario que se presente para diagnosticar la existencia de dicho trastorno.

Episodio de depresión mayor:

Cinco o más de los siguientes síntomas están presentes durante dos semanas, siendo al menos uno de estos síntomas un estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o de placer: estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, disminución del interés o placer por todas o casi todas las actividades todos los días, pérdida de peso sin hacer dieta o aumento del mismo, problemas con el sueño, agitación o enlentecimiento físico, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o culpa, disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, pensamientos de muerte recurrente. Dichos síntomas causan malestar y deterioro en los ámbitos familiar, social y profesional.

Cinco o más de los siguientes síntomas están presentes durante dos semanas, siendo al menos uno de estos síntomas un estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o de placer: estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, disminución del interés o placer por todas o casi todas las actividades todos los días, pérdida de peso sin hacer dieta o aumento del mismo, problemas con el sueño, agitación o enlentecimiento físico, fatiga o pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o culpa, disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, pensamientos de muerte recurrente. Dichos síntomas causan malestar y deterioro en los ámbitos familiar, social y profeisonal.

Los episodios de depresión mayor son frecuentes en el trastorno bipolar tipo I, pero no son necesarios para diagnosticar el mismo.

Es decir, para poder diagnosticar el trastorno bipolar tipo I, deben cumplirse los criterios de al menos un episodio maníaco.

Diferencias entre Trastorno Bipolar Tipo I, Tipo II y el Trastorno Ciclotímico

Trastorno bipolar
Tipo I
Trastorno bipolar
Tipo II
Trastorno ciclotímico
Al menos un Episodiomaníaco (mínimo 1 semana)Nunca un Episodio maníaco

Síntomas hipomaníaco

(durante 2 años al menos)
 Al menos un Episodio

 hipomaníaco(mínimo 4 días)

Síntomas depresivos (durante 2 años al menos)
  Los síntomas depresivos e hipomaníacos son insuficientes para catalogarlos como episodios completos

Pronóstico y prevalencia del Trastorno Bipolar Tipo I

Durante los episodios maníacos, la persona no percibe que tenga un problema, de modo que se oponen de manera firme a recibir un tratamiento. Además, se produce un cambio en su forma de vestir y peinarse, más llamativa. También se les puede agudizar el olfato, la vista o el oído o tener conductas agresivas contra otras personas y contra sí mismos, llegando al suicidio.

El pronóstico y la prevalencia de dicho trastorno, extraídos del DSM-V, son de durante doce meses en la zona continental de Estados Unidos, siendo la edad media de aparición los 18 años (aproximadamente). Realmente, el trastorno puede aparecer a lo largo de todo el ciclo vital, incluso en niños, pero el diagnostico para estos es más difícil porque cada niño presenta rasgos y características propios, así como un avance madurativo diferente respecto a otros niños, de modo que el diagnostico debe estar sujeto a las características individuales de cada uno.

Hay factores, conocidos como factores de riesgo, igualmente sacados del DSM-V, que pueden propiciar la aparición del trastorno bipolar tipo I, estos son: vivir en un país rico, estar divorciados, separados y viudos. Esto no significa que por el hecho de ser parte de estos grupos se va a padecer el trastorno, sino que parece haber una asociación entre las personas que viven con el trastorno y estas características, aunque debe seguir estudiándose. Otro factor de riesgo es la genética, pues existe un riesgo diez veces superior de tener el trastorno bipolar tipo 1 si hay familiares con el mismo.

Las consecuencias de padecer un trastorno bipolar tipo I son la afectación al ámbito laboral y las alteraciones cognitivas que pueden provocar dificultades vocacionales e interpersonales, persistentes a lo largo de toda la vida.

Comorbilidad del Trastorno Bipolar Tipo I

El trastorno bipolar tipo I presenta comorbilidad con otros trastornos, es decir, puede presentarse este trastorno y otro más a la vez en la misma persona. Pueden ocurrir los dos a la vez, o primero padecer uno y luego otro. Incluso, es posible que ambos trastornos pueden interactuar entre sí empeorando la situación (NIH, 2017). Los trastornos con los que comúnmente presenta comorbilidad son el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) (Atienza, 2006), los de ansiedad, conducta disruptiva o impulsiva o cualquier trastorno conductual.

Consejos para tratar con personas que sufren Trastorno Bipolar Tipo I

Ambiente tranquilo

Para tratar a una persona con el trastorno aquí descrito, es importante conocer los síntomas que presenta (ya nombrados con anterioridad), así como considerar que son personas muy sensibles ante los cambios, de modo que tratarlos con serenidad y transmitirles tranquilidad es esencial.

Establecer rutinas

Así mismo, las rutinas son importantes, para fomentar el hecho de que no haya situaciones que se escapen de su control y puedan alterar el ánimo, como por ejemplo, establecer horarios para las comidas, tareas del hogar y sobre todo hacer ejercicio, pues es una forma de liberar ansiedad y tensiones acumuladas, de modo que puede ayudar a activar el sistema en fases depresivas y a eliminar exceso de energía en fases maníacas. Dependiendo de la fase en la que se encuentre el paciente, será importante neutralizar o contrarrestarla, es decir, si está en una fase maníaca, donde grita y está agresivo, mostrarse calmado será muy útil; del mismo modo, cuando esté en una fase depresiva, animarle y hacer actividades será bueno para fomentar el equilibrio en el estado de ánimo. El control del dinero, a pesar de que puede ser difícil, es necesario, pues en fases maníacas los pacientes tienden a gastar de manera eufórica todo lo que tienen en cosas que no necesitan y sobre las que no tienen conocimiento.

Tomar en serio sus pensamientos pero sin fomentarlos

En los episodios maníacos, son frecuentes comentarios asociados a una elevada autoestima como, por ejemplo: los demás me tienen envidia porque tengo una voz preciosa. En estos casos, lo conveniente podría ser decir ‘quizá esa sea tu percepción, habrá personas a quienes les guste tu voz y personas a las que no, de modo que esa afirmación no es correcta’. Hay que tomarlos en serio, pero no fomentar sus delirios de grandeza. Por el contrario, están los comentarios asociados a la depresión, como decir: no valgo para nada. En este caso, no hay que insistir en que sonría, decir que se alegre, atribuirse la culpa o repetir lo que siempre se hace, es interesante cambiar la perspectiva o el enfoque del tema, quizá invitando a la persona a dar un paseo, darse una ducha o participar en tareas simples como poner la mesa àayudar a romper el círculo en el que se ven inmersas.

Se recomienda acudir a profesionales de la psicología, que den pautas y ajustarse a las mismas, no decidir emprender un tratamiento de forma aislada. Así mismo, se recomienda a las personas que conviven con pacientes con trastorno bipolar tipo I que descansen y desconecten, pues es frecuente el desgaste emocional, esto es, que tengan ‘programas de respiro’.

Tratamiento del Trastorno Bipolar Tipo I

El tratamiento para el trastorno bipolar tipo I, puede ser psicológico o farmacológico o ambos combinados.

Tratamiento Psicológico

El tratamiento psicológico busca disminuir la frecuencia y severidad de los episodios, así como mejorar el funcionamiento a nivel psicosocial. También pretende que el paciente tenga una buena adherencia a los fármacos, pues son muchos los que deciden no tomarlos adecuadamente, reduciendo las dosis a conveniencia. La terapia cognitivo-conductual o interpersonal, así como la terapia familiar o marital son muy importante.

Tratamiento farmacológico

A nivel farmacológico, se emplean estabilizadores del ánimo (pues ya se ha mencionado que la característica principal del trastorno bipolar tipo I es la alternancia entre ánimo elevado y deprimido), dichos estabilizadores son el litio, valproato y carbamazepina, que se combinan en ocasiones con neurolépticos (clorpromazina), benzodiacepinas, etc. En el siguiente link aparece una guía psicoeducativa para el tratamiento de dicho trastorno, pudiendo ser de interés para el lactor en cuanto a la ampliación de conocimientos.

Es importante recordar que es un trastorno crónico, donde la ayuda psicológica y farmacológica influye en el control del mismo, pero que acompaña a la persona a lo largo de su vida (Adriana Inocenti Miasso, 2009).

como ayudar a una persona con trastorno bipolar tipo I
¿Cómo ayudar a una persona con Trastorno Bipolar tipo I?

Finalmente, resaltar que los trastornos mentales van acompañados de una fuerte estigmatización por parte de la sociedad, que debe ser erradicada. Son personas con características diferentes pero con tratamiento. Al igual que se puede estar enfermo o tener problemas con un pulmón, un riñón o cualquier otro órgano, el cerebro es uno más de estos, que debe ser estudiado para tratar los diferentes problemas que puede generar en la vida de una persona: los trastornos. No hay que ver estos trastornos asociándolos a locura, pues sería ir a favor de la estigmatización, sino como un problema derivado de  un órgano afectado de una manera u otra, pero que en vías de solución, pues son múltiples los profesionales implicados en encontrar curas y tratamientos para todos los trastornos que van apareciendo.

Bibliografía

Adriana Inocenti Miasso, M. M. (2009). El trastorno afectivo bipolar: adhesión al medicamento y satisfacción con el tratamiento y orientaciones del equipo de salud de un núcleo de salud mental. Revista latino-americana de Enfermagem , vol. 17 (4), ISSN: 1518-8345.

Atienza, J. D. (2006). Comorbilidad en el TDAH. Revista de Psiquiatría y Psicología del niño y del adolescente , 6(1): 44-55.

López, B. (2017). UnCómo. Recuperado el 03 de 12 de 2017, de Cómo tratar a un bipolar: https://salud.uncomo.com/articulo/como-tratar-a-un-bipolar-2242.html

Lorenzo, E. B. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para el trastorno bipolar. Psicothema , Vol.13, pp. 511-522.

NIH. (Abril de 2017). National Institute on Drug Abuse. Recuperado el 03 de 12 de 2017, de Advancing Addiction Science: https://www.drugabuse.gov/es/temas- relacionados/la-comorbilidad

Sancho, B. (03 de 09 de 2009). Fundación montemadrid. Recuperado el 03 de 12 de 2017, de Testimonio: el trastorno bipolar en primera persona: https://blog.fundacionmontemadrid.es/accion-social/testimonio-el-trastorno-bipolar-en- primera-persona/

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